Estados Unidos se alinea con Francia Márquez para defender el capítulo étnico del Acuerdo de paz

El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, se comprometió a impulsar la reparación a los pueblos afrocolombianos e indígenas

Colombia's Vice President Francia Marquez shakes hands with U.S. Secretary of State Antony Blinken during their visit to Fragmentos Museum, Monday, Oct. 3, 2022, in Bogota, Colombia. (Luisa Gonzalez/Pool via AP)LUISA GONZALEZ (AP)

El gobierno de Estados Unidos le ha dado este lunes un fuerte espaldarazo a uno de los capítulos más olvidados del Acuerdo de Paz, el étnico, y también a una de sus defensoras en Colombia, la vicepresidenta Francia Márquez. En una reunión con ella en Bogotá, el secretario de Estado Antony Blinken firmó un documento en el que se compromete a que Estados Unidos sea el primer país g...

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El gobierno de Estados Unidos le ha dado este lunes un fuerte espaldarazo a uno de los capítulos más olvidados del Acuerdo de Paz, el étnico, y también a una de sus defensoras en Colombia, la vicepresidenta Francia Márquez. En una reunión con ella en Bogotá, el secretario de Estado Antony Blinken firmó un documento en el que se compromete a que Estados Unidos sea el primer país garante para que se cumplan los compromisos adquiridos en 2016 con los pueblos indígenas, negros, rom, raizales y palenqueros en Colombia.

“Este capítulo reconoce que no habrá paz duradera si no hay justicia y equidad para los pueblos indígenas y afrocolombianos que se han visto afectados de manera desproporcionada por este conflicto”, dijo Blinken en un evento en Fragmentos, el contra-monumento cuyo suelo está hecho con las armas fundidas de las FARC. El secretario de Estado mencionó a los millones de desplazados o desaparecidos indígenas y afrocolombianos durante más de cinco décadas de guerra, y añadió que “estas injusticias se arraigan en siglos de racismo, un legado viviente de la esclavitud y la colonización”.

En el evento de compromiso, Blinken también reconoció el trabajo de Márquez como ambientalista y activista por la paz, y ella le dijo luego que “asumir, acompañar la implementación del capítulo étnico para la paz, es asumir el compromiso de la paz completa, de la paz total”. El respaldo norteamericano llega en el momento perfecto. Hace dos semanas el presidente Petro firmó un decreto en el que, entre varias funciones, le pedía a Francia Márquez ser la encargada de avanzar en la implementación del capítulo étnico del Acuerdo. Desde este lunes el capítulo más olvidado podría pasar a ser uno de los más protegidos con el apoyo de la vicepresidenta y del gobierno de Estados Unidos.

El Acuerdo de Paz del 2016 –entre el Gobierno del expresidente Juan Manuel Santos y la extinta guerrilla de las FARC– se divide en varios capítulos. Cada uno tiene algún país u organismo internacional que lo respalda como garante. Es decir, cada compromiso tiene un grupo de personas, extranjeras, que vigila los pasos que el Gobierno colombiano y las FARC toman para que se cumplan los acuerdos. Por ejemplo el primer capítulo, sobre tierras, tiene como garantes a la Unión Europea y a la FAO (la entidad del sistema de Nacionales Unidas para Alimentación y Agricultura). El capítulo étnico, sin embargo, se había quedado tan en el olvido durante los últimos cinco años que no tenía garante.

“Nuestro capítulo no tenía dolientes”, cuenta a El PAÍS Armando Wouriyu Valbuena, indígena Wayuú y secretario general de la instancia especial de alto nivel de pueblos étnicos. “Para nosotros es importante esto [el apoyo de Estados Unidos], porque este nuevo relacionamiento político permitirá sacar adelante varias tareas del proceso de paz. A los pueblos étnicos muchas veces no nos quieren en la mesa a pesar de que la guerra se desarrolla en nuestros territorios”.

El Gobierno de Iván Duque (2018-2022), que nunca apoyó el acuerdo de paz, no se preocupó por avanzar en varios puntos del acuerdo y uno de los más desatendidos fue el étnico, según han concluido por aparte la Defensoría del Pueblo, la Contraloría General, los negociadores del acuerdo e instituciones académicas como el instituto Kroc, que le hace seguimiento a la implementación del acuerdo. El gobierno de Petro, en cambio, le ha dado algunos de los principales cargos en las instituciones de la paz a grupos étnicos: la nueva directora de la Unidad de Víctimas es una abogada del pueblo Embera, Patricia Tobón Yagarí; y el nuevo director de tierras es un sociólogo del pueblo Nasa, Giovani Yule.

El capítulo étnico, de solo 4 páginas, exige por ejemplo empezar un proceso especial de adjudicación de tierras a pueblos étnicos; consultarles previamente los programas de desarrollo para las comunidades afectadas por el conflicto; permitirle a las autoridades étnicas participar en las nuevas instancias de vigilancia que crea el Acuerdo; fortalecer esquemas de seguridad de las comunidades como la Guardia Cimarrona y la Guardia Indígena; o proteger las plantas tradicionales que se han criminalizado en un Plan Nacional Integral de Sustitución de Cultivos.

“Nuestro balance es que se ha cumplido un 0.1% de lo acordado”, dice a EL PAÍS Charo Mina, miembro del movimiento afrocolombiano Proceso de Comunidades Negras (PCN) y una de las voceras en la instancia de alto nivel de pueblos étnicos. Mina dice que hay solo algunos pequeños esfuerzos en los últimos cinco años: que en el tribunal de Justicia Especial para la Paz haya magistrados de pueblos étnicos, por ejemplo, o que en unos pocos programas de desarrollo hubo participación de comunidades. Pero en general no ve que se cumplan los procesos de consulta previa, ni la participación de los pueblos étnicos en muchas instancias nacionales de vigilancia al Acuerdo.

De acuerdo a sus defensores, el capítulo étnico curiosamente ha tenido desde el principio más respaldo de Estados Unidos que de la mesa de negociación. En 2016, cuando estaban por finalizar los diálogos de paz en La Habana, los pueblos indígenas y afrocolombianos hicieron una estrategia en dos frentes para que se incluyera un capítulo étnico. Por un lado, los grupos indígenas buscaron presionar a los negociadores en Cuba para que sus peticiones fueran incluidas, y sentían mucha reticencia. Por otro lado, los grupos afrocolombianos como PCN o Afrodes buscaron el apoyo de sindicatos afroamericanos y congresistas republicanos o demócratas como parte del black caucus. Como lo cuenta Armando Wouriyu Valbuena, “el Presidente Obama se enteró de nuestra solicitud y le dio el visto bueno”.

Como Estados Unidos tenía un representante en la mesa de negociaciones, el gobierno norteamericano también presionó para que se incluyera el capítulo étnico. “Gracias a eso estamos aquí”, dice Valbuena ahora ante la visita de Antony Blinken. En unas 24 horas, antes de que se cerraran las negociaciones en Cuba, los delegados indígenas, afro y rom en La Habana lograron introducir el corto capítulo étnico en el acuerdo de paz. Fue una victoria en su momento, y una derrota los últimos cinco años en los que el capítulo ha estado casi en el olvido total. La vicepresidente Francia Márquez, en alianza con el gobierno de Estados Unidos, cuenta ahora con un enorme respaldo para darle una nueva oportunidad.

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