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Cinco cómics para leer después de ver ‘Black Panther’

Pantera Negra ha tenido una historia irregular en Marvel, pero con picos de mucha calidad

Eneko Ruiz Jiménez

Pantera Negra tiene 52 años de historia en el universo Marvel. Conocer sus andaduras puede parecer inabarcable, pero, en realidad, no es tan complicado repasar sus momentos cumbres tras su primera aparición en Cuatro Fantásticos #52 USA, de 1966. Aunque sea uno de los personajes más distintivos del universo Marvel, el rey africano T'Challa ha contado con una carrera irregular en la editorial hasta el estreno este viernes de su película. Su color de piel seguramente no ayudó a asegurarle el éxito continuado de sus colecciones, aunque, pese a varios tropezones comerciales y momentos de sequía, un nutrido grupo de autores logró hacerlo florecer como uno de los personajes más políticos del cómic de supertipos.

Al fin y al cabo, Black Panther estuvo impregnado por cierto mensaje desde sus orígenes. Pese a que su primera aventura como enemigo/amigo de Los 4 Fantásticos es tan convencional como uno podría imaginarse, presentar al primer superhéroe negro ya daba de por sí un discurso. Cuando, además, el nombre de este título hereditario coincidió con el de la incipiente organización nacionalista negra que desafiaba la brutalidad policial en la vida real, la comparación ya no pudo evitarse (aunque lo intentaron cambiar por Leopardo negro, nunca prosperó: "Ni condeno ni apoyo a los que han tomado el nombre", decía en las viñetas para alejarse). Eso sí, la política llegó muchos después de la etapa de Stan Lee y Jack Kirby con el personaje. Ellos estaban mucho más centrados en la grandiosidad de la ciencia-ficción y los descubrimientos de una época del cómic que pasaría a la historia como pocas otras por su imaginación a raudales y personajes originales.

Pantera Negra de Don McGregor

Marvel Gold. Pantera Negra 1 (Jungle Action 6-24, Black Panther 1-15, Marvel Premiere 51-53 y Marvel Team-Up 100 USA)

Hasta que Don McGregor tomó las riendas del superhéroe en Jungle Action (un título de la antigua Atlas), Pantera Negra se había mantenido en un honroso segundo plano en el universo Marvel, con apariciones puntuales y como miembro de Los Vengadores. El éxito como protagonista solo llegaría cuando se separó del entorno estadounidense de sus compañeros y pudo forjarse su personalidad. El nuevo guionista lo tenía claro desde el título: Acción en la jungla. "Cuando tomé las riendas, todos eran básicamente héroes rubios de la jungla que llegaban para salvar a la población nativa. Todo bastante racista. No podía creer que Marvel publicara aquello", recordaba McGregor.

Las historias de T'Challa sucedían en la selva del país imaginario de la supertecnológica nación de Wakanda (esa vuelta a África que clamaban los seguidores de Malcolm X). Todos los personajes eran negros, tanto héroes como villanos. Sus tramas, como mandaban los rebeldes setenta, estarían marcadas por las reivindicaciones y la violencia. La lucha racial, los derechos civiles capitaneados por Martin Luther King, la violencia policial y el Ku Klux Klan estaban a la orden del día, así que los discursos no se se podían evitar en un cómic que recorría la experiencia negra, igual que las drogas y los hippies se colaron por en otras series. McGregor aprovechó un título que no importaba a nadie para lanzar todos sus mensajes. Su Pantera volvía a África para descubrir que ahora sus súbditos le tomaban por vendido.

