Marta Domínguez se enreda
La atleta no despeja las dudas sobre si se ha dopado tras ser exculpada de los cargos de venta ilegal y suministro de fármacos en la Operación Galgo
La atleta Marta Domínguez compareció ante los medios de comunicación para no aclarar absolutamente nada. Comenzó tranquila su primera rueda de prensa tras ser exculpada de los cargos de venta ilegal y suministro de fármacos en la Operación Galgo, pero la campeona mundial de 3.000 metros obstáculos se puso tensa cuando los periodistas le preguntaron si se había dopado (en España doparse no es delito por lo que no puede ser juzgado en un tribunal como el que investiga la trama). La atleta se cerró en banda una y otra vez cuando se le preguntó sobre aspectos del sumario que insinúan que ha utilizado sustancias para mejorar su rendimiento en la pista. Especialmente sobre una conversación suya con el atleta Alberto García y la existencia, en la Operación Puerto de una bolsa de sangre con el nombre Urco, el mismo que tuvo un perro de su marido, una "coincidencia que no puedo explicar", admitió.
La atleta aseguró que en esa conversación con Alberto García no hablaban de ningún producto dopante, sino de aminoácidos. "Venía de Estados Unidos y me había sentido muy pesada. Por eso hablé de limpiar la casa por dentro, porque necesitaba recuperarme", dijo. "Si hubiera tomado algo prohibido, habría dado positivo en los controles. Si la gente quiere imaginarse otra cosa... Quien quiera denunciar algo, que vaya a los tribunales, porque se han dicho muchas falsedades. La juez, que ha visto todas las pruebas, ha dictado sentencia y me ha declarado inocente. A mí con eso me vale. Después de haber tenido que demostrar tantas cosas ante el juez, no voy a hablar más de eso", declaró en tono cortante.
Tampoco quiso entrar en detalles de su relación con el médico Eufemiano Fuentes, imputado tanto en la Operación Puerto, de 2006, como en la Galgo. El nombre de Urco figuraba en los listados de existencias de los frigoríficos sanguíneos del médico. Según la Guardia Civil, ese nombre figuraba en el etiquetado de "varias bolsas de plasma sanguíneo" incautadas en 2006 y también en la agenda telefónica del médico canario, que bajo Urco tenía apuntado el número de móvil de la fondista. "Después de sufrir un juicio paralelo no voy a contestar. Todo han sido especulaciones periodísticas", intentó zanjar la atleta, quien sí admitió que su marido siempre ha tenido perros. Y añadió: "¿Yo soy Urco? Yo soy Marta Domínguez".
Antes de enredarse, Marta Domínguez se había mostrado muy tranquila. "La vida sigue, yo no he hecho nada. Ahora lo que quiero es recuperar la forma y prepararme para competir", declaró tras reiterar que su objetivo es estar en los Juegos Olímpicos de Londres de 2012. Con relación al presidente de la Federación Española, José María Odriozola, que la ha invitado a regresar a la vicepresidencia cuando quiera, ha afirmado que le ha mostrado su apoyo. "Me ha dicho que cuenta conmigo y que para él lo que ha dicho la juez va a misa, pero todavía no he pensado en eso. Lo prioritario es recuperar la normalidad".
Una normalidad que depende también del Consejo Superior de Deportes que está a la espera de que la jueza le haga llegar las pruebas del caso, que estalló el 9 de diciembre, para decidir si le impone a la atleta una sanción deportiva, que puede ser de dos años. También el CSD ha impulsado una legislación por la que ningún atleta imputado en una investigación de dopaje o con un procedimiento abierto por las autoridades antidopaje pueda representar a España.
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