La sequía es una amenaza existencial, la resiliencia es una obligación
Los presidentes de Senegal y España escriben sobre el lanzamiento en la cumbre del clima de Egipto de la Alianza Internacional para la Resiliencia a la Sequía
Los científicos advirtieron durante décadas de que, si no actuábamos, la humanidad podría no sobrevivir a los impactos del cambio climático. Las recientes catástrofes meteorológicas nos han mostrado lo que la inacción ante el cambio climático nos depara en el futuro.
En el pasado, las sequías eran peligros naturales que había que gestionar. Ahora están desestabilizando a las comunidades y a la economía a nivel mundial y se están convirtiendo en amenazas existenciales, a medida que convergen múltiples desafíos, ya sean las migraciones forzosas, las pérdidas económicas o la inseguridad energética.
La ciencia nos dice que nos encontramos en la última década de la que disponemos para cambiar el rumbo. Debe ser la década de la acción. No de la planificación. No de las promesas. No de las propuestas. De la Acción. Mañana, en la Conferencia sobre el Cambio Climático de Sharm el-Sheikh, junto con líderes de todos los rincones del mundo y organizaciones internacionales, nos reuniremos para crear la Alianza Internacional para la Resiliencia a la Sequía.
La alianza movilizará a líderes de todos los ámbitos para dar el impulso político necesario para garantizar que todos los países, ciudades y comunidades estén bien preparadas y puedan recuperarse y prosperar tras las sequías.
Ninguna región es inmune a las sequías. Cada vez se están volviendo más frecuentes, y cada una es más grave que la anterior. En las últimas dos décadas, en lugar de una megasequía cada 10 años, hemos tenido una cada seis años de media.
En menos de tres décadas, sólo una de cada cuatro personas, incluidos los habitantes de las ciudades, se habrá librado del problema de la escasez de agua debido a las sequías.
Pero ahora podemos cambiar todo esto. En esta década. Porque las respuestas de emergencia que se utilizaban en el pasado no servirán y las sequías que se avecinan serán mucho más mortales.
Serán peor que los recientes e inextinguibles incendios forestales de Australia, Grecia, Portugal, España o Estados Unidos, que diezmaron las reservas naturales o dejaron en la ruina ciudades, comunidades y zonas rurales.
Mucho peor que las hambrunas que solían afectar a las naciones sólo durante una temporada o un año. Las sequías golpearán a muchos países simultáneamente y durante varios años.
El Cuerno de África está sufriendo una sequía de cuatro años, la peor en cuatro décadas. Llega después de una sequía de varios años en el África meridional que tuvo lugar hace cinco años. Para 2030, la sequía puede desplazar a 700 millones de personas en África.
Algunos de los mayores ríos y lagos del mundo se secaron este verano. Son señales de advertencia de lo que se avecina cuando las tierras que los alimentaban comiencen a secarse.
Las naciones, las comunidades, las ciudades y los hogares se están doblegando bajo el peso de la sequía. No pueden gestionar por sí solos la naturaleza y la magnitud de estos fenómenos.
Los líderes debemos hacer de la resiliencia a la sequía una prioridad en la política nacional de desarrollo y cooperación.
En la última década, más de 70 países han establecido políticas nacionales contra la sequía que aclaran qué medidas deben tomarse y quiénes deben hacerlo.
Pero las sequías no son sólo un problema nacional. Sus impactos son regionales y globales. Por eso tenemos que afrontarlas todos juntos.
La alianza está reuniendo a los líderes para dinamizar este trabajo para promover el intercambio de conocimientos y la colaboración y así obtener el máximo beneficio de todo el trabajo sobre la resiliencia a la sequía.
Impulsaremos la consolidación de las acciones e iniciativas regionales sobre la innovación, la transferencia de tecnología y conocimientos tradicionales y la movilización de recursos.
La alianza estimulará el pleno compromiso de todos los actores involucrados, incluido el sector privado.
Solamente seremos resilientes al cambio climático si nuestra tierra lo es. La creación de resiliencia ante los desastres causados por la sequía es la forma de asegurarse los avances que podamos lograr en cada uno de los objetivos de desarrollo sostenible, especialmente para las personas más vulnerables. La misión de la alianza es dar un impulso político para que la resiliencia de la tierra ante la sequía y el cambio climático sea una realidad para el año 2030.
Macky Sall es el presidente de Senegal y Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno de España.
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