Hamilton da el golpe en Japón y Alonso acaba 11º en el GP de Japón de F1
El británico gana en Suzuka y se sitúa a 59 puntos de Vettel, que abandona con problemas de motor
La situación comienza a ser límite para el alemán Sebastian Vettel y para su escudería, Ferrari. El abandono que sufrió por un problema en el motor que le dejó sin potencia en la cuarta vuelta permitió a Lewis Hamilton ganar cómodamente en Japón y colocar 59 puntos de ventaja en el Mundial. Una diferencia que le concede la primera posibilidad de asegurarse el título en Estados Unidos, la próxima cita, si el británico gana y el alemán es sexto o queda más atrás. El piloto de Mercedes realizó una carrera cómoda, sufriendo solo al final cuando Max Verstappen se le acercó peligrosamente e incluso llegó a acosarle en las últimas vueltas. La tercera posición fue para el segundo Red Bull de Daniel Ricciardo, seguido de Bottas y Raikkonen.
Hamilton logró así su 61ª victoria y la octava de esta temporada, que le puede conceder su cuarta corona mundial e igualar a su principal rival, Vettel, y al legendario Alain Prost. El británico se muestra tremendamente regular esta campaña, tras superar los problemas iniciales que le planteó la mejora sustancial de los Ferrari. Ahora, las últimas evoluciones de Mercedes han devuelto la calma al equipo alemán y permiten a Hamilton competir con la tranquilidad de saber que cuenta con el mejor coche del paddock.
El golpe al Mundial, en realidad, se produjo cuando los coches estaban ya en la parrilla esperando para tomar la salida. Había nervios en Ferrari, porque surgieron problemas en el monoplaza de Vettel. Los mecánicos de motor trabajaban a tope, con el capó levantado e intentando encontrar soluciones a un problema de potencia que se evidenció luego, cuando la carrera se puso en marcha. Vettel perdió posición rápidamente con Verstappen, pero en las siguientes curvas ya pudo comprobarse que tenía un problema con su unidad de potencia. Cuando Carlos Sainz sufrió una salida de pista que le costó el abandono y tuvo que entrar el coche de seguridad (1ª vuelta), Vettel era ya tercero y fue cayendo hasta la octava posición.
Entonces le llamaron desde el taller. El equipo intentó seguir trabajando en el coche, pero al final el piloto se bajó del coche y abandonó. Habían transcurrido tres vueltas. Y ahí dejó la mayor parte de sus posibilidades de ganar el Mundial. Vettel no había puntuado en Singapur y había acabado cuarto en Malasia. En Suzuka, dejó vía libre a un Hamilton que se mostró intratable en los entrenamientos libres y en la clasificación y que dominó a placer la carrera, acosado solo por el piloto de Red Bull, Max Verstappen, pero siempre a una distancia prudencial. Le superaba en cuatro segundos, transcurridas 18 vueltas.
Estaba claro que la victoria iba a dirimirse entre estos dos pilotos. Por detrás, llegaban Daniel Ricciardo, pero ya a 11 segundos del líder, y Valtteri Bottas, a 20 segundos. Raikkonen, a 36 segundos, parecía conformarse con la quinta posición, tras haber remontado desde la 11ª posición en la que tomó la salida. Por detrás, excelente carrera de Ocon, que llegó a ser tercero, y acabó defendiendo la sexta plaza frente a su compañero de equipo en Force India, Sergio Pérez.
Fernando Alonso, por su parte, salió bien, se situó 17º ya en la primera vuelta. Y fue avanzando posiciones, a medida que la carrera transcurría y que algunos de sus rivales sufrían diversos percances. Transcurridas 43 vueltas, el asturiano ocupaba la 11º posición, sin grandes opciones de alcanzar a Felipe Massa, que le precedía con 4 segundos de ventaja, y de poder entrar en los puntos. Su compañero de equipo, Sttofel Vandoorne, cayó desde la novena posición de salida hasta la 15ª. Al final, el asturiano se acercó al piloto brasileño, pero no consiguió superarle.
“Me ha faltado un poco de suerte, porque cuando iba a adelantar a Massa salió el safety car y nos paró el ritmo que llevábamos”, indicó Alonso. “Tuve una salida tranquila, pero salí el último y pienso que acabar 11º es un éxito. Estas semanas, hasta Austin, seguiremos hablando con McLaren y veremos si llegamos a un acuerdo final”.
La última carrera de Carlos Sainz con Toro Rosso fue excesivamente corta. El madrileño apostó fuerte colocando neumáticos blandos en su monoplaza y cuando intentó un adelantamiento por el exterior en las primeras curvas, perdió el control y vio como su coche se estrellaba en las vallas de protección. Un abandono de salida. La peor despedida, puesto que en Estados Unidos, Sainz competirá ya con su nueva escudería, Renault, donde espera dar un salto de calidad importante. Su temporada ha estado marcada por la caída espectacular que ha ido sufriendo Toro Rosso a medida que la temporada iba avanzando. Sin embargo, Sainz deja un legado de 56 carreras (desde 2015), 17 abandonos, 48 puntos esta temporada y un cuarto puesto, logrado en Singapur, como mejor clasificación.
“Sufrí un pinchazo y perdí el control”, comentó Sainz. “Quería hacer un buen trabajo, arriesgar y salir de la mejor forma de la escudería, pero no salió bien. Creo que a partir de mañana me pondré a trabajar con Renault. Pero bajo ningún concepto quería concluir de esta forma en Toro Rosso”.
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