El peso de la historia
Sea cual sea el resultado de la votación en el Parlament, es innegable el peso de Cataluña en la historia del toreo.
- 1. Los primeros compases taurinos se remontan al año 1387, pero el toreo moderno toma cuerpo en 1834, con la inauguración de la plaza de El Torín, en el barrio de la Barceloneta. Pero la afición a los toros alcanza tal auge que se produce un hecho insólito que consiste en que, entre los años 1914 y 1923, funcionan tres plazas en Barcelona: El Torín, Las Arenas y la Monumental; y éstas dos últimas, conjuntamente, hasta 1977.
- 2. Un catalán llamado Pedro Balañá compró la Monumental en 1947 y se convirtió en el empresario taurino más importante de la historia. Fue un auténtico revolucionario, convirtió a Barcelona en el centro del mundo taurino, y por sus plazas -también regentaba Las Arenas- pasaron todas las grandes figuras de la tauromaquia.
- 3. Muerto Manolete en 1947, un torero onubense de nombre Chamaco se erige en el ídolo de la afición catalana. Hasta 178 tardes llegó a torear en Barcelona, muchas de ellas en compañía de un catalán de finas maneras, Joaquín Bernadó, que ostenta el récord de actuaciones en la Ciudad Condal: 250 corridas y más de 40 novilladas.
- 4. En 1988, Pascual Maragall, alcalde de Barcelona, impuso a Bernadó la Medalla al Mérito Turístico, y pronunció unas palabras para la historia: "Los que nieguen la tradición taurina de Cataluña desconocen su historia".
- 5. En 1965 falleció Balañá y con él se marchó la grandeza taurina catalana. Irrumpió el turismo, el toro bravo se desnaturalizó y con el progreso económico surgieron otras formas de ocio, al tiempo que la afición comenzó a desertar de las plazas ante la inoperancia empresarial.
- 6. La historia ha demostrado, además, que la tauromaquia nunca sirvió en Cataluña como elemento vertebrador. De hecho, allí no pastan ganaderías bravas, a excepción de cuatro encastes dedicados en exclusiva a los correbous, -encierros populares en el sur de la Comunidad, en los que los animales sufren maltrato, pero no se les mata-; y sólo existe una escuela taurina de carácter privado y que no recibe subvención de ningún organismo oficial.
- 7. De todos modos, al tiempo que se esfumaba la afición a los toros, se ponía en marcha una estrategia política, promovida por los partidos nacionalistas para hacer desparecer todo lo relacionado con las corridas de toros. Así, en 1988, en Parlament promulga la Ley de Protección de los Animales, que impide la celebración de festejos en plazas portátiles y prohíbe la presencia en los festejos de los menores de catorce años. Posteriormente, en 2005, el Ayuntamiento de Barcelona declara a la capital catalana como ciudad antitaurina, acuerdo que se repite en numerosos municipios, de tal modo que por ésta u otras razones parecidas, están cerradas todas las plazas, a excepción de la Monumental: Tortosa, Olot, Tarragona, Sabadell, Figueras, Manresa, Camprodón, Mataró, Gerona, Vic Cardona, San Feliu de Guixols y Lloret de Mar.
- 8. Así se ha llegado a la situación actual: los abonados a la Monumental no superan los cuatrocientos; los festejos durante 2009 fueron sólo 18, y hace años que la plaza no cuelga el cartel de no hay billetes. Entre los políticos y los taurinos han conseguido que los festejos taurinos parezcan imágenes en blanco y negro.
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