Máxima de Holanda suspende su viaje en China por una infección de riñón
La reina será ingresada a su llegada a La Haya. Guillermo Alejandro continúa en solitario la visita de Estado real
Una infección aguda del riñón ha obligado a la reina Máxima de Holanda a interrumpir la visita de Estado que realizaba esta semana a China junto con su esposo, el rey Guillermo Alejandro. Y eso que ha intentado mantener su agenda, incluso anoche acudió a una cena de gala en el palacio presidencial de Pekín. Aquejada, según los medios holandeses, de pielonefritis, regresará esta misma noche para ser luego ingresada en el hospital Bronovo, de La Haya. Aunque la soberana consorte está siendo tratada ya con antibióticos y analgésicos, la fiebre y dolor de espalda que padece no remiten y los médicos han decidido que vuelva lo antes posible en avión. Su esposo ha agradecido a través del servicio de Twitter de la Casa Real los ánimos recibidos por lo sucedido y continuará el viaje en solitario. Este martes viajó a Shanghái para encontrarse con representantes de la comunidad y las empresas holandesas allí establecidas.
La pielonefritis es una inflamación del riñón que alcanza la pelvis renal (la parte próxima del uréter en el riñón) y los cálices renales (cámaras del riñón por donde pasa la orina). Se trata de una infección frecuente en las mujeres y puede producir malestar, fiebre, escalofríos, náuseas, vómitos o sangre en la orina. Sin el tratamiento adecuado puede dañar el riñón. La reina Máxima ya se encontraba mal el lunes y suspendió sus actividades de la mañana. Por la noche acudió, sin embargo, a la cena de Estado celebrada en el palacio presidencial de Pekín luciendo sus mejores galas. Con un vestido largo de seda cuyo estampado reproducía el cuadro Olivos con cielo amarillo y sol, de Van Gogh, del diseñador Mattijs van Bergen, y visiblemente pálida, acompañó al rey en la cita más vistosa del viaje. Luego regresó al hotel Four Seasons, donde se hospeda la pareja real. Desde allí, los facultativos han aconsejado su regreso a Holanda.
Guillermo y Máxima iniciaron la pasada semana su visita a China con cierta polémica. La primera parte tuvo carácter privado y disfrutaron de unos días con sus tres hijas, las princesas Amalia, Alexia y Ariane. Las niñas tenían vacaciones escolares y luego regresaron a casa con sus cuidadores. El servicio de información de la Casa Real declinó hacer comentarios sobre "un asunto privado". La oposición parlamentaria, de su lado, lamentó que los reyes disfrutaran como turistas cuando, poco después, se esperaba que Guillermo criticara los abusos de los derechos humanos ante el Gobierno de Pekín. El pasado domingo dieron comienzo los actos oficiales.
"Veel dank voor alle beterschapswensen, ik geef ze door aan mijn vrouw" - WA
— Koninklijk Huis (@koninklijkhuis) October 27, 2015
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.