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CAMBIO CLIMÁTICO
Tribuna
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Geotermia: el enorme potencial sin aprovechar de la energía térmica bajo el suelo

Investigadores del Instituto Geológico y Minero de España reclaman un papel más importante de esta tecnología en la transición energética

Una instalación de energía geotérmica.
Una instalación de energía geotérmica.IGME

Evitar el frío en invierno y el calor en verano nos sale muy caro, no solo desde el punto de vista económico, sino, sobre todo, desde el ambiental. Según la plataforma European Technology Platform on Renewable Heating and Cooling, la generación y disipación de calor representa la mayor parte de la demanda de energía en occidente. Supone en torno a un 47% de la energía consumida en Europa y aporta el 40% del total de las emisiones de gases de efecto invernadero. Si se considera que el 81% de la demanda de calor y refrigeración es satisfecha mediante el consumo de combustibles fósiles, resulta fácil entender que la descarbonización del sector de producción de calor y frío representa el mayor nicho de oportunidad en las estrategias de mitigación del cambio climático.

En España, y en el resto de Europa, nos hemos embarcado en un ambicioso y necesario plan de transición energética. En nuestro país, este plan está definido por el “Paquete de medidas sobre energía y clima” compuesto por el actual Proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima y la Estrategia de Transición Energética que tienen un sesgo favorable hacia sectores de producción de energía eléctrica mediante energía solar fotovoltaica y eólica, así como hacia la electrificación de los medios de transporte. Las necesidades a corregir son de tal calibre que no se entiende la razón de que en el paquete de medidas se olviden otras tecnologías renovables que ayudarían a facilitar esta transición energética.

Una de estas tecnologías que nosotros, junto a otros científicos y científicas, investigamos en el Instituto Geológico y Minero de España (IGME), es la llamada geotermia somera que, precisamente en España, tienen un enorme potencial. Pero no solo en nuestro país, según la Agencia Estadounidense de Protección Ambiental, la geotermia somera es una de las tecnologías más eficientes para la climatización de edificios.

La energía geotérmica somera hace referencia a la energía térmica que contienen los materiales geológicos, básicamente rocas y agua subterránea, más superficiales. No se trata de aprovechar la energía térmica del suelo para generar electricidad, sino de su utilización directa para climatizar nuestros edificios. Podríamos decir que la geotermia somera aprovecha el “efecto bodega” (temperatura constante durante todo el año) para climatizar espacios interiores. Para trasladar este efecto a los edificios se necesitan bombas de calor, la misma tecnología de los aparatos de aire acondicionado, pero reversible para que genere tanto frío como calor. Y también son necesarios intercambiadores, denominados geotérmicos, para permutar el calor con el subsuelo. Estos intercambiadores deben introducirse en una perforación vertical en el suelo a una profundidad de entre 100 metros a 400 metros. Los materiales geológicos a esa profundidad tienen una temperatura media anual prácticamente constante que permite su utilización energética durante todo el año.

Pero el Proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética no considera la geotermia somera con el potencial que es capaz de ofrecer, a pesar de sus ventajas ambientales, económicas y energéticas. Lograr la descarbonización en el horizonte del año 2050 no va a ser fácil. Una de las claves será que se adopten más medidas específicas para que tanto los edificios privados como los de las administraciones públicas reduzcan paulatinamente sus emisiones de gases de efecto invernadero.

Para ello, sería muy útil la incorporación de tecnologías como la energía geotermia ambiental somera. Resultaría también recomendable la puesta en marcha de medidas adicionales que faciliten la penetración de esta tecnología renovable en la construcción y renovación de edificios. Y sería necesaria la introducción en la planificación de ordenación urbana de los municipios de más de 50.000 habitantes y en los territorios insulares de medidas para reducir las emisiones derivadas de la producción de calor-frío que fomenten el uso de, entre otras fuentes de energía térmica renovable, la geotérmica somera con las necesarias medidas fiscales y financieras.

La energía geotérmica es un recurso inmenso, ubicuo en todo tipo de terreno y versátil, capaz de ayudar a satisfacer la demanda de energía de la población mundial y de reducir la utilización de combustibles fósiles como energía primaria. Aunque es la tecnología energética y ambientalmente más eficiente, no ha conseguido implantarse de forma masiva en la sociedad. La barrera más importante que lo ha impedido hasta ahora ha sido su coste inicial, ya que, aunque su amortización es rápida, la construcción de los intercambiadores requiere una inversión económica importante. Pero la inmensidad del reto al que se enfrenta nuestra sociedad no puede permitirse desperdiciar un recurso como la geotermia.

Miguel Mejías Moreno y Alejandro García Gil son jefe de Área de Hidrogeología Aplicada y científico titular, respectivamente, del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) y autores del libro Geotermia somera: fundamentos teóricos y aplicación (IGME).

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