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De Stamford Bridge a Auschwitz

El Chelsea impulsa un proyecto para que sus hinchas racistas visiten el campo de concentración nazi

Rafa de Miguel
Grada de Stamford Bridge con una leyenda contra <QA0>
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Grada de Stamford Bridge con una leyenda contra el racismoMarc Atkins (Getty )

La idea parece sacada de La naranja mecánica, la película de Stanley Kubrick en la que un joven delincuente era sometido a una terapia de choque consistente en horas de visionado de actos vandálicos para estimular su conciencia. El Chelsea, el club de fútbol propiedad del magnate ruso Roman Abramovich, se está planteando la posibilidad de dar un giro drástico al modo en que afronta el antisemitismo latente entre sus hinchas más furibundos. Según el diario The Sun, la dirección de la entidad ofrecerá a los violentos escoger entre la prohibición de asistir a los partidos, durante un tiempo máximo de cinco años, o participar en cursos de reeducación que incluirían la visita al campo de concentración nazi de Auschwitz, en Polonia, símbolo del Holocausto.

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“Si te limitas a prohibirles la asistencia, nunca cambiarás su comportamiento”, explica el presidente de los Blues, Bruce Bruck, al diario. “Ahora lo que les decimos es: ‘Habéis hecho algo que está mal. Tienes dos opciones. Podemos vetarte o puedes dedicar parte de tu tiempo a pasarlo con nuestros agentes promotores de la diversidad, y entender qué es lo que hiciste mal”.

En septiembre de 2017, después de un partido en Leicester contra el Tottenham, que tiene una notable base de aficionados judíos, el Chelsea actuó duramente contra un grupo de aficionados que había proferido cantos antisemitas en el campo. Abramovich, que es judío, ha impulsado un nuevo modo de afrontar el problema. En el debate político de Reino Unido ha entrado con fuerza la cuestión del antisemitismo latente en la sociedad de este país. El propio líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, ha acabado pidiendo excusas por las actitudes ambiguas respecto a esta cuestión que ha mantenido la formación en los últimos años.

Una delegación del Chelsea asistió el pasado abril a la Marcha de los Vivos celebrada en Auschwitz, a la que siguió una visita de 150 representantes del club, incluidos empleados y aficionados, al infame campo de concentración situado en Polonia. Supervivientes del Holocausto se han prestado además a dar charlas sobre su experiencia a miembros de la institución. “Los viajes a Auschwitz fueron algo realmente importante, y estamos considerando organizar más, así como realizar actos paralelos con el mismo objetivo”, explicó Bruck.

La idea ha contado desde el primer minuto con el respaldo del Congreso Mundial Judío, del Fondo para la Educación sobre el Holocausto y del prestigioso rabino judío Barry Marcus. “Nos ha llevado cinco años entender la gravedad del asunto. Hace un año, Roman tuvo una larga conversación con directivos del club. Había percibido un incremento del sentimiento antisemita por todo el mundo, y nos ordenó que estudiáramos el modo de llevar a cabo algún proyecto que pudiera hacer frente a esta situación”, añade Bruck.

Desde entonces, el club se ha puesto manos a la obra. Entre otras cosas, ha producido una película escrita y dirigida por el escritor e hincha Ivor Baddiel, en la que narra con crudeza los estragos del antisemitismo. El estreno tuvo lugar esta misma semana en la Cámara de los Comunes de Reino Unido. El film muestra imágenes reales de grupos de aficionados cantando proclamas antisemitas junto con imágenes de las consecuencias del Holocausto.

La campaña del Chelsea ha sido acogida con entusiasmo por las autoridades políticas y los medios de Israel. El pasado enero, por ejemplo, 40.000 aficionados concentrados en Stamford Bridge dedicaron los minutos previos al encuentro a guardar silencio en honor de las víctimas judías. El equipo aprovechó esa ocasión para lanzar una campaña que ha sostenido a lo largo de todo el año y en la que ha implicado a sus jugadores estrella, a la dirección, a los empleados y a muchos aficionados. El vídeo con el que arrancó el proyecto mostraba imágenes de todos ellos sosteniendo un cartel que anunciaba “Di no al antisemitismo”.

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Sobre la firma

Rafa de Miguel
Es el corresponsal de EL PAÍS para el Reino Unido e