Aguirre prepara el terreno para una bajada del sueldo de los funcionarios
El Gobierno regional se pone como límite hoy para obtener unos nuevos presupuestos La merma de los salarios de los altos cargos se da por hecha
El déjà vu en que vive el Gobierno regional desde hace tres semanas, cuando Esperanza Aguirre anunció que debían formularse por primera vez en la era del Estado de las Autonomías unos segundos presupuestos para cumplir con el 1,5% del déficit comprometido con la Moncloa —“y si puede ser cero, mejor”, ha dicho la presidenta de la Comunidad en varias ocasiones desde entonces—, concluirá hoy con un borrador del anteproyecto de ley con el que se modificarán las cuentas públicas de este año. Después de 21 días de carrusel, con reuniones al más alto nivel de los consejeros y sus equipos de trabajo, en la Puerta del Sol entienden que este mediodía se tiene que aprobar la nueva hoja de ruta “sí o sí”.
Las prisas del Ejecutivo de Aguirre de resolver el bucle en que llevan metidos desde hace cuatro jueves se añaden a la complejidad de los recortes a aplicar para no desviarse de nuevo del listón fijado de endeudamiento. El daño que causó en la imagen del Gobierno el déficit de 2011, que por arte de magia se dobló del 1,13% al 2,2% por la caída a pique de los tributos directos en el último trimestre del año pasado, tendencia que se ha agravado en los tres primeros meses de 2012, dibujan un escenario crudo en el que Aguirre no descarta aprobar medidas impopulares para contener el gasto.
La dirigente tendrá la última palabra sobre el plan que presentará el consejero de Economía y Hacienda, Percival Manglano. Los nuevos presupuestos se fundamentan en algunas de las conclusiones a las que se llegaron, pero no se adoptaron, en la reunión del máximo órgano de gobierno regional la semana pasada. Las iniciativas más extremas planteaban bajar el sueldo a los empleados dependientes de la Comunidad y despedir a parte de los interinos.
La opción de tocar los salarios del personal que cobra de la Real Casa de Correos —desde los funcionarios a los empleados laborales, eventuales e interinos— ha cobrado de nuevo fuerza una semana después de que la corriente menos entusiasta por la bajada de sueldos convenciera a la presidenta regional de que ampliara la perspectiva más allá de los efectos obvios que provocaría el ahorro inmediato en nóminas. Los más reacios con aprobar la que sería la primera bajada de los salarios bajo la órbita de la Comunidad también se han hecho a la idea.
La propia Aguirre volvió a retomar la vía más rápida —y dramática— ayer, al apuntar que el “número de funcionarios no se puede reducir”, pero sí se puede “reducir el personal eventual e interino de los entes públicos”. A bote pronto, los afectados podrían ser los 180.000 trabajadores de la Comunidad... Y eso sin contar a empresas públicas como Metro, Canal y Telemadrid. Eso sí, Aguirre reconoció el esfuerzo que supondría para los funcionarios, que ya se vieron afectados por el recorte del 5% dictado por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en mayo de 2010, y desde entonces tienen el sueldo congelado.
Consciente de lo agrio que resulta el remedio, Aguirre preparó el terreno dando por “seguro” que ella misma se volverá a bajar la nómina por tercera vez. “Yo cobro un 17% [el primer recorte fue del 2% y el siguiente del 15%] menos que en 2008”, recordó, en un anuncio con el que dar ejemplo y con un mensaje implícito: todo el mundo da por descontado en el Gobierno autónomo un ajuste en los salarios de los altos cargos.
Con una desviación presupuestaria de cerca de 2.000 millones, el interrogante está en la tijera que se podría aplicar a sueldos en la diana. Un drama acrecentado por los 1.400 millones que el Estado no transferirá a la región, un 10% de los previstos.
Disminuir las inversiones, las subvenciones y los entes públicos también estarán sobre el tapete. Para equilibrar la balanza, el Gobierno regional dispone además de 82 tasas con las que incrementar sus ingresos. Muchas de ellas tienen poca capacidad recaudatoria, y sus efectos se empezarían a ver a final de año. “La presidenta tendrá la última palabra, y no nos engañemos: estamos igual que hace una semana”, reconocen en el Ejecutivo. La solución del puzzle presupuestario se antoja amarga.
Los últimos 21 días del Gobierno
- 10 de mayo: Esperanza Aguirre anuncia en el Pleno de la Asamblea que los presupuestos previstos para 2012 no valen y hay que incorporar nuevos recortes. La medida, insólita, tiene como objetivo cumplir con el 1,5% del déficit comprometido con el Gobierno central.
- 17 de mayo: el consejero de Economía, Percival Manglano, presenta un primer borrador del anteproyecto de ley de modificación de los presupuestos en el Consejo de Gobierno. El abanico de alternativas se centra en aligerar las tasas presupuestarias.
- 24 de mayo: el segundo borrador que presenta Manglano en el Consejo de Gobierno incluye otras opciones más extremas: bajar el sueldo a los empleados dependientes de la Comunidad y despedir a parte de los interinos. El Ejecutivo no aprueba los presupuestos ante la falta de unanimidad.
- 31 de mayo: Tocar los salarios de los trabajadores públicos, que supondría un ahorro inmediato, cobra de nuevo fuerza.
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