La oposición venezolana elige como candidato de consenso a Edmundo González Urrutia
El diplomático, que cuenta con el apoyo de los principales partidos y de los dirigentes María Corina Machado y Manuel Rosales, será el principal rival de Maduro en las elecciones presidenciales de julio
La oposición venezolana ha elegido este viernes por la noche como candidato de consenso a Edmundo González Urrutia, un diplomático que en su día fue embajador en Argentina y Argelia. Manuel Rosales, el gobernador del Estado Zulia, quería ser el elegido, pero no contaba con el apoyo del resto de partidos que integran la Plataforma Unitaria. Sin embargo, González Urrutia tenía ese consenso y el apoyo directo de María Corina Machado, la principal líder de la oposición inhabilitada por el chavismo. El diplomático se resistió. No estaba en sus planes recibir un encargo como este, pero final accedió...
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La oposición venezolana ha elegido este viernes por la noche como candidato de consenso a Edmundo González Urrutia, un diplomático que en su día fue embajador en Argentina y Argelia. Manuel Rosales, el gobernador del Estado Zulia, quería ser el elegido, pero no contaba con el apoyo del resto de partidos que integran la Plataforma Unitaria. Sin embargo, González Urrutia tenía ese consenso y el apoyo directo de María Corina Machado, la principal líder de la oposición inhabilitada por el chavismo. El diplomático se resistió. No estaba en sus planes recibir un encargo como este, pero final accedió y desde ahora se convierte en el principal rival de Nicolás Maduro para las elecciones presidenciales del 28 de julio.
Rosales también acabó dándole su apoyo. “Una buena noticia para el pueblo de Venezuela: la Plataforma Unitaria Democrática, por unanimidad, acaba de aprobar la candidatura del embajador Edmundo González Urrutia como el candidato de unidad apoyado por todos los factores de la plataforma. Luego de un debate de altura, respetuoso, donde participaron líderes como Maria Corina Machado y Manuel Rosales. Llegamos a una conclusión que es una decisión histórica para la democracia de Venezuela: hemos escogido al próximo presidente de la República, que va a ser electo el 28 de julio”, dijo al acabar la reunión Omar Barboza, secretario general del partido de Rosales.
La oposición se ha visto forzada a buscar candidatos alternativos a María Corina Machado, que ganó una elección primaria con más de dos millones de votos. Las fuerzas críticas con el chavismo tenían varios frentes abiertos para continuar en la ruta electoral y con una candidatura unitaria. Al menos tres opciones entre los políticos que lograron postularse se barajaron: la de Rosales, la de Enrique Márquez, deslindado de las filas del propio partido de Rosales y la de González Urrutia, que era un nombre provisional que la Plataforma Unitaria logró inscribir in extremis. Ya no lo es más. En otras contiendas en el pasado, la falta de unidad le ha hecho a la oposición perder terreno, pero en esta ocasión parece que han tomado la ruta de la unidad. En otros escenarios en los que el chavismo también ha convertido unas elecciones en un paso a riesgo, la oposición ha optado por la abstención o por la presión interna y externa para precipitar una transición. Esta vez, cuando 85% del país desea un cambio político y Maduro está en su peor momento, los distintos sectores parecen centrados en competir aún en cuando el terreno es movedizo.
Hace unas semanas, Machado nombró a una sustituta para que la representara en la contienda. Era la académica de 80 años, fanática del Real Madrid, Corina Yoris, que contaba con el respaldo de los partidos integrados en la Plataforma Unitaria. Pese a los intentos para negociar que se le retirara la inhabilitación impuesta sin un juicio y de forma anticonstitucional, la dirigente se vio obligada a ceder momentáneamente en su reclamo, nombrar a la sustituta y seguir en el juego. Pero el chavismo también impidió la inscripción de Yoris durante la ronda de postulaciones. En una extensión del plazo permitió a la oposición registrar al diplomático González Urrutia, quien aceptó inscribirse de forma provisional, para que la tarjeta de la Mesa de la Unidad Democrática, que representa a la oposición, no quedará por fuera.
Además de González Urrutia, en el prologando ocaso del plazo para registrar postulaciones, el dirigente Enrique Márquez, exrector del CNE, también logró ingresar a la esquiva plataforma electrónica del ente electoral. Márquez ha tratado de recibir los apoyos de los presidentes Gustavo Petro y Lula Da Silva y hoy mismo se reunió con el embajador colombiano en Caracas, Milton Rengifo. Al filo de acabarse el lapso también se supo que pudo poner su nombre Rosales, un político negociador y moderado que ha conciliado su convivencia como gobernador del estado Zulia con el chavismo, excandidato presidencial con ambiciones vigentes. “Soy optimista, estamos pensando en el futuro de Venezuela. En la Venezuela grande”, dijo antes de entrar a la esperada reunión con la Plataforma Unitaria y Machado.
Tener un lugar asegurado en el tarjetón ha hecho que la oposición pueda moverse en distintos escenarios para negociar. Maduro y el chavismo en el poder han sabido lanzar anzuelos para dividir a la oposición, un archipiélago de partidos que se han chocado en varias ocasiones en la estrategia para resistir a la aplanadora del chavismo más autoritario de los últimos años. A la reunión que se produjo esta tarde no se llegaba sin un trabajo previo de construcción de acuerdos entre los 10 partidos de la Plataforma Unitaria en los que Primero Justicia, Acción Democrática, Voluntad Popular y Un Nuevo Tiempo, el de Rosales, tienen mayor peso. La mayoría coincidía en que tenía que ser González Urrutia, pero él se negó durante semanas. Finalmente ha accedido a este mandato.
Tal como se han movido las encuestas, González Urrutia necesitará que Machado le endose su capital político y eso se da por asegurado. Por sí mismos, ninguno recoge un apoyo para ganarle a Maduro. Este paso que acaba de dar la oposición tampoco evita que el chavismo mueva alguna otra pieza para desbaratar los consensos alcanzados. El propio González Urrutia podría ser inhabilitado por los resortes electorales que controla el oficialismo.
Esas no serán las últimas horas camino a las presidenciales. El Gobierno de Maduro que se sentó en Barbados y firmó unos acuerdos para garantizar unas elecciones justas a cambio de la flexibilización parcial de las sanciones petroleras de Washington ha aplicado reversa a sus intenciones y, contrario a los compromisos de mantener un discurso y un clima de paz, ha enfilado judicialmente contra opositores y activistas de derechos humanos. La válvula de alivio de las sanciones se ha cerrado parcialmente esta semana. Estados Unidos, quien finalmente ha logrado hace maniobras para mover el tablero en Venezuela, ha decidido no renovar las licencias con las que el Gobierno pudo reanudar negocios con petroleras extranjeras y vender crudo libremente. Pero Washington no ha vuelto a la posición de máxima presión que mantuvo antes. Todavía las empresas que están haciendo negocios con PDVSA tienen mes y medio para cerrar operaciones y abrió la posibilidad de que emitir licencias específicas para cada caso. Esto deja abierta una puerta para seguir negociando. Y toda esa negociación va a girar, a buen seguro, sobre González Urrutia, el contendiente, ahora mismo, de Maduro. Hay que esperar a lo que ocurra en los próximos días.
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