En sus aventuras se presentaron, además, personajes como el villano Killmonger, su madre y reina Ramonda, su lugarteniente W'Kabi y su novia estadounidense Monica Lynne, mientras rompía con la convención de números autocontenidos. McGregor creaba para su primera saga todo un arco argumental de 13 números, como se pondría de moda años más tarde. El guionista y los dibujantes Rich Buckler, Gil Kane y Billy Graham diseñaban una Wakanda compleja y diversa, un escenario adulto y cuidadosamente pensado. Era inteligente en su narración y valiente en su perspectiva social. El reparto del primer arco era africano en su práctica totalidad. Ni siquiera había invitados blancos de otras colecciones: "Teníamos a una cultura africana escondida y aislada ¿de dónde iban a salir los blancos?", explicaba McGregor. En el segundo, T'Challa viajó hasta Georgia para combatir cara a cara con el Ku Klux Klan. Quizás demasiado para la época, y la serie, que no vendía demasiado, fue cancelada. McGregor era consciente e incluso se atrevió a lanzar discursos sobre sus ideales y contra la editorial en las viñetas, igual que hacía su compañero Steve Gerber en Howard el Pato. Era un momento complicado para vivir en el bullpen, las generaciones decían no a sus predecesores. Igual que sucedía a lo largo de EE UU.

El tomo en el que Panini recopila la primera etapa en el título de este escritor rompedor aunque olvidado (volvería 13 años después para narrar una historia en la Sudáfrica del Apartheid), así como el regreso del rey Jack Kirby al personaje tras esta aventura política y varias apariciones especiales, aunque deja fuera sus primeras apariciones en Los Cuatro Fantásticos, no las más recomendables para conocer a Pantera Negra.

Pantera Negra de Christopher Priest

Marvel Héroes. Pantera Negra de Christopher Priest 1 (Marvel Knights: Black Panther 1-25 y Deadpool v3, 44 USA)

La otra gran influencia en la adaptación cinematográfica de Pantera Negra es la serie de Christopher Priest (¡ya era hora de un autor afroamericano!) en los noventa, ubicada bajo el título callejero y más oscuro de Marvel Knights, sello que quería introducir una editorial más adulta. El guionista volvió a África aunque esta vez desde la perspectiva de un patoso burócrata como Everett Ross (Martin Freeman en la película) dispuesto a hacer la vida un poco más difícil a los mandatarios del país dominado de manera casi absolutista. Sí, el protagonista del primer gran guionista negro de Marvel era blanco. Era la estrategia de Priest, que lo describía como su Chandler de Friends, para evitar las consecuencias de convertirse en el autor de personajes negros. Su narración engancha desde el principio. La primera viñeta: Ross apuntando con una pistola a una rata. En esta etapa de más de 60 números fueron introducidas, además, las Dora Milaje, las acompañantes del T'Challa criadas para servir al rey y no serle infiel desde su nacimiento. El monarca, en su exilio neoyorquino, veía desde lejos cómo su país volvía a ser usurpado por Killmonger.

Priest, mucho menos pendiente de monólogos y enseñanzas que McGregor, no tenía miedo, sin embargo, por mezclar a Pantera con el lado pulp y divertido, con mucho humor negro y una narración casi sacada de serie de televisión. Pantera Negra era poderoso y llamativo, ni un superhéroe ni un salvador, sino un rey. Aun así, su etapa también parecía escrita antes de tiempo. Tras 62 números y un spin-off dedicado a un grupo de superhéroes negros llamado The Crew, Priest se convirtió en el segundo autor del personaje que desapareció durante décadas.

Pantera Negra de Reginald Hudlin

Marvel Collection. Pantera Negra de Hudlin 1 (Black Panther v4, 1-13 y X-Men 175 y 176 USA)

Mucho menos recomendable que las anteriores, pero accesible para los nuevos lectores que no se quieran romper demasiado la cabeza, esta etapa pasó de un arco autocontenido que actualizaba los orígenes de T'Challa contra Klaw, dibujado magníficamente por John Romita Jr. (pero con muy poca alma) para acabar siendo una serie que se cruzaba con los eventos y superhéroes Marvel y donde incluso se pergeñó un casamiento real con la mutante Tormenta. Reginald Hudlin (productor de Django Desencadenado y El Show de Bernie Mac) era simplemente el último en una moda en la que los directores y guionistas de Hollywood decidían, tras toda la vida leyendo Marvel, probar con el mundo del cómic. Pero ser fan no siempre es igual a ser un gran guionista.

