El Levante acaricia la salvación
El equipo de Alcaraz vence al Córdoba con un gol de Barral (1-0)
El carácter de Barral refleja lo mejor del Levante, que no es mucho. Un nuevo gol del gaditano, el décimo del gaditano, una cifra estratosférica tratándose del conjunto granota, concedió al Levante una victoria que le deja muy cerca de mantenerse en Primera un año más. Venció el grupo de Lucas Alcaraz porque le iba la vida en ello. Y lo hizo a su manera, a espasmos, superior en todo caso a un Córdoba destensado, sin alma, aptitud ni actitud virtualmente descendido desde hace jornadas.
El conjunto granota ha hecho de la austeridad virtud, con la misma poca alegría que trasmite Alcaraz desde el banquillo, pragmático a más no poder, con oficio suficiente como para solventar situaciones comprometidas ante equipos parejos. El Córdoba con más individualidades que equipo, apenas pudo responder al tanto de Barral a pesar del exagerado repliegue del Levante durante todo el segundo periodo y pidiendo la hora en un final con congoja.
Jugar en casa ante un rival desahuciado y con la obligación imperiosa de lograr la victoria. Aún así repitió Alcaraz el esquema conservador que le dio rédito ante el Getafe tres días atrás, con tres centrales y dos carrileros de largo recorrido, con Camarasa como único creativo en el centro del campo escoltado por Sissoko y Simao, dos pivotes defensivos de buen físico y escaso toque. Iván López y Toño tenían la obligación de derrochar energía en incursiones kilométricas desde el lateral hasta el extremo para hacer surtir balones a los puntas a falta de algún futbolista específico para filtrar pases entrelíneas. Bien organizado en defensa, el Levante atacaba a impulsos, como ha venido haciéndolo durante toda la temporada con discreto éxito, con toda seguridad suficiente para alcanzar el objetivo vital.
Levante, 1-Córdoba, 0
Levante: Mariño; Iván López, Vyntra, Ramis, Juanfran, Morales (Nikos, m. 84); Sissoko, Simao (José Mari, m. 69), Camarasa; Víctor Casadesús (Uche, m. 75) y Barral. No utilizados: Jesús Fernández; David Navarro, El Zhar y Rubén.
Córdoba: Juan Carlos; Crespo (Gunino, m. 46), Deivid (Héldon, m. 68), Íñigo López, Edimar; Luso, Krhin; Bebé, Fidel (Fede Cartabia, m. 60), Fede Vico y Ghilas. No utilizados: Saizar; Rossi y Abel.
Gol: 1-0. M. 41. Barral.
Árbitro: Gil Manzano. Amonestó a Deivid, Víctor Casadesús, José Mari, Íñigo López, Gunino y Nikos.
14.098 espectadores en el Ciutat de València.
Como en la mayoría de partidos, apareció Mariño al inicio con una parada de mérito a tiro de Bebé para sostener al Levante, intenso y comprometido como siempre, relajado el Córdoba conscientes sus jugadores de que les quedan pocos partidos en Primera y hay que disfrutarlos más que sufrirlos, escasos momentos para gustarse y mostrarse en el escaparate de la élite. Improbable ante un contrario como el conjunto granota, arisco como pocos.
Impuso el Levante su físico. Sus llegadas al área de Juan Carlos fueron asiduas y poco claras. A córneres, faltas y centros laterales y disparos lejanos, la defensa cordobesa debía estar despierta. No lo estuvo a cuatro minutos del descanso en la primera combinación nítida azulgrana, con tres pases seguidos, pillando descoordinada a la zaga verdiblanca. Asistió Víctor Casadesús con un perfecto pase a Barral que anotó de primeras. La pareja de delanteros granotas está haciendo revivir al Levante. El décimo gol del gaditano por ocho del mallorquín. Grandes cifras para un equipo que no destaca por su poder ofensivo.
Conseguida la ventaja, se olvidó del balón el Levante lo que quedó de partido, para resguardarse en su área y conservar un resultado que le deja a un paso de seguir en Primera.
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