Más de 200.000 universitarios exigen al Gobierno que desembolse los créditos que les permitirán estudiar
Jóvenes de los sectores más pobres del país enfrentan la incertidumbre para pagar sus matrículas del semestre que termina y del que inicia en enero. La institución estatal que los financia, el ICETEX, vive la peor crisis de su historia
Una buena parte de los estudiantes universitarios colombianos se han sentido huérfanos este semestre. Particularmente los más de 200.000 jóvenes que pagan su matrícula a universidades privadas con créditos que les ha otorgado el ICETEX, la institución estatal creada a mediados del siglo XX para encargarse de esa financiación y abrir oportunidades de estudio. Esta semana se hizo pública una enorme crisis que vienen soportando los estudiantes en los últimos meses: la entidad no ha pagado sus matrículas para el semestre que está por terminar. Sin ese pago, las universidades usualmente prohíben matricularse el siguiente semestre, o graduarse y empezar su vida laboral. Adicionalmente, el Gobierno no ha garantizado los recursos para los créditos del próximo semestre.
“La imposibilidad de pagar la matrícula nos impediría continuar con nuestra formación académica”, escribió esta semana un grupo de estudiantes de medicina en Barranquilla en carta abierta al Gobierno. “Por favor no me dejes sin estudiar el semestre qué viene”, rogó otra estudiante a su institución, la Universidad del Norte. “ICETEX por favor páguenle, ya me falta poquito para terminar”, añadió. Otros usuarios en redes hicieron viral un correo electrónico en el que la Universidad Simón Bolívar advierte a un estudiante que requiere el paz y salvo del pago del ICETEX para ir a clases el próximo año.
Las cifras en cuestión las publicó inicialmente una congresista del partido Verde, Catherine Juvinao: faltan 402.000 millones de pesos (unos 100 millones de dólares) para pagar los semestres actuales de unos 200 mil estudiantes (de más de 900 mil que administra el ICETEX); para el próximo semestre, falta un billón de pesos (250 millones de dólares). “Lo que hoy hace el Gobierno Petro es una traición a su promesa de ampliar la educación superior en 500.000 nuevos cupos”, dijo la representante por Bogotá. “Pero además es violencia económica y psicológica contra una juventud cada día más angustiada sobre sus estudios y proyectos de vida”. El Gobierno siempre ha defendido ampliar los cupos en la educación pública, antes que financiar la demanda en universidades privadas, como hace el ICETEX.
El ministro de Educación, Daniel Rojas, no ha negado la crisis, pero ha respondido que la solución no le corresponde. Cuando una periodista le señaló de “marchitar” la institución, que en el pasado él ha dicho debe dejar “su misión prestamista”, el funcionario respondió en X: “Jajaja ¿Y cómo se supone que quiero marchitar una entidad que ni siquiera pertenece a nuestro sector? Les falta decir que también quiero marchitar la NASA”. Argumenta que el ICETEX depende del Ministerio de Hacienda desde hace unos años. La entidad, sin embargo, sigue tan vinculada al Ministerio de Educación que es el jefe de esa cartera quien preside su junta directiva, en la que no se sienta su colega de Hacienda.
“Salir a reírse no está a la altura de un ministro”, dice la profesora Gloria Bernal, directora del laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana. “Los dos ministros son corresponsables, pero el de Educación es responsable frente a los estudiantes que necesitan una respuesta, porque muchos no van a recibir préstamos y no se van a poder graduar. Es una situación muy grave”.
Cuando se le pregunta al ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, si el ICETEX desembolsará créditos para 2025, responde: “esa decisión es del Ministerio de Educación”. Bonilla, quien navega un presupuesto deficitario, ha dicho que sí llegarán los recursos para pagar este semestre, no confirma aún nada para el próximo, y aclara que el ICETEX y su junta directiva son quienes deben pedir los recursos para el nuevo año. Como cualquier entidad del Estado, insiste, el ministerio de Educación es quien recibe y define la política pública para que los recursos se gasten de la mejor manera.
Bernal explica que el 91% de los jóvenes que tienen préstamos en el ICETEX son de clase baja o media baja. “Sin recursos disponibles, se restringe su capacidad de elección, se les cierra la opción de ir a una universidad privada”, añade. “Las universidades públicas no van a tener en enero cupos para recibir a todos los que no pudieron entrar a las privadas por esta crisis. En últimas los deja por fuera de la educación”.
Algo similar explica Óscar Domínguez, director ejecutivo de Asociación Colombiana de Universidades (ASCUN). El gremio ha pedido una reunión urgente con el ministro Rojas para buscar salidas para los estudiantes y también para las universidades, que requieren los ingresos de las matrículas. “Es un tema que tratamos desde hace tres meses con la entonces directora del ICETEX, quien nos dijo que el problema fue que no hubo un giro de dinero de Hacienda”, cuenta. Se refiere a Patricia Abadía, quien fue directora interina durante 10 meses. El nuevo director, Álvaro Urquijo, fue nombrado apenas el 15 de noviembre.
Las universidades más afectadas, añade Domínguez, no son las de élite como la Javeriana, los Andes, Eafit o El Rosario. “Son las universidades en provincias, no en las grandes capitales: en algunas de ellas, hasta el 70% de los estudiantes tiene un crédito con el ICETEX”, dice. “Ya soportaron todo el semestre sin esa plata, pero si no hay un plan para el próximo semestre, y no tienen caja, ¿qué pasa?”. Podría pasar, por ejemplo, que las universidades duden más en aceptar a estudiantes que quieren cursar su carrera con ICETEX, porque el riesgo de que la institución crediticia no les cumpla a tiempo es alta.
El miedo es que la falta de recursos tenga un efecto dominó, explica Manuel Acevedo, director del ICETEX durante la presidencia Iván Duque (2018-2022), y hasta hace poco rector de una pequeña universidad en Antioquia. “Yo, de rector, si tengo que pagar mi nómina, el efecto dominó de esto del ICETEX es fatal, porque representa cientos de millones de pesos”, dice. “Ningún gobierno había irrespetado antes estos pagos, eso era un pacto de sangre, porque es plata para los muchachos más vulnerables”. Domínguez, de ASCUN, concuerda con ese diagnóstico. “Llevo 40 años en este sector, conozco muy bien la historia del ICETEX, y siempre hemos tenido dificultades, pero nunca de este tamaño”.
María José Castañeda es estudiante de Derecho en Bogotá y líder de la organización de los representantes estudiantiles, ACRES. “El ICETEX tiene muchos problemas, pero la solución no es acabarlo, asfixiarlo”, dijo en la mañana del viernes a Blu Radio. Además de pedir giros inmediatos, han planteado una reforma a la institución para que mejoren las condiciones de los créditos. “El ministro [Daniel Rojas] habla de que el ICETEX se ha convertido en un banco, que asfixia a los estudiantes, pero ¿dónde está la voluntad para que haya esa reforma?”, añadió. Por ahora del ICETEX lo que más se espera, urgentemente, es que gire pronto el dinero del que dependen miles para seguir estudiando.
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