Los Vengadores de Jonathan Hickman

Marvel Now! Deluxe. Los Vengadores de Jonathan Hickman 1 (Avengers v5, 1-6, New Avengers v3, 1-6 USA)

Pantera Negra es uno de los miembros más veteranos de Los Vengadores, aunque ninguna etapa afectó tanto a su porvenir como una de las últimas. Es verdad que T'Challa era solo un personaje más de todo un arco río con muchas tramas, pero Hickman supo tomarle el pulso e hizo su discurso personal y llamativo. Era un Rey que había llevado a su país a la destrucción absoluta y en quien sus vecinos ya no creían. Tragedia tras tragedia, el monarca se convierte en miembro de los Illuminati, el grupo llamado a combatir los grandes problemas del universo Marvel en la sombra. Juntos deciden tomar una decisión éticamente cuestionable que afectará el porvenir de todo el universo: comienzan a matar Tierras para que la principal sobreviva a un choque multiversal. Un relato de proporciones bíblicas que recorre desde el comienzo hasta el final de la humanidad y que sintoniza con el lado más oscuro de Pantera Negra, el de un rey que tiene que tomar decisiones difíciles para salvar a su pueblo. En España, Panini publicará el primer tomo recopilatorio en abril.

Pantera Negra de Ta-Nehisi Coates

"He amado Marvel toda mi vida. Fue uno de los primeros lugares que me inspiró a escribir. No podía rechazar una oportunidad para trabajar allí". Quien habla es Ta-Nehisi Coates, y, pese a parecerlo, no es ningún fanboy con ensoñaciones de escritor a quien la editorial de superhéroes llamó a la primera de cambio. Este afroamericano criado en las despiadadas calles de la Baltimore es periodista, ensayista y poeta. Ha sido catalogado como una de las voces más relevantes sobre raza en EE UU, y en 2015 ganó el premio nacional de no ficción por sus memorias, Entre el mundo y yo. Su fama incluso trasciende de la página y en sus ratos frente al ordenador, también escribe sobre personajes con mallas y extraños poderes. "Pantera Negra es donde voy a jugar", expresaba Coates en una entrevista con The New York Times cuando estaba a punto de lanzar su primer tebeo.

Coates tenía la responsabilidad de hacer una historia relevante y atractiva para que pudiera recopilarse antes del salto del héroe al cine. El rey africano de Wakanda, hijo de un linaje encargado de proteger un valioso metal, estaba a punto de lograr una visibilidad que nunca había disfrutado. Su Pantera Negra, todavía en publicación y sin recopilar en tomo en español, mantiene el escapismo, pero Coates no se censura, lo suyo es la filosofía. Su discurso no huye de la profundidad, pese a seguir utilizando malos muy malos, resurrecciones y tecnología imposible. En la base es un relato sobre la revolución frente al poder y la tradición, la historia de un golpe de Estado contra una milenaria monarquía absoluta africana. Inesperadamente el héroe se convierte en afligido líder contra el que luchar, mientras que el pueblo toma protagonismo con su mensaje feminista en las empoderadas Dora Milaje.

Sus guiones son densos y tardan en fluir. Sus arcos mejoran leídos de una vez y 20 páginas mensuales son insuficientes para su complejidad. Pero, al mismo tiempo, Coates erige a fuego lento su propia mitología. No deja de presentar personajes y espacios mientras reintroduce ideas de etapas anteriores gracias a una documentación que bebe de McGregor, su adorado Priest o Hickman. Y poco a poco se ha sentido a gusto. Llegó para hacer 12 números, pero ya lleva más de 25. Historias con carga geopolítica que articulan un debate sobre el peso y las consecuencias del poder humano y los enfrentamientos de género. Los superpoderes son un complemento, si bien poco a poco va cediendo espacio al universo Marvel. ¿Qué mejor medio para impulsar su filosofía sobre el choque de clases que donde se forja la mitología contemporánea?

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Eneko Ruiz Jiménez
Se ha pasado años capeando fuegos en el equipo de redes sociales de EL PAÍS y ahora se dedica a hablar de cine, series, cómics y lo que se le ponga por medio desde la sección de Cultura. No sabe montar en bicicleta.

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