Buenos Aires ofrece un festín para los amantes del arte

"Arte, arte, arte". Las populares palabras de la artista plástica argentina Marta Minujín describen a Buenos Aires esta semana, donde confluyen tres grandes citas artísticas: la tradicional feria arteBA, la recién nacida Feria de Arte Contemporáneo de Argentina (FACA) y la segunda edición de la Bienal de Performance. El festín para los amantes del arte se completa con la presencia del británico Anish Kapoor este fin de semana y grandes muestras en museos, como la del francés Yves Klein en Proa, Tomás Saraceno en Mamba y la colectiva Naturaleza: refugio y recurso del hombre en el CCK. "¡Un shock de arte nacional e internacional!", dice Julia Converti, gerente general de arteBA. "Creo que es el año más intenso de propuestas dentro y fuera de la feria. Muchas actividades para distintos públicos", opina.

La 26 edición de arteBA abrió hoy sus puertas al público con la participación de 370 artistas agrupados en 91 galerías procedentes de una veintena de países. Como en años anteriores, hay arte para todos los bolsillos: desde piezas por 100 dólares hasta los tres millones de la obra más cara en exposición, El hombre que camina, del colombiano Fernando Botero, una escultura en bronce patinado de 3,50 metros de altura expuesta en la galería Maman. Freelancer, el helicóptero de Eduardo Basualdo en el espacio Chandon, y Force, de Christian Falsnaes, que invita al espectador a ponerse unos auriculares y seguir instrucciones como dibujar círculos con tinta invisible o señalar un punto ciego, son otras de las atracciones de la feria, que permanecerá abierta hasta el sábado. El año pasado concurrieron 80.000 visitantes.

Dos de las principales secciones, Dixit y el Prime Time, tienen este año el futuro como tema disparador. Aunque nadie sabe hacia dónde dirigirá sus pasos el arte en las próximas décadas, muchos coinciden en la diversificación de formatos y en el auge de las experiencias artísticas frente a las obras. Éstas juegan un rol protagonista en arteBA gracias a una nueva sección, Performance Box, que funciona como una sede más de la Bienal de Performance. Allí se exhibe, entre otras, el pago de la deuda con aceitunas a Angela Merkel que Minujín realizó en la última Documenta, en una reversión del famoso pago de la deuda con maíz que realizó en Nueva York junto a su amigo Andy Warhol.

Fuera de esa sección, Nicola Costantino realiza la performance comestible Dulce fuente de Delicias: invitación a un festín surrealista, inspirada en El jardín de las delicias, de El Bosco, mientras que el día de la inauguración, en la tarde del miércoles, un artista cordobés realizó una "acción ritual de reemplazo de almas", mientras que a metros de él, el mendocino Marco Poblete posaba ante las cámaras disfrazado de chola boliviana.

El atracón artístico de estos días en Buenos Aires se suma al gran momento del arte local en vitrinas internacionales, tras la participación de Argentina como país invitado en la última edición de la feria madrileña ARCO, y con las obras expuestas por Claudia Fontes en la Bienal de Venecia y de Minujín en Documenta. Aunque lejos aún de gigantes artísticos latinoamericanos como México o Brasil, Argentina busca escalar posiciones.