El Gobierno firma un cese al fuego por tres meses con las disidencias de Iván Mordisco, conocidas como Estado Mayor Central

Este lunes, tras una semana de aplazamiento, se instala la segunda mesa de diálogos bajo la política de la paz total

Iván Mordisco el 16 de abril en Los llanos del Yari (Colombia).Sebastian Marmolejo (Getty Images)

El Gobierno de Gustavo Petro ha decretado este lunes un cese al fuego bilateral con las disidencias autodenominadas Estado Mayor Central (EMC), una sombrilla de grupos activos especialmente en el sur del país y que comanda alias Iván Mordisco. Según el documento oficial, firmado por el ministro de Defensa, Iván Velásquez, entrará en vigor desde este martes, 17 de octubre, e irá hasta el 15 de enero de 2024. El decreto, que se firmó “sobre la base de un acuerdo para el respeto de la población civil”, se publicó momentos antes de que comenzara la ceremonia de instalación de la mesa de diálogo co...

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El Gobierno de Gustavo Petro ha decretado este lunes un cese al fuego bilateral con las disidencias autodenominadas Estado Mayor Central (EMC), una sombrilla de grupos activos especialmente en el sur del país y que comanda alias Iván Mordisco. Según el documento oficial, firmado por el ministro de Defensa, Iván Velásquez, entrará en vigor desde este martes, 17 de octubre, e irá hasta el 15 de enero de 2024. El decreto, que se firmó “sobre la base de un acuerdo para el respeto de la población civil”, se publicó momentos antes de que comenzara la ceremonia de instalación de la mesa de diálogo con ese grupo armado en Tibú, Norte de Santander.

Para monitorear el alto al fuego, el Ejecutivo también crea el Mecanismo de Veeduría, Monitoreo y Verificación (MVMV). Esta instancia técnica será integrada por representantes del Gobierno, del EMC, de la Misión de Verificación de la Organización de las Naciones Unidas en Colombia y de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz de la Organización de los Estados Americanos, según explica el decreto. El MVMV también contará con el acompañamiento de la Conferencia Episcopal de Colombia y del Consejo Mundial de las Iglesias.

Danilo Rueda, alto comsionado para la Paz, junto a Andrey Avendaño, vocero del EMC, el 16 de octubre en Tibú.Mario Caicedo (EFE)

La medida pone fin a una fase de acercamientos tensionada entre ambas partes. El martes pasado, 10 de octubre, el Ejecutivo anunció la suspensión de las acciones ofensivas y de las operaciones especiales de Policía contra el EMC como un gesto tras ese difícil trance. El Gobierno explicó entonces que consideraba “necesario” ese cese “como un mecanismo para disminuir los efectos de la confrontación”. El EMC surgió de miembros del frente primero de las extintas FARC que se negaron a firmar el acuerdo de La Habana. Se ha alimentado de otros grupos disidentes de esa guerrilla y, sobre todo, del reclutamiento forzado de menores.

Unas horas antes de que el decreto se hiciera oficial, el presidente Petro lo celebró en su red social favorita, X. “Colombia hoy espera dar un mensaje de Paz desde el interior mismo de su sociedad. No podemos lanzar un mensaje coherente de paz al mundo si nos matamos entre nosotros mismos. Una Colombia en Paz será una potencia mundial de la Vida”, escribió en la mañana del lunes. Las actividades del presidente en esta red social han generado una polémica internacional desde que empezó la guerra entre Israel y el grupo Hamás, debido a sus trinos controvertidos y su rechazo a condenar el brutal ataque de la milicia jihadista el pasado 7 de octubre. Esta vez, sin embargo, se limitó a hablar de política local.

Con el alto al fuego y el inicio de los diálogos de paz, el Ejecutivo y el denominado EMC intentan poner de lado los choques que han tenido en los últimos meses. Es el segundo cese bilateral que firman. En enero, se inició uno de seis meses, que el Gobierno suspendió en mayo, después de que miembros de esa agrupación de disidencias mataran a cuatro jóvenes indígenas en el departamento del Putumayo.

Apenas unos meses más tarde, en agosto, las tensiones subieron otra vez cuando el EMC atentó con una bomba contra una estación de policía y dejó siete policías heridos en el Cauca. Luego de este ataque, el ministro de Defensa y la vicepresidenta, Francia Márquez, pusieron en duda la voluntad de paz de ese grupo. El Estado entonces inició una ofensiva en el cañón del río Micay, en la zona del Cauca, donde opera el EMC y existe uno de los principales enclaves de producción de hoja de coca del país.

La mesa de paz entre el Estado y el EMC es la segunda que se instala desde que Petro lanzó la paz total ―el proyecto del presidente de negociar a la vez con los varios grupos armados del país. La primera fue en noviembre de 2022, en Caracas, con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la última guerrilla de Latinoamérica. En una segunda ronda de negociaciones, el pasado junio, ambas partes firmaron un alto al fuego de seis meses que entró en vigor desde el 3 de agosto. Tras la violencia persistente, en parte por choques entre ese grupo y otros actores ilegales, llegaron a otro acuerdo en septiembre para aumentar la presencia del Estado en el Bajo Cauca, el sur de Bolívar, el nordeste antioqueño y el Bajo Calima y San Juan, en la costa Pacífica, todas zonas de vieja presencia elena.

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