El director deportivo con la perspectiva de un portero

Hay demasiadas preguntas y múltiples respuesta sobre lo que es la dirección deportiva de una entidad futbolística profesional, lo que Roberto Olabe, exdirector de fútbol de la Real Sociedad, definió ayer como “el corazón de un club”. Demasiadas preguntas porque varían según la definición y la estructura de la entidad, su tamaño, su jerarquía, sus medios, su influencia, pero en el fondo hay que resolver en cada caso “dónde se sitúa el fútbol en este negocio”, según afrmó Andoni Zubizarreta, director deportivo del Olympique de Marsella en la jornada del BIFS (Bilbao International Football Summit) celebrada en Bilbao. Junto a Zubizarreta y Olabe participaron Fran Garagarza, director deportivo del Eibar, y Alfonso Mondelo, director deportivo de la MLS estadounidense. Monchi, recientemente contratado como director deportivo de la Roma, tras su larga experiencia en el Sevilla, no pudo asistir, pero participó a través de un vídeo.

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Monchi estableció cinco puntos que en su opinión resumen el trabajo de un director deportivo en el fútbol actual. En primer lugar, habló de “conseguir que todos remen en la misma dirección, algo que parece obvio pero que no siempre ocurre en las empresas deportivas”. Planificación es otra palabra “casi en desuso, pero que es prioritaria para tener tu propia hoja de ruta; se trata”, señaló Monchi, “de equivocarte con tus errores, no con los de los demás”. El grupo de trabajo es otro de los factores prioritarios, así como la coordinación del entrenador que, “si bien no decide muchas veces el fichaje de un futbolista, sí participa en un 90% en el éxito de ese fichaje”. Para Monchi, la quinta cuestión es valorar “la adaptación del jugador”. “Se trata”, añadió, “de conocer a la persona, porque en general el jugador va a seguir siendo el mismo, lo que puede cambiar es la persona”.

Para Andoni Zubizarrreta, ahora en Marsella, y antes en el Barcelona y en el Athletic, la cuestión a resolver es “dónde se sitúa el fútbol en este negocio, porque en un club de nivel se mueven más contratos de todo tipo, fuera del fútbol que dentro”. Relataba Zubizarreta la discusión que tuvo con el director general del Barcelona cuando éste quería firmar un contrato para jugar en Qatar al día siguiente del regreso de las vacaciones de Navidad: “Estaba claro que deportivamente era inapropiado, los jugadores sudamericanos tenían más días de vacaciones y acudir a Qatar sin las grandes estrellas no gustaría a las autoridades de aquel país. Hay muchas interrelaciones que el director deportivo debe gestionar más allá de fichar a este o a aquel jugador”. Contratos y condiciones que afectan a jugadores y entrenador “porque en este tipo de clubes hay condiciones innegociables; Valverde, por ejemplo, en el Barcelona, no va a hacer la pretemporada que quiere sino la que le digan que tiene que hacer por esos condicionantes. Entonces, ¿qué prima en el fútbol, los ingresos..? ¿Dónde se sitúa el fútbol en el negocio?”. Por todo ello, considera Zubizarreta que “las estructuras de las sociedades futbolísticas determinan el tipo de liderazgo que se requiere, sin que haya una respuesta universal”.

Se trata de conocer a la persona, porque en general el jugador va a seguir siendo el mismo, lo que puede cambiar es la persona"

La complejidad creciente del fútbol exige áreas muy especializadas, como la jurídica, por la dificultad en la negociación de los contratos. Pero el contrasentido mayor se asienta en la volatilidad del entrenador, muy sometido a los resultados, mientras la teórica misión del director deportivo consiste en establecer un modelo perdurable. Dos ritmos que no se acompasan “y por eso creo que la contratación del entrenador debiera ser con voluntad indefinida aunque prevea la posibilidad de una salida. Nosotros contratamos a un futbolista para tres o cuatro temporadas y resulta que el entrenador que debe rentabilizarlo en el campo es contratado por una temporada. No tiene sentido”, señaló Olabe.

Fran Garagarza insistió en el modelo Eibar de “absoluta delegación de las tareas deportivas en la dirección deportiva por parte del Consejo de Administración”, mientras Alfonso Mondelo partía de la particular situación del fútbol en Estados Unidos, “donde todo ha tenido que crearse desde los 90 partiendo como un deporte menor que sin embargo ahora ya tiene una presencia en la sociedad estadounidense”. Como director deportivo de la MLS su misión es distinta a la de sus contertulios: lo suyo es promover no solo la expansión del fútbol en su conjunto sino el afianzamiento de las estructuras “empezando por la creación de una cantera a través de las academias de fútbol. Porque al final la MLS aspira a ser una de las principales ligas del mundo”.

El fútbol visto con perspectiva general. Quizás por eso tres de los participantes han sido porteros (Zubizarreta, Monchi y Olabe), “porque desde atrás teníamos la panorámica del partido y organizábamos el juego para que luego triunfasen los de adelante”, como resumió Andoni Zubizarreta.