Del escritor al lector, 6: el diseñador de portadas

Más de 80.000 títulos de libros se registran cada año en España. Así es que las librerías analógicas y digitales son la selva en cuanto a oferta de obras se refiere. O el paraíso, según se mire. En cualquier caso, el reto es cómo destacar. Qué hacer para que el lector-comprador se fije en un libro. Sobre todo porque la mayoría de lectores los compran por la estética de las portadas, por el grito que da el libro desde la mesa de novedades para que se fijen en él. Claro que algunos los compran por recomendación de un amigo, por una crítica literaria o porque les suena el autor, o les interesa el tema, y demás. Y si van por un libro concreto lo más seguro es que echen un vistazo a las novedades y el ojo se detenga en alguna, o algunas. Ese es el momento crucial de la obra literaria, sola con su aspecto ante el resto del mundo.

Ferrán López, director creativo del Grupo Planeta y del departamento de Arte y Diseño, desvela para EL PAÍS algunas de las claves del proceso de creación de una portada. Algo nada fácil en editoriales pequeñas y en grupo como Planeta que tiene varios sellos y se debe respetar la identidad de cada uno de ellos. El proceso empieza cuando el editor le cuenta a López que hay un nuevo libro y le dice de qué trata y a qué público va dirigido. En ese momento, se activa una estrategia o protocolo de trabajo que busca crear la portada más indicada, acorde a las coordenadas del sello al cual pertenece.

Cada portada es un mundo, pero según Ferrán López, hay tres aspectos esenciales para crearlas: Unicidad y originalidad, impacto visual para que destaque en esa pelea de la mesa de novedades y coherencia con la editorial bajo la cual se imprime.

Mañana: Las voces del libro, 7: El impresor.