Huelva mira al sur
La ciudad se asienta en la industria química sostenible, la agroindustria y la investigación
La ciudad de Huelva, con 148.918 habitantes, sitúa la mirada para su crecimiento futuro en la ría del Odiel y en una nueva industria basada en la química sostenible, en la agroindustria y en la investigación tecnológica. Atrás deben quedar las experiencias industriales del pasado siglo XX que, al calor del desarrollismo de los años 60 y principios de los 70, configuraron una ciudad “con barrios yuxtapuestos pero sin identidad urbana”, según destaca Noemí Sanchís, decana del Colegio de Arquitectos de Huelva. Sanchís cree que el debate de por dónde debe crecer la ciudad desde el punto de vista urbanístico es importante pero sostiene que la prioridad en época de crisis y de austeridad debe residir en “mejorar y atender” las carencias actuales en espacios verdes; así como en las zonas urbanas que ayuden a generar “un modelo de ciudad integrado”.
Retos férreos
- En los últimos meses la sociedad civil se ha organizado para pedir más conexiones en las líneas férreas.
- En 2014 se conformó una Plataforma en Defensa de las Comunicaciones Férreas en la que se reclama, entre otras cosas, las mejoras por tren entre Huelva, Sevilla y Madrid.
- Este enero se ha conformado la Agrupación de Interés por las Infraestructuras, integrada por 130 entidades, con el objetivo de promover las redes necesarias para la ciudad y su provincia.
Subraya que los concursos promovidos por la institución van encaminados a la “rehabilitación, renovación y recuperación de espacios”. Hay tres ejes en los que el colegio plantea las intervenciones: uno recorre espacios históricos como el paseo de Santa Fe, la plaza Dos de Mayo o el cabezo de San Pedro, otro atraviesa la ciudad de oeste a este incluyendo el muelle del Tinto, el parque ferroviario, la alameda Sundheim, y el Barrio Obrero y un tercero, en el que hay que intervenir en una trama urbana que transita entre parques y el río Odiel.
Por su parte, el arquitecto José Álvarez Checa, considera que la ciudad debe crecer hacia la ría del Odiel: “El sector sur y las actuaciones que desarrolla el Puerto en el paseo marítimo constituyen una zona idónea para el avance”. Checa es igualmente partidario de “mejorar” los espacios actuales y revitalizar el casco antiguo. “El crecimiento va a ser moderado y alejado de esas grandes extensiones que se dieron en las ciudades con la especulación inmobiliaria”, detalla. Considera un error que el futuro paseo marítimo tenga detrás un edificio como el estadio. “Se utiliza cada 15 días, deberían haberse ubicado allí viviendas con vistas a la ría”, dice.
El vicerrector de investigación de la Universidad de Huelva, Jesús de la Rosa, ve en el futuro de Huelva “una tercera revolución industrial”. Aunque matiza: “No como se concibió la minería en el siglo XIX y XX en la Faja Pirítica onubense ni como se hizo con el Polo de Desarrollo de finales del pasado siglo, sino con una industria basada en la química sostenible”. De la Rosa defiende que Huelva dispone de recursos naturales, de un tejido de empresas auxiliares y de técnicos capacitados para asumir ese reto. “Las industrias del Polo están incorporando la última tecnología para emplear menos materia prima y aprovechar más la energía. Eso tiene como resultado generar menos residuos y producir mejores productos, con lo que se es más respetuoso con el medio ambiente”, destaca el vicerrector, que precisa que para que Huelva sea una ciudad verde en el futuro, “necesita una operación de restauración de zonas degradadas por malas prácticas industriales realizadas en la industria anterior”. Una de esas zonas, recuerda, están ocupadas por los residuos de los fosfoyesos (resultante de la fabricación de ácido fosfórico por parte de Fertiberia) considerados un problema ambiental a resolver.
El Colegio de Arquitectos apuesta por la rehabilitación de espacios
Juan José García del Hoyo, catedrático de Economía de la Onubense y presidente del Consejo Económico y Social (CES), subraya que Huelva lleva años estancada y con un retroceso económico importante. Él deposita las esperanzas de crecimiento en los universitarios. “Tienen una preparación importante y pueden convertirse en motor de desarrollo para su transformación desde el punto de vista económico”, dice.
El catedrático está convencido de que la ciudad se beneficiará de una segunda revolución agrícola al calor de los regadíos y de una industria agroalimentaria potente. “El futuro pasa por la generación de una industria basada en nuevos productos y derivados que actualmente no existen. Además de en la exportación y transformación de productos agroalimentarios con un mayor valor añadido”.
Rafael Ávila, economista y ex secretario general de la Federación Onubense de Empresarios (FOE) considera que el desafío de la ciudad es “encontrar un modelo de desarrollo económico que propicie el crecimiento necesario en el empleo”. Ávila ha explicado que en la década de los 60 del siglo pasado, la capital contaba con un censo de 65.000 personas, una cifra que aumentó 15 años después a 125.000. “Ese crecimiento solo puede explicarse por el impacto de las inversiones del Polo de Promoción Industrial, que supuso el asentamiento de importantes industrias en el área de Huelva, Palos de la Frontera y San Juan del Puerto. “En este tiempo hemos visto cómo la flota pesquera ha ido sustituyéndose por barcos congeladores, los astilleros cerraron (aunque ahora hay una empresa de reparación de buques pequeños que ha reflotado la actividad) e industrias importantes nacidas al amparo de los beneficios del polo se han ido”. Como Ence, la empresa de celulosa ubicada en el término municipal de Huelva que desarrolló su actividad desde los inicios del polo. Su clausura ha supuesto la pérdida de 3.000 empleos.
Los expertos coinciden en buscar valor añadido a los productos de la zona
Rafael Ávila explica que la ciudad no ha sido destino de las inversiones agrícolas ni hoteleras que sí han beneficiado a otras zonas de la provincia y tampoco ha llegado a ser un destino de congresos y exposiciones. “Todos estos factores apuntan a un estancamiento económico con tendencia al descenso poblacional”, reflexiona. El futuro de la ciudad, según remarca, reside en “las oportunidades que ofrezca el sector industrial en campos que van desde la diversificación de la química, la metalúrgica y ahora también con la minería con el objetivo de que se quede en la provincia mayor valor añadido”.
Ávila está convencido de que hay proyectos en curso que pueden beneficiar a Huelva como el centro de vuelos no tripulados que se prevé crear en Mazagón, que conectará Huelva con las provincias de Sevilla y Cádiz en el sector aeronáutico y de las nuevas tecnologías. En materia agraria, añade, “es importante la finalización de las obras de la presa de Alcolea y el Canal de Trigueros para poner riego en tierras que afectan a los municipios de Gibraleón, Huelva capital, San Juan del Puerto y Trigueros”. Ávila ve en la futura urbanización del Ensanche Sur, por donde se proyecta el crecimiento urbano, “una oportunidad idónea para conectar la ciudad nueva con su centro histórico”.
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