El otro lado de la imagen

La artista finesa Eija-Lii­sa Ahtila (Hämeenlinna, 1959) expone hasta el próximo mes de septiembre en el Museo de Arte Contemporáneo Gas Natural Fenosa (MAC), en A Coruña, una medida y potente selección de sus trabajos en videoinstalación, fotografía y dibujo desde los años noventa hasta la actualidad bajo el título Ecologías del drama.

Acostumbradas como estamos a afrontar en arte el fragmento, el trauma o la ficción en formatos que a su vez son fragmento, trauma o ficción, la primera sorpresa en el interior de la exposición de Eija-Liisa Ahtila la produce el riguroso clasicismo contemporáneo de su formato. Hemos huido tanto y tan rápido en arte de todo gran relato que, en ocasiones, el vacío que hemos producido en el interior de las estructuras narrativas supone un espacio de cuestionamiento mucho más eficaz que la repetición constante en las formas de lo que ya no somos: centro en el mundo. Ese es, para mí, el principio ecológico de la exposición de Ahtila, el gesto sostenible. Para qué seguir reproduciendo fragmentos visuales que hablen de nuestra naturaleza fragmentaria pudiendo resignificar la visión completa como experiencia.

Detrás de cada economía, es decir, detrás de cada decisión sobre la distribución de los recursos, hay una ecología, insiste la artista

Ese gesto está especialmente presente en obras como la videoinstalación Horizontal (2011) o Ejercicios antropológicos sobre película (2011), la serie de dibujos que la acompañan. Cómo producir una imagen completa en movimiento de un elemento natural, un árbol, que no cabe individualizado en nuestras formas técnicas; ni en las del cine, ni en las de la fotografía… Tumbándolo. Casi sin notarlo, como si del sonido de un árbol recién talado en medio del bosque que no hemos visto caer se tratase, Ahtila ha derribado, ante nuestros ojos, algunos de los principios fundamentales de la representación. Con mucho humor además. Un humor sobrio que, por ser finés, una no puede evitar conectar con la ironía visual de Aki Kaurismäki, el cineasta. Me gustaría preguntarle a Eija-Liisa qué le parece la visión que el director transmite de su país. “Romántica, demasiado romántica”, me contesta cuando después de la rueda de prensa me acerco a ella para hacerlo.

Pero el gesto artístico en Ecologías del drama no es solo sencillo, contundente e irónico, es también decididamente político, ético. ¿Qué es lo que deberíamos ver en las imágenes? ¿Qué seres vivos incluir? ¿Cómo traer al otro de la imagen? Se lo pregunta la artista durante la presentación de la exposición en el MAC. Detrás de cada economía, es decir, detrás de cada decisión sobre la distribución de los recursos, hay una ecología, insiste. Su operación artística no es otra que la creación de una nueva división de lo sensible, un régimen de visibilidad si seguimos el pensamiento estético del filósofo Jacques Rancière para descubrir con él cuáles serán sus efectos emancipadores para la espectadora de la exposición. Así ocurre lo que ocurre cuando una dedica el tiempo que requieren las obras en videoinstalación como Estudios sobre la ecología del drama (2014) o La anunciación de María (2010).

La dirección cinematográfica de personajes humanos, naturales, divinos y animales, su relación entre ellos, con el lenguaje, con la imagen en movimiento y con el tiempo —elementos fundamentales del relato—, producen el milagro sobre cuya posibilidad Ahtila se pregunta la anunciación de otro lugar en la historia, también en la del arte, para ser humana en la naturaleza. Exactamente lo mismo que ocurre ante sus obras más tempranas en la exposición, la videoinstalación Hoy (1996) y la serie fotográfica Los perros muerden (1992-1997): una transferencia de significado radical, la del relato de la hija en el centro de la historia familiar, la del cuerpo de la chica en la postura del comportamiento animal.

‘Ecologías del drama’. Eija-Liisa Ahtila. MAC Gas Natural Fenosa. A Coruña. Hasta el 10 de septiembre.