Las críticas de teatro y danza de la semana: sexo con diversidad funcional, cuatro hombres frente a sus emociones y un montaje gris tras la purpurina

Los expertos de ‘Babelia’ reseñan los estrenos recientes más destacados

Aitziber Garmendia y Telmo Irureta en una escena de la obra 'Sexpiertos', en el Teatro Fernando Fernán Gómez, Madrid.MIKEL MARTÍNEZ

Cuando una buena parte del cuerpo apenas funciona, la parte funcional cobra una importancia mayor. Para Telmo Irureta, que tiene una movilidad muy reducida en brazos y piernas a causa de una parálisis cerebral infantil, el pensamiento, la palabra, los afectos y el sexo son un sustitutivo de la libertad de movimiento. “Telmo me desarma cuando me dice: “Es que ni siquiera me puedo tapar la cara cuando lloro”, explica...

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Cuando una buena parte del cuerpo apenas funciona, la parte funcional cobra una importancia mayor. Para Telmo Irureta, que tiene una movilidad muy reducida en brazos y piernas a causa de una parálisis cerebral infantil, el pensamiento, la palabra, los afectos y el sexo son un sustitutivo de la libertad de movimiento. “Telmo me desarma cuando me dice: “Es que ni siquiera me puedo tapar la cara cuando lloro”, explica Aitziber Garmendia, su compañera de reparto en Sexpiertos, la comedia que están representando estos días en Las Palmas de Gran Canaria y la semana próxima en Madrid, en el Teatro Fernán Gómez. Kepa Errasti y el propio Irureta la compusieron a cuatro manos: es un decir, porque este sufre una contractura distónica de los dedos y tiene la muñeca desviada.

En Breu introducció al western, Joan Yago toma el género del wéstern como excusa para hablar de la masculinidad: nos encontramos ante una familia de cuatro hombres tristes que, como marca el canon, tienen problemas para expresar sus emociones. El dramaturgo y director Llàtzer Garcia —otro amante de las pelis de indios y vaqueros— dirige la función con su sensibilidad habitual: tanto el texto como la puesta en escena discurren sin estridencias, dejando un poso que quedará varios días en nuestra memoria.

El 4 de septiembre de 2008 abría la temporada del Teatro Real el recién fundado Corella Ballet Castilla y León con un sonado triunfo y aceptación del público representando por primera vez en ese coliseo La bayadera (rescatando la propuesta de Natalia Makarova para American Ballet Theatre de 1980); luego debió venir el Ballet del Teatro Bolshói de Moscú con la versión 1991-2016 de Yuri Grigorovich, pero la invasión rusa a Ucrania lo frustró. En sustitución, y al segundo intento, el Ballet Estatal de Múnich ofrece la puesta en escena del francés Patrice Bart (París, 1945), un montaje bastante gris a pesar de los colorines y el exceso de purpurinas que ya cumple su cuarto de siglo.

‘Sexpiertos’, de Kepa Errasti y Telmo Irureta

Telmo Irureta, ganador del Goya 2023 al Mejor Actor Revelación, se sincera en una comedia sobre la invisibilidad de las personas con parálisis cerebral, escrita junto a Kepa Errasti y dirigida por Mireia Gabilondo. Crítica de Javier Vallejo.

'Breu introducción al western', de Joan Yago

Tanto el texto como la puesta en escena de esta obra inspirada en las historias de indios y vaqueros discurren sin estridencias, dejando un poso que quedará varios días en nuestra memoria. Crítica de Oriol Puig Taulé.

'La bayadera', de Patrice Bart

Una producción del Ballet de la Ópera de Múnich de hace 25 años de dudoso gusto logra salvarse por la entrega de algunos bailarines y el trabajo orquestal. Crítica de Roger Salas.

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