Los mejores libros de fotografía de 2021

Críticos, fotógrafos, editores, diseñadores, comisarios de exposiciones o responsables de museos. Diez expertos en fotografía hacen una selección de los que a su juicio han sido las mejores publicaciones de este género visual del año que finaliza ahora. Aquí van sus títulos favoritos.

“Con una exposición itinerante, un importante catálogo, y varias nuevas series fotográficas en distintas galerías, 2021 ha sido un año señalado para Dawoud Bey. Así, estas polaroids en blanco y negro de comienzos de su carrera han contribuido a situar su obra en perspectiva. Realizadas en su mayoría en Har...

Críticos, fotógrafos, editores, diseñadores, comisarios de exposiciones o responsables de museos. Diez expertos en fotografía hacen una selección de los que a su juicio han sido las mejores publicaciones de este género visual del año que finaliza ahora. Aquí van sus títulos favoritos.

1. Vince Aletti. Escritor, comisario y crítico de fotografía.

“Con una exposición itinerante, un importante catálogo, y varias nuevas series fotográficas en distintas galerías, 2021 ha sido un año señalado para Dawoud Bey. Así, estas polaroids en blanco y negro de comienzos de su carrera han contribuido a situar su obra en perspectiva. Realizadas en su mayoría en Harlem y en Brooklyn en 1988 y 1989, sus retratos posados en la calle de sujetos de la comunidad negra demuestran que desde sus inicios la obra de Bey no solo resultaba convincente y atractiva, además de empática, sino, decisiva”.

Los archivos redescubiertos resultan un imán para los aficionados a la fotografía, pero rara vez son tan ricos y entretenidos como las instantáneas de Nichols de la vida fronteriza en un poblado minero americano a principios del pasado siglo. Aunque la fotógrafa estableció un estudio de retratos, su obra rara vez es formal; mayormente fotografiaba en exteriores o en entornos domésticos, incluido su propio dormitorio. El resultado, nos ofrece una obra que presta especial atención a las mujeres y las niñas, inmediata, íntima e irresistiblemente entrañable”.

2. Ricardo Báez. Diseñador.

“Se trata de una historia vernácula realizada con imágenes fotográficas (y fotogramas de vídeo) de especial calidad estética, que presentan el tiempo doméstico de un modo ficcional. El elemento constructivo más importante de este fotolibro es su edición: como herramienta comunicativa, como elemento que dirige al diseño y como parte de un todo que señala las decisiones que modelan este preciso —y precioso— objeto. Este álbum familiar contemporáneo (subgénero ya instaurado del fotolibro) centrífugo y centrípeto a la vez, dista de las fórmulas ya gastadas que utilizan el tema familiar como atracción emocional para un fotolector —ya más maduro— que tiene el criterio de decidir por qué debería leer otra historia familiar más”.

“Es una experiencia de apropiación con fotografías de la importante Farm Security Administration, provenientes del archivo de acceso abierto de la Biblioteca Pública de Nueva York. Este fotolibro nos hace reflexionar sobre el futuro de la construcción de los libros visuales, ya que plantea que la autoría no necesariamente reside en la creación de las imágenes sino también en el orden en que aparecen, en qué tiempo surgen y en qué contexto se retoman. Y así de la misma forma que se habla en el ambiente de las exhibiciones sobre la curaduría como la nueva herramienta de creación, Omen nos muestra el infinito universo de los editores como nuevos autores”.

3. Jon Cazenave. Fotógrafo.

”Cuatro capítulos estructuran esta fotonovela en la que realidad y ficción caminan de la mano para mostrarnos el lado más castizo de Madrid de manera valiente y comprometida. Lorente se sirve del flash para crear una estética potente donde los planos cerrados ofrecen una imagen rica en detalles e información que utiliza para acercarnos a la identidad de una ciudad olvidada y cada vez más difícil de encontrar. Fotografía documental y pasión por el cine unidos en una publicación fresca y divertida que atrapa al instante”.

“Debut de la fotógrafa madrileña tras hacerse con el Concurso Fotocanal libro de fotografía 2020, organizado por la Comunidad de Madrid y Ediciones Anómalas. Zottola actualiza el mito de Ícaro en un fotolibro que se convierte en un elogio a la fotografía analógica. Con un marcado carácter onírico, la secuencia combina imagen y texto en una narración en el que el vuelo de las aves se utiliza de manera simbólica para abordar cuestiones que conciernen a la vida y al ser humano. Como ella misma dice: “Iniciar el vuelo, esa es la poesía”.

4. Todd Hido. Fotógrafo.

“Cada vez que miro este libro provoca en mi la respuesta más deseada —estimula profundamente mi deseo de salir al mundo, observar todo lo que me rodea y hacer fotografías—. También toca la fibra sensible de mi mente, aquella que conecta intensamente con la nostalgia que un niño, que creció en un valle industrial, lleva incrustada dentro de su ser”.

