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Una segunda vida para el Buscón de Quevedo

Un cómic de Juanjo Guarnido y Alain Ayroles continúa la historia del pícaro en el Nuevo Mundo

Viñeta de 'El Buscón en las Indias', de Juanjo Guarnido.
Viñeta de 'El Buscón en las Indias', de Juanjo Guarnido.
Rut de las Heras Bretín

Todo empieza por el final. A bordo de un galeón navegando hacia tierras desconocidas. Nada tiene que ver con Arya Stark, Juego de tronos quedaba muy lejos cuando Quevedo embarcó al Buscón hacia las Indias para terminar el relato de la vida de uno de los grandes pícaros de la literatura española.

Fiel al segundo mandamiento del padre (de su padre): “No trabajarás”, Pablicos continúa sus desventuras guiado por Alain Ayroles y Juanjo Guarnido. Ellos —los textos del primero y las viñetas del segundo— también se embarcaron en una aventura al atreverse a continuar la novela de Quevedo con El Buscón en las Indias (Norma editorial). Hace 10 años que hablaron de ello por primera vez, un largo camino hasta dar con Pablos de Segovia, al que Guarnido llama Pablicos, a pesar de sus Eisner por distintos álbumes de la exitosa saga Blacksad, del Premio Nacional del Cómic en 2014 y de su larga trayectoria, dice que es el personaje que más le ha costado encontrar. Un día por casualidad, y tras cientos de pruebas, dio con él. “Dibujé sin pensar, vacié la mente y vi que lo había hecho. Me gustó, no parecía mío, se escapaba de mis tics de dibujante”. Describe Guarnido a su protagonista por teléfono: “Flacucho, narigudo, con cara de gamberrete pero a quien no puedes evitar coger cariño”. Lo hace desde Bruselas, donde ha firmado su reciente publicación, en una gira que le ha llevado por multitud de librerías francesas, españolas y belgas.

Ni Quevedo ni El Buscón son muy conocidos en Francia ni en Bélgica —“de la literatura del Siglo de Oro español a quien se conoce es a Cervantes”, explica el dibujante— y Ayroles (Lot, Francia, 51 años) tampoco los conocían, pero no dudó en aceptar la propuesta de Guarnido cuando terminó de leer la obra de Quevedo. En realidad, el ilustrador le dio esta idea para reconducir la que había tenido el francés al ver un Don Quijote en Ecuador. El Buscón tenía un final abierto y resucitar a Alonso Quijano para recorrer tierras americanas no era de recibo.

El Buscón, de Juanjo Guarnido y Alain Ayroles.
El Buscón, de Juanjo Guarnido y Alain Ayroles.

Lo que pensaban que fuera un cómic de 80 páginas se ha convertido en un volumen de 160 láminas, estéticamente muy bellas, en las que para crear a Pablos, Guarnido ha querido huir de su característico dibujo. La documentación ha sido fundamental, los autores han visitado museos de los dos lados del Atlántico, han visto fotografías, grabados antiguos y películas bien documentadas. El ilustrador recorrió los parajes que forman parte de esta historia. Fue a Perú: “Para transmitir la sensación de los lugares hay que conocerlos”. Y así este virtuoso de la acuarela —la técnica que domina y en la que se siente cómodo— representa en viñetas las ciudades y paisajes por los que pasó El Buscón para encontrar El Dorado, uno de los objetivos de Pablos, ¿hay algo más quevedesco que el “Poderoso caballero es don dinero”? Siempre según sus preceptos, los mismos que ya le impuso Quevedo: mantenerse vivo y no trabajar. Las referencias a la obra original son constantes: personajes, flash-backs a episodios de la novela, la manera de hablar barroca y el humor, uno de los objetivos de los autores es recordar que “nuestros clásicos son amenísimos”, insiste Guarnido (Granada, 52 años). Hay viñetas pícaras con el lector, la narración dice una cosa, los personajes otra y el dibujo muestra una diferente. El lenguaje juega un papel fundamental —Guarnido también ha estado a cargo de la traducción: “Había que dedicarle mucho cariño y esmero”, recuerda el dibujante al señalar que trabajaba con material de su guionista favorito—.

Viñetas de Guarnido para 'El Buscón en las Indias'.
Viñetas de Guarnido para 'El Buscón en las Indias'.

La ambición de esta obra se palpa según avanza el relato y la propia ambición del protagonista, los giros, las sorpresas van in crescendo hasta llegar a un final digno de entrar en los libros de historia. Sin embargo, recalca Guarnido que no hay ninguna intención pretenciosa en continuar la obra de Quevedo. Es un homenaje, al autor, a la novela picaresca y a la literatura española. “Aportar un granito de arena para que haya interés por los clásicos”, incide mientras cuenta que le han dicho que en algunas librerías francesas hay gente que al leerse el cómic vuelve buscando la novela.

También hay homenajes a otros artistas del Siglo de Oro, la clarísima es a Velázquez y a sus meninas. Los autores vieron mucha pintura costumbrista, que Guarnido se ha quedado con ellas se refleja en viñetas como las de las bodegas de los galeones que cruzaban el Atlántico a las que solo le falta el hedor, no hay que olvidarse de la falta de higiene y del hacinamiento en esos reducidos espacios durante semanas en altamar. Cuida los detalles al máximo desde un bebé mamando mientras su madre duerme, hasta la representación de la flora y fauna del Nuevo Mundo, parece hacer una panorámica a los lugares —fotografías de 360 grados—. Se adentra en ellos, también osa a hacerlo en Las meninas. Todo esto es el fruto de la primera colaboración entre Guarnido y Ayroles (Garulfo, De capa y colmillos, D. Diario de un no muerto), dos grandes del cómic que volverán a trabajar juntos, aún sin fecha pero ya con una idea rondando en sus cabezas. Antes el granadino tiene que acabar los dos próximos números de Blacksad, no cree que pueda ser para 2020. Lo que sí ocurrirá en marzo de este año es que inaugurará, Juanjo Guarnido. Secretos de taller de un maestro, una exposición en el Museo del Cómic de Bruselas con mucho de su material de creación: bocetos, trabajos previos, documentación antigua…

Sobreproducción francesa, poca demanda en España

Juanjo Guarnido cree que está mejorando la salud del cómic español: "El catálogo es muy bueno y variado, pero el mercado es lo que es, va aumentando poco a poco". Cree que en parte gracias a dibujantes como Paco Roca que publicó Arrugas en un momento "adecuadísimo" y jugó un papel importante para popularizar el tebeo a través de un tema que conmueve e interesa.

Aun así, el mercado dista del de Francia, país donde vive. También allí encuentra problemas a pesar de que tiene mucho más público: "Mientras en España cojea la demanda en Francia la oferta es casi excesiva. Hay una sobreproducción de la que nos venimos quejando desde hace años".

Guarnido dibuja 'Las meninas' desde dentro.
Guarnido dibuja 'Las meninas' desde dentro.

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