Hevia: “Votar ‘no’ a los estatutos para que intervenga el Ministerio sería catastrófico para la SGAE”
La entidad de derechos de autor decidirá el 27 de diciembre si aprueba una reforma de mínimos para ajustarse a una directiva europea
La SGAE necesita un voto de confianza y de salvación. La entidad pende de un hilo y el próximo 27 de diciembre se verá si se corta y cae en manos de un juez o sigue con plena soberanía. Ese día los socios están llamados a votar los nuevos estatutos de urgencia que ha elaborado la actual junta directiva para transponer una directiva europea y evitar así la intervención del Ministerio de Cultura. Sin embargo, la preasamblea de Cataluña deja en mayoría el ‘no’ y el presidente ha reconocido la amenaza en la presentación de los estatutos a la prensa.
“El voto no puede ser un castigo a todos estos años, porque sería irracional. El socio debe expresarse en términos democráticos, pero no imponerse un voto para conseguir una intervención del Ministerio de Cultura, porque sería catastrófica para todos. Nuestra voluntad es acatar la ley”, ha asegurado el presidente esta mañana ante los medios. Ha apelado a la confianza de los socios para que se mantengan alineados con la unidad de la Junta Directiva en estos momentos y voten a favor de la reforma de unos estatutos que nacen con los días contados.
Como el propio José Ángel Hevia y Antonio Onetti (vicepresidente del Colegio Audiovisual) han reconocido que la redacción de los nuevos estatutos se ha hecho de manera “precipitada” y “sin tiempo suficiente”. “Al final lo que estamos haciendo es parchear los estatutos”, ha asegurado Hevia. De hecho, no se incluirán las enmiendas de la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual que posiblemente sea aprobada en enero en el Congreso de los Diputados, si pasa por el Senado sin la oposición del PP a la limitación de los beneficios de “la rueda”, un sistema para recaudar derechos de autor en programas nocturnos a través de versiones que están siendo investigadas por la policía.
En caso de que los estatutos sean aprobados el próximo día 27, apenas tendrán una semana de validez. En ellos no está incluido el tope del 20% a lo recaudado por la música en las franjas nocturnas, ni la creación de un órgano de supervisión compuesto por los mismos integrantes independientes como socios.
Hevia ha reconocido las discrepancias en el seno de la junta directiva al reparto de la facturación, a pesar de la unidad que muestran ante la cita decisiva. El presidente ha apelado a la aprobación de la LPI y los topes que limitan la recaudación de madrugada en las televisiones, para solucionar el problema interno. Ha calificado la reforma de la Ley como una “oportunidad de oro”. “Estamos a favor de la LPI. No es que no podamos arreglarlo en casa, pero esperamos que la nueva ley establezca unos criterios muy objetivos a atenernos en el reparto”, ha añadido el presidente.
Ante la escasa vigencia de unos estatutos que de aprobarse quedarán desfasados a los pocos días, asegura que en esta legislatura creará una comisión de estatutos que redacte un texto reformado íntegramente, que no sea un parche. “Los que presentamos ahora son una salida razonable para cambiar lo mínimo, siendo conscientes de que habrá que reformarlos de nuevo y contemplar las necesidades de todos los socios”, dice el presidente, que explica que la convivencia actual hace imposible solucionar el problema interno.
Acabar con 'la rueda'
Hevia asume que el voto del ‘no’ es un voto de castigo contra la polémica de la rueda. Pero para los miembros del Colegio de Gran Derecho la salida por la intervención tampoco es esperanzadora, porque el Ministerio dejaría en manos de un juez la coronación de un nuevo presidente y eso les genera más dudas todavía.
Fermín Cabal, vicepresidente del Colegio de Gran Derecho, ha sido muy tajante a la hora de mostrar las tiranteces en el seno de la cúpula directiva: “El ‘no’ se elige porque hay compañeros que piensan que la SGAE no puede funcionar. Por eso apoyamos el ‘sí’ a los estatutos. El ‘no’ es gente de la música dependiente de las multinacionales, que ya no dependen de la casa. Queremos acabar con ‘la rueda’”. Cabal propone un acuerdo interno razonable “para salvar la SGAE que está en peligro de destrucción”, pero si gana el ‘no’ el 27 “habrá consecuencias políticas”, en referencia a la formación de la junta directiva.
El presidente ha querido aclarar que la polémica por el reparto de la franja nocturna no está justificado, porque apenas es un 18% del reparto de junio, que fueron 100 millones de euros. “Nos estamos matando por un porcentaje de los derechos que estamos magnificando”, ha dicho Hevia. Y Cabal le ha contestado y mostrado su desacuerdo: “Ese porcentaje de la tarifa que va a la nocturna es más que todo lo que se reparte al colegio de audiovisuales en la SGAE y eso hay que discutirlo. Hay responsabilidades de reparto que tienen que ser corregidas”.
El voto limpio
A Onetti le cuesta mucho creer que los socios no quieran acatar las obligaciones legales sobre la reforma estatutaria, por eso pide el voto ‘sí’ contra la “autodestrucción”, porque cree que la SGAE “puede seguir adelante”. En caso contrario, el paisaje que se presenta es difícil de dibujar, pero no pinta bien. Reconoce que entre sus representados hay socios que piensan que es mejor votar ‘no’ porque están cansados del enfrentamiento intercolegial, pero les pide un voto de confianza porque “la ley nos va a dar un marco para solucionar la rueda de una vez”.
Además, ha querido aclarar que el motivo por el que reclaman el DNI digital para efectuar el voto electrónico es por los “ataques informáticos que en los últimos tiempos ha tenido la máquina de la SGAE”. El DNI digital, explican, es la única manera de asegurar un voto limpio, a pesar de la recomendación del Ministerio de Cultura a no reclamarlo.
Babelia
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