“Lo que hace que Fingerprint resulte destacable para mí, es mi particular fascinación por las fotografías que son como objetos, como los son las polaroids, las viejas fotografías que integran los archivos, etc. Este libro es muy especial por la extrema atención que presta al detalle a la hora de reproducir objetos, casi en forma de facsímil. Se acercan mucho a una copia exacta. Y por si esto fuera poco, las fotografías contienen una excepcional inmediatez, algo en lo que Goldberg es un experto”.

5. Roxana Marcoci. Conservadora jefa del departamento de fotografía del MoMA (Nueva York).

“¿Qué es una mirada negra?, me preguntaba a mí misma mientras comenzaba a leer este poderoso libro, estructurado, no en capítulos, sino en versos. A lo largo de este estudio —desde los íntimos retratos fotográficos de Deana Lawson hasta las imágenes realizadas por Arthur Jafa que nos hablan de la belleza cotidiana y del coraje de la experiencia negra— me vi inmersa en las distintivas recurrencias de la filiación negra, en miradas profundamente interesadas en la visibilidad. Este libro nos invita a participar de aquello a lo que la teórica del feminismo, Tina Campt, llama ‘la labor afectiva’ de reconocer una fuerza creativa de afirmación en la precaria vida negra, lo que requiere tanto de la reflexión como del sentimiento del lector”.

“Alternando entre las imágenes encontradas y las breves observaciones basadas en textos, la artista y escritora Carmen Winant escarba dentro de un genero de la fotografía al que se refiere como ‘instructivo’ —imágenes que no son vernaculares ni documentales sino pedagógicas, que sirven como herramientas para el aprendizaje—. El volumen incluye fotografías de técnicas de entrenamiento canino, del ritual de duelo judío, Shiva, de estrategias de auto defensa, y de prácticas sanadoras feministas, entre otras muchas. Basándose en una presentación realizada en septiembre del 2020, por Winant durante el Forum de Fotografía Contemporánea del Museo de Arte Moderno, el libro refuerza la idea de la fotografía como vehículos para enseñar y reflejar el mundo”.

6. Linarejos Moreno. Fotógrafa y docente.

“El libro reúne los 11 proyectos fotográficos o surveys, centrados en las transformaciones del paisaje y el territorio en nuestro país, que fueron mostrados en la exposición de nombre homónimo que tuvo lugar en la fundación ICO. Los surveys fueron realizados por casi cien agentes del arte contemporáneo de primer nivel, lo que provoca la placentera sensación de que el análisis fotográfico de las transformaciones urbanas y los lugares que habitamos haya venido mediado por la particular mirada de sujetos ejercitados en la investigación, desde la práctica o la teoría artística. Esta aproximación hace de esta publicación algo excepcional, no sólo por el indudable interés del tema tratado (es la primera vez que se recogen las principales experiencias habidas en España fruto del uso de la fotografía como instrumento de observación y representación de los territorios y sus cambios), sino por la cantidad y variedad de miradas que logra reunir, todas de gran calidad”.

“La publicación ofrece una aproximación a la práctica fotográfica de la artista argentina basada en Nueva York, Liliana Porter (1941). Una artista de formada en el grabado —disciplina que atraviesa su práctica—, que ha trabajado en una gran variedad de medios como la escultura, la instalación y más recientemente el teatro. El volumen se presenta con una de sus piezas más conocidas de los años 70, obra caracterizada por el uso de fotografías de fragmentos de su cuerpo, en blanco y negro, a las que superpone dibujos lineales que fugan más allá del soporte fotográfico, mostrando una práctica de la fotografía expandida al espacio mediante el dibujo”.

7. Moritz Neumüller. Comisario, profesor y escritor.

”Confieso que no conocía a la artista americana Deanna Dikeman. Bueno… ni a ella, ni a sus padres. Ahora, después de hojear una y otra vez más su último libro, tengo la sensación de formar parte de la historia de esta familia. Una historia comprimida, entre dos tapas, inmortalizada en un gesto, un momento íntimo, que se repite durante 27 años. “Cuando tomé la primera fotografía en 1991, no pensaba en esto como un proyecto”, explica la autora. Y así fue que fotografiar a sus padres después de una visita, ya desde el coche, se convirtió en un ritual, Leaving and Waving, un simple acto de despedida, elevado a un evento fotográfico, a través de la repetición y una magnífica puesta en escena”.

”En otoño del 2020, se publican dos fotolibros inspirados en la, o mejor dicho, la telenovela de los ochenta, Santa Barbara: en septiembre, el de Diana Markosian, que recrea el viaje de su familia desde la Rusia postsoviética hasta California; en noviembre, la última entrega de la trilogía de Alejandro Cartagena, sobre las turbulencias culturales y políticas que ha experimentado Estados Unidos en los últimos cinco años. Tal vez le gana Markosian por la intimidad de su historia, pero en su conjunto, la Santa Barbara del mexicano es coherente, crítica, como libro, mas elegante, sobre todo gracias a su barroca tipografía sobre una tapa de terciopelo, en los colores de la bandera estrellada, rojo, azul y blanco”.

8. Txema Salvans. Fotógrafo.

“No señor policía, no recuerdo cómo lo maté', así me imagino al fotógrafo respondiendo sobre tal o cual hecho plasmado en el libro Cristóbal Hara, 1985- 2020. Sus imágenes son demasiado complejas, nadie en su sano juicio y siguiendo los mandatos de la razón tomaría esas fotos. Pero recordemos que hay que estar loco por partida doble: en la toma y en la edición. Porque es en la edición donde se descubre al cobarde, es en la razón de la edición donde se traiciona a la intuición. Me imagino a Cristóbal Hara con el dorsal 1 y representándose a él mismo. Lanzándose como un palista olímpico a los rápidos de un circuito. Ya sabemos que la física de fluidos es impredecible y, sin embargo, el palista se anticipa para fijar su bote y manejarlo a voluntad hasta su destino. Parece pues, que si el río es parte de la vida, lo único que puede superar su complejidad es la gestión de la misma. Y eso hace nuestro amigo; gestionar la vida anticipándose a ella para plasmar sobre una imagen su muerte. Al fin y al cabo una fotografía es la muerte de un instante al que se le roba todo futuro. La paradoja, sin embargo, es que esos cadáveres son eternos. Gracias Sr. Hara, de eso es usted culpable”.

“Este es sin duda el libro que más veces he regalado, claro, también tiene que ver con su precio. Siempre lo entrego guiñando un ojo, buscando la complicidad del otro, como diciendo espera y verás, o mejor dicho: lee y verás. Porque es uno de los pocos ‘fotolibros’ donde el texto es tan necesario como las fotos y viceversa. El texto te lleva en volandas hasta la sorpresa final que viene de la mano de una fotografía. Pepe Baeza escribió, (como siempre) un impecable texto sobre el libro. Yo no soy tan hábil como Baeza y del libro me limitaré a decir que su autor, Paco Gómez, es un tipo a que no se le puede desafiar. Siempre tiene la última palabra (debió de ser un alumno de bofetada), pero, como ocurre en Carta a un hermano, te deja con la sonrisa puesta”.

9. Olga Yatskevich. Cofundadora y editora de ‘10x10 Photobooks’.

“Se trata de un libro rico visualmente complejo y que explora la intersección entre los distintos roles de la mujer, la dinámica del poder, la influencia occidental y los estereotipos de género en el mundo árabe. Las fotografías, en su mayoría más sofisticadas y con más capas de lo que pudieran aparecer a primera vista, funcionan como complejos puzles visuales. El libro destaca por su lujosa producción y las excelentes decisiones en el diseño, tal y como la colorida sobrecubierta kiss-cut con pegatinas y una tapa dura con acabado brillante”.

“Elegante y poco pretencioso, este primer monográfico de la artista visual, noruega-nirgeriana, Frida Orupabo reúne llamativas figuras de collage pertenecientes a imágenes de archivo para reclamar y reafirmar el cuerpo negro y su historia. Repletas de significados y de simbolismos, estas figuras nos devuelven la mirada con una natural confianza en sí mismas, desafiando a nuestra mirada. Piden que reconsideremos qué vemos y cómo lo vemos”.

“El fotógrafo español, nos adentra en la claustrofóbica y desorientadora atmósfera de los interminables viajes de negocios. Resulta muy muy interesante e inteligente como fotolibro además de desplegar un sano sentido de sátira oscura”.

10. Maria Wills. Comisaria y docente.

“¿Qué puede ser más importante que humanizar una guerra? Federico Ríos, recorrió distintas zonas de Colombia retratando la cotidianidad de la Guerrilla de las FARC. Vemos historias sencillas, amores, caminos y una búsqueda de oportunidades, para salir de la perversa guerra, alimentada por el narcotráfico y la violencia. Este libro diluye la glorificación de la guerra en la abundancia vegetal, como lugar de vida; esa selva tan poderosa que ha sido el refugio por tantos años de este grupo armado. Su desplazamiento, las tensiones por el narcotrafico, la dejación de las armas, todo ello está allí, pero más allá está lo íntimo y lo cotidiano, menos polarizado y más humano, también más verde, el camuflaje original”.

“El libro aborda de una manera muy especial la intimidad. Se presenta como una reunión familiar. Y lo es. En imágenes vemos lazos y abrazos del alma, también glamour, también dolor, pero casi siempre dignidad y orgullo. La afirmación de género y la lucha o la resistencia común que genera una relación que se transforma en la vida misma, en la causa de la existencia”.

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