Rugen los tambores de Calanda para decir adiós a Carlos Saura

Diez tamborileros de Calanda vestidos de púrpura esperaban solemnes al mediodía de este lunes bajo la pantalla del salón de actos de la sede de la Academia de Cine en Madrid. Allí se proyectaba una fotografía de Carlos Saura, que miraba a través de sus gafas ovaladas a los amigos y admirador...

Diez tamborileros de Calanda vestidos de púrpura esperaban solemnes al mediodía de este lunes bajo la pantalla del salón de actos de la sede de la Academia de Cine en Madrid. Allí se proyectaba una fotografía de Carlos Saura, que miraba a través de sus gafas ovaladas a los amigos y admiradores que habían acudido a su capilla ardiente. Tras la entrada de su viuda, Eulalia Ramón, y de sus hijos, los tambores de Calanda rompieron el silencio para homenajear al cineasta aragonés fallecido el viernes a los 91 años. Varias personalidades del mundo de la cultura y de la política han pasado a lo largo del día a expresar sus respetos, entre ellos su compañero de oficio Pedro Almodóvar y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Esta es la segunda capilla ardiente que se instala en la Academia, tras la de Luis García Berlanga en 2010, que fue presidente de honor de la institución.

En el escenario había una silla de director con una flor roja, un sombrero, unas gafas y una cámara de fotos que él mismo había fabricado. Sus siete hijos, fruto de cuatro uniones distintas (Adela Medrano, Geraldine Chaplin, Mercedes Pérez y Eulalia Ramón), acudieron a oír retumbar la percusión. Al acabar la tamborrada, su viuda dejó sobre el ataúd las baquetas de uno de los instrumentos del pueblo turolense. Los tambores de Calanda aparecen en su película Peppermint frappé, pero también están muy presentes en la filmografía de Luis Buñuel, director a quien admiraba y que era de esa localidad. De hecho, la secuencia de Geraldine Chaplin tocando el tambor en el largometraje de Saura le vino al ver a una sobrina de Buñuel tocando uno de esos tambores que acababan ensangrentados de tanto golpearlos.

Almodóvar ha sido uno de los primeros en llegar a despedir al cineasta. Con gafas de sol, un abrigo de color negro y una bufanda amarilla, ha explicado: “Fue un grandísimo maestro, que durante una década difícil para hacer cine como los setenta, cuando todavía vivíamos bajo una dictadura, hizo obras maestras y supo reinventarse. Nos dio una gran lección”. La cantante Massiel, que fue vecina y amiga del director, lo recuerda como un artista completo: “Fue fundador del grupo El Paso con su hermano Antonio, también sabía mucho de música, de flamenco. Era redondo”.

La nota discordante de esta jornada de homenaje ha llegado con la cantante Jeanette, lanzada a la fama gracias a la inclusión de su canción Porque te vas en la película de Saura Cría cuervos. La cantante ha lamentado que la Academia de Cine no contara con ella en la ceremonia de los Goya del sábado para interpretar ese célebre tema. “Me robaron el puesto que me tocaba a mí. Fue una sorpresa no verme ahí. Era lógico que estuviese yo, seguramente hubiese sido la elección de Carlos Saura”, ha asegurado a su salida de la capilla ardiente. La artista ha añadido que ha acudido a “despedir al maestro”, a quien ha cantado por última vez la canción: “He cantado a capela la canción que más le gustaba. Ha sido muy emotivo”, informa Europa Press.

A mediodía han acudido Sánchez y el ministro de Cultura y Deportes, Miquel Iceta. El presidente ha destacado que Saura no solo renovó el cine español, sino que lo abrió al mundo. “Si el cine y la cultura representan el alma de una sociedad, Carlos Saura, con todo su trabajo y con toda su obra, lo que hizo fue ensancharla y engrandecer el alma de nuestra sociedad y de nuestro país”, ha añadido. Iceta ha afirmado que ya no se puede hablar de cine español sin hablar del director de La caza o Deprisa, deprisa y que ha dejado una escuela, visible en los cineastas jóvenes que le rindieron homenaje en la gala de los Goya.

La cantante India Martínez, que protagoniza la obra teatral Lorca por Saura, el último proyecto del director, que se estrena el miércoles en el teatro Infanta Isabel de Madrid, ha dicho adiós al director de cine cantando Al alba, de Luis Eduardo Aute, en el interior del velatorio. “Me hubiera encantado tenerlo más tiempo, porque de él aprendes hasta de su silencio. Pasearé su legado y su obra por todos los escenarios”, ha anunciado visiblemente emocionada. El bailarín zaragozano Miguel Ángel Berna, que trabajó con él en películas como Iberia o Jota de Saura, ha destacado su legado: “Es una gran pérdida, pero deja un gran remanente”. Otros, como Andrés Pajares, que trabajó con él en ¡Ay, Carmela!, han alabado su genialidad y su buen talante en lo personal. El actor Imanol Arias también ha elogiado la “tenacidad” del cineasta “hasta el último día”.

Al final de la mañana, la familia ha salido para agradecer el apoyo y el cariño de los que se personaron para decir adiós a Carlos Saura. “Aunque estamos muy tristes, queremos celebrar la vida que ha tenido, las películas que nos ha dado. Era una persona muy cercana y llana. Se ha ido a lo grande, trabajando hasta el último momento. Ha hecho un plano muy bonito de su final”, ha indicado su viuda, rodeada de sus hijos.