11 fotosUn paseo por PattayaA 150 kilómetros de Bangkok, la capital de Tailandia, se levanta uno de los grandes focos de prostitución y turismo sexual del mundo. Muchas de las mujeres trabajan aquí contra su voluntadPablo LindeBangkok - 27 feb 2015 - 16:23CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinBlueskyCopiar enlaceDentro del barrio rojo de Pattaya, cuyo nombre es 'Walking Street', los turistas pasean a cualquier hora del día. Los hay de todo tipo y nacionalidad, desde familias hasta hombres solos. La actividad sexual va creciendo a medida que desaparece la luz del sol.Pablo LindeAtardece en Pattaya. Con la caída del sol, las prostitutas empiezan a poblar el paseo marítimo y a ofrecer sus servicios a todo el que pasa por allí. Muchas de las mujeres que son víctimas de trata en el sudeste asiático son forzadas a trabajar en la industria del sexo.Pablo LindeEs frecuente que en la zona peatonal de Pattaya ofrezcan masajes y servicios sexuales con fotos de las chicas e incluso cartas de lo que se puede elegir, unas veces con el precio en ellas y otras sin él.Pablo LindeLos neones se hacen con la noche de Pattaya. Cientos de personas deambulan por el barrio rojo. Muchos de ellos simplemente curiosean. Otros van en busca de los variados servicios sexuales que pueden encontrar en lo que algunos llaman el mayor prostíbulo del sudeste asiático. Pablo LindeLocales como este se pueden ver sin entrar en ellos, paseando por la propia calle peatonal. Las chicas bailando hacen espectáculos mucho menos eróticos que los que se pueden ver dentro. Pablo Linde“Los chicos buenos van al cielo. Los chicos malos van a Pattaya”. Así reza uno de los letreros de un bar de la calle peatonal de la ciudad. Antiguamente era un pueblo de pescadores, pero creció y ahora tiene enormes rascacielos por toda la costa. Pablo LindeEn algunos escaparates, como este en altura, se pueden ver a chicas bailando como aperitivo de lo que a los clientes les espera dentro.Pablo LindeUna niña hace ejercicios de contorsionismo frente a un local de ‘streeptease’. La trata de personas también afecta a los menores en el sudeste asiático, que muchas veces se ven obligados a prostituirse, trabajar en fábricas o pedir en la calle. Pablo LindeEste es uno de los menús que muestran los comerciales de los locales. En este caso, sin precios, se puede ver una amplia oferta de espectáculos.Pablo LindeCuando llega la noche, el paseo marítimo se llena de chicas que ofrecen sus servicios. Su edad es engañosa, pero muchas no parecen mayores de edad.Pablo Linde