Juan March, una explicación próxima
Josep Lluis Sureda explica el 'caso de la Barcelona Traction’ y el origen de la leyenda sobre el contrabando de tabaco y sus escándalos
Nueva mirada sobre Juan March. Otro libro que se suma a los trabajos que intentan desvelar la compleja y aún secreta figura del polémico potentado y político Juan March Ordinas (Santa Margalida, 1880- Madrid, 1962).
“Apunte para una biografía de Juan March Ordinas” se subtitula Fantasía y realidad en el expolio de Barcelona Traction [BT] (Civitas / Thomson) del jurista José Luis Sureda Carrión (Palma, 1923). Catedrático a los 29 años de Economía Política y Hacienda Pública en la UB, fue uno de los “futuros cónsules del pensamiento democrático”, anotó Carlos Barral.
Un trabajo de análisis jurídico e histórico busca fijar los hechos y corregir distorsiones
Su investigación busca fijar hechos y corregir distorsiones sobre el largo pleito la Barcelona Traction (La Canadiense). March rescató el negocio español, en crisis, de la multinacional que electrificó parte de Cataluña. Es una pugna de poder, un conflicto legal universal; un cas d’école sobre derecho, mercados e inversiones transnacionales.
Sureda publicó El caso de Barcelona Traction [BT] en 1959 [/BT]. Hoy pasa su mirada sobre el grueso de debates jurídicos y públicos. Describe campañas en la prensa y negociaciones de protagonistas y gobiernos. Sacude tópicos que llama “fábulas” sobre “el escandaloso expolio de Juan March”. Ve esa “leyenda” con “aceptación inmerecida” por una manipulación maestra para confundir. La tesis arraigó, se dice que March obró con “maquinaciones” en la quiebra y toma de control de BT que fue Fecsa, “sin pagar precio”.
La Arrendataria dictó cercos, vetos y pleitos para "aniquilar" y llevarle a "la ruina"
El testimonio es directo con vocación neutral. Consejero del Banco de España (1985-1994) y presidente de Caixa Cataluña, Sureda fue abogado de March en el pleito BT. En la Fundación durante años fue miembro del consejo asesor Juan March. Después fue presidente de Pryca, en la órbita del grupo March. Mallorquín en Cataluña habita en Artà. Pertenece a una familia intelectual. Su padre, Josep Sureda Blanes, escritor y químico formado en Alemania dirigió la fábrica de abonos de Portopí, de March.
Sureda Carrión quiere dilucidar el origen de la leyenda negra de March, como sus adversarios forjaron la “imagen perdurable del gran patrón del contrabando en el Mediterráneo”. Recuerda los intentos de juzgar el financiero al menos tres veces en 30 años.
March, en 1904, compró en Orán (Argel) una fábrica de tabacos y fue acusado de contrabando. Las élites financieras dominaban la Compañía Arrendataria de Tabacos Cat —y el Banco de España— que gestionó en monopolio de Baleares y norte de África. La Arrendataria dictó cercos, vetos y pleitos para “aniquilar” y llevar a “la ruina” a March.
Con su negocio del fumar entró en Marruecos donde competían dos monopolios y tomó acciones de la Cat. Los rectores del estanco “fabricaron pruebas”, usaron contra él testimonios anónimos y contabilidades ficticias. Le quisieron condenar en España, norte de África y Francia.
Francesc Bastos, jefe de la Cat y de frustradas campañas antiMarch, escribió sus memorias, subjetivas. Son el esqueleto de la novela de Manuel Benavides El último pirata del Mediterráneo, madre de tantos relatos.
Primo de Rivera y políticos demócratas acosaron a March; exsocios y sus hijos le denunciaron. El aire de un crimen flota en la supuesta carta de su mujer a un amante. La duda no cejó y se alimenta, sin prueba formal.
“No todo es admisible en las disputas económicas”, advierte Sureda. El fiscal de la República, Ángel Galarza, amigo del enemigo Bastos, manejó a un policía expulsado para que captase al hijo de un adversario de March y declarase por sorpresa en la comisión de garantías del Congreso. El potentado cayó preso en 1932 y se fugó. El 36 financió el golpe de Franco.
March siempre ganó. Enorme y controvertido financiero por su pugna contra la República, el apoyo con fondos al golpe Franco, su negocio público y clandestino de tabaco y su papel en las dos grandes guerras. Constituyó la fundación March. La familia mantiene sin vulnerar el paisaje de grandes fincas de Mallorca que él adquirió a terratenientes arruinados; las poseían desde el siglo XIII, en general por reparto de conquista.
En 1926 creó la Banca March. En 1953 existían en España 150 bancos familiares y regionales. Ahora queda el suyo. En marzo su banco mostró un vídeo en el que se veía, fugaz, a Juan March. La versión pública obvió el fotograma de quién es aún un enigma. En la dinastía hay tres Juan March. Un nieto, Juan March Delgado, y dos bisnietos, Juan March de la Lastra y Juan March Juan. En Mallorca son un poder atávico y discreto.
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