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Una niña vive 18 años sin cáncer gracias a los CAR-T

La paciente, que sufría un tumor del sistema nervioso, creció sin recaídas y pudo tener dos hijos sanos. Es la supervivencia más larga registrada con estas terapias

Terapia CAR-T
Un médico examina a una niña en el Hospital Infantil de Texas (Estados Unidos).Texas Children's
Nuño Domínguez

Uno de los mayores retos de la lucha contra el cáncer es conseguir que los tratamientos más revolucionarios funcionen contra los tumores de peor pronóstico. Es el caso de la terapia CAR-T, que emplea linfocitos del propio paciente modificados en el laboratorio para que sepan encontrar y eliminar las células de su tumor. Estas terapias han conseguido curaciones espectaculares contra leucemias y otros tumores de la sangre. La próxima frontera es lograr lo mismo con tumores sólidos, algo mucho más complicado, pero posible.

Un estudio publicado este lunes aporta pruebas de que las terapias con CAR-T también pueden lograr curaciones asombrosas más allá de la sangre. El trabajo se centra en el neuroblastoma, un cáncer de las células nerviosas poco frecuente que afecta sobre todo a recién nacidos y niños de corta edad. Entre 2004 y 2009, 19 pacientes pediátricos con neuroblastoma recibieron un tratamiento con linfocitos CAR-T modificados para identificar la GD2, una proteína característica del tumor.

Doce de los 19 pacientes murieron debido a recaídas en los meses y años sucesivos al tratamiento. Pero el trabajo destaca que otros cinco pacientes sobrevivieron al menos 13 años y no tenían signos de cáncer en su última revisión, realizada entre 10 y 15 años después de la infusión de los CAR-T. El caso más destacado es el de una paciente que tras recibir el tratamiento ha pasado 18 años sin rastro de la enfermedad. La paciente sigue viva y ha tenido dos hijos sanos, destacan los autores del estudio, publicado en Nature Medicine.

Esta es la “supervivencia más larga” que se ha registrado en cáncer tras el uso de la terapia CAR-T, incluso más duradera que las registradas en tumores hematológicos, destacan los autores del trabajo, asociados a la Escuela de Medicina Baylor, en Texas, Estados Unidos. Generalmente, se considera que una supervivencia de más de cinco años sin recaída equivale a una curación. Los 18 años de supervivencia sin cáncer registrados en este ensayo clínico se dan además en un tumor sólido, y en pacientes que habían sufrido recaídas antes de ser tratados con los linfocitos modificados.

Los médicos estadounidenses usaron CAR-T de primera generación, que ya han quedado prácticamente en desuso porque sus nuevas versiones tienen mayor capacidad de estimular al sistema inmune, han demostrado mayor efectividad, y ya se usan de forma comercial para tratar tumores hematológicos. Los CAR-T de tercera y cuarta generación, aún más refinados para lograr más efectividad y una larga permanencia en el organismo, son una de las terapias experimentales más prometedoras contra tumores sólidos de mal pronóstico, como el glioblastoma cerebral o el cáncer de páncreas. Trabajos anteriores también han mostrado resultados muy prometedores de los CAR-T contra enfermedades autoinmunes.

“El caso es muy llamativo e interesante para este campo por la extraordinaria duración de los CAR-T en el organismo”, destaca a este diario Manel Juan, inmunólogo del Hospital Clínic de Barcelona, que trabaja en el desarrollo de nuevas terapias con CAR-T. El médico explica que estos resultados se suman a los obtenidos en 2023 por otro equipo de médicos en Italia con un tratamiento similar que consiguió respuestas completas en un 30% de los niños tratados. “Esta es una vía de tratamiento lógica y muy prometedora. Además, esta proteína tumoral del neuroblastoma también está involucrada en otros tumores, como el glioblastoma”, resalta Juan.

Una de las incógnitas que deja este estudio es por qué el tratamiento no funcionó en los 12 niños que fallecieron. “La clave está en el sistema inmunitario de cada paciente, y hoy por hoy no tenemos capacidad de saber por qué unos responden y otros no”, resalta Juan. Uno de los grandes objetivos del campo es entender “qué teclas [inmunológicas] hay que tocar en cada individuo”, añade.

Marta Alonso, experta en tumores cerebrales infantiles del Centro de Investigación Médica Aplicada de la Universidad de Navarra, explica: “Prácticamente no contamos con estudios de este tipo con un seguimiento tan largo de pacientes tratados con las nuevas modalidades de terapias avanzadas”. “En ese sentido, es un estudio muy importante que nos permite conocer el verdadero impacto en la calidad de vida de pacientes tratados con CAR-T”. Uno de los datos más positivos sería la larga duración de los linfocitos T modificados en el organismo de algunos de los pacientes. Aunque advierte de que la limitación más relevante del estudio es contar con pocos pacientes. “Al ser números tan pequeños, es difícil sacar conclusiones definitivas. De los siete pacientes que respondieron al tratamiento, no está claro cuál era su situación basal, y siempre queda la duda de que pueda ser algo intrínseco del paciente que pueda ser más susceptible a la inmunoterapia. No obstante, estas limitaciones no le restan relevancia al estudio”, concluye.

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Sobre la firma

Nuño Domínguez
Nuño Domínguez es cofundador de Materia, la sección de Ciencia de EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Periodismo Científico por la Universidad de Boston (EE UU). Antes de EL PAÍS trabajó en medios como Público, El Mundo, La Voz de Galicia o la Agencia Efe.
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