Cultura triplicará su inversión en libros digitales para préstamo

El Ministerio destinará tres millones de euros a la compra de títulos electrónicos, ante el éxito, alentado por la pandemia, de la plataforma eBiblio. En 2020, creció un 134%

Una joven en plena lectura de un libro digital durante el pasado confinamiento.Paco Puentes

La pandemia anuló la celebración de la entrega del Premio Cervantes, del Sant Jordi y de la Feria del Libro en el Retiro, pero la alarma sanitaria que confinó a la población española en sus casas disparó los préstamos bibliotecarios del libro electrónico. Los datos que facilita el Ministerio de Cultura a EL PAÍS sobre el uso de la plataforma eBibliola biblioteca digital pública, gestionada por Cultura y en colaborac...

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La pandemia anuló la celebración de la entrega del Premio Cervantes, del Sant Jordi y de la Feria del Libro en el Retiro, pero la alarma sanitaria que confinó a la población española en sus casas disparó los préstamos bibliotecarios del libro electrónico. Los datos que facilita el Ministerio de Cultura a EL PAÍS sobre el uso de la plataforma eBibliola biblioteca digital pública, gestionada por Cultura y en colaboración con los servicios de bibliotecas de todas las comunidades autónomas, salvo País Vasco— descubren un crecimiento del 134% de libros prestados en 2020 respecto a 2019.

Este año, sin datos cerrados de diciembre, se prestaron 3,6 millones de títulos en formato digital frente a los 1,5 millones del año anterior a la covid. No hay datos centralizados disponibles del número de préstamos de libros en papel, dado que las competencias están derivadas a las administraciones locales y regionales.

La herramienta eBiblio presta las 24 horas, los siete días de la semana desde hace cinco años. Al final de 2019 la plataforma había logrado reunir 405.956 usuarios. Cuando acabe 2020 se espera que la cifra supere los 900.000. Supondría un 121% más de usuarios. Han descubierto un servicio público de lectura gratuita y legal, para el que no necesitan desplazarse a ningún edificio. ¿Por qué se ha esperado a que un confinamiento provocara el éxito? Los bibliotecarios consultados lamentan que, a pesar de que el tejido estaba preparado y a pleno rendimiento, ni las comunidades autónomas ni el ministerio han invertido en la promoción de esta herramienta capital para el fomento de la lectura. “Al final, el boca a boca es la mejor publicidad; eBiblio se ha puesto en primera línea por sus propios méritos. Necesitaba un poco de tiempo”, asegura María José Gálvez, directora General del Libro y Fomento de la lectura, que reconoce la falta de inversión en la comunicación de la biblioteca digital.

La evolución de los préstamos electrónicos en 2020 también desvela que no ha sido un capítulo transitorio sucedido durante los casi tres meses de confinamiento: en enero se prestaron 178.900 títulos y en noviembre, cinco meses después del final del encierro, se han servido 296.177 (un 65,5% más). Durante la pandemia, el Ministerio compró 60.000 licencias extraordinarias ante el empuje del uso del servicio. Esto ha hecho reaccionar a Cultura, que adelanta a este periódico que triplicará la inversión en compra de licencias para tener las estanterías digitales llenas de novedades: “En 2020 compramos licencias por valor de un millón de euros. El año que viene vamos a invertir tres millones de euros en este capítulo, si se aprueban los Presupuestos Generales del Estado”, avanza la directora del Libro. “Sin duda, si no hubiera existido esta respuesta masiva no habríamos incrementado de una forma tan notoria la inversión”, indica Gálvez.

Portada de la plataforma eBiblio.

La reacción del Ministerio apostando por el préstamo digital supera a la inversión que hará en compra de libros en papel para las bibliotecas estatales, que será de 2,5 millones de euros. Ese dinero ha contribuido tradicionalmente a dinamizar el sector editorial, salvo cuando fue suprimido en 2012 por el Gobierno de entonces (PP), que congeló el presupuesto de ayuda para compra de ejemplares. La directora del Libro compartió esta información con el Consejo de Cooperación Bibliotecaria, celebrado este martes. También comunicó a los miembros de este organismo que la intención de Cultura, cuando se defina la fórmula de gasto de los fondos de recuperación europeos, es incrementar la compra de fondos bibliotecarios con 17 millones de euros más. Pero Gálvez reconoce que todavía no es más que una posibilidad remota.

Más novedades

La idea es que la tasa de lectores siga creciendo y el objetivo para el próximo ejercicio es “retener a toda esa gente que se ha incorporado”. No tiene una cifra de usuarios y préstamos para 2021, pero reconoce que la clave está en la inversión. “A más novedades, más lectores. El gasto es decisivo en el fomento de la lectura. Si un lector se acerca a eBiblio y está en cola dos semanas de espera del préstamo del libro que quiere leer, se marchará”, indica la directora del Libro.

El otro pilar que está sin desarrollar es la sociabilización de la red del préstamo digital. Los bibliotecarios advierten de que este modelo no puede ser solo un almacén de novedades, quieren que eBiblio también sea un foro de comunidad como lo son las bibliotecas físicas.

Por eso, la plataforma del futuro debe reforzar aplicaciones para la sociabilización con grupos de lectura o recomendaciones compartidas, un lugar donde el bibliotecario siga desempeñando su papel prescriptor. Esta tarea deberá ejecutarla Libranda, la empresa que acaba de hacerse con el contrato de gestión de la plataforma, que revela en el puesto a Odilo.

El traspaso de poderes de una empresa a otra ha provocado, a principio de diciembre, dos semanas de apagón del servicio: “No se podría haber evitado, porque ha sido una migración muy difícil. Cada vez hay más utilidades y los técnicos nos han recomendado que lo hiciésemos así”, indica Gálvez. Sin embargo, en la nueva estructura tecnológica tampoco habrá recogida de datos de la experiencia lectora. Sí se recogerán los informes de préstamos, pero no de la manera en la que se lee. Para empresas como Amazon, estos parámetros, que no comparte, son esenciales en la construcción de una base de impulsos comerciales. Y para el desarrollo de estrategias del fomento de la lectura también lo serían.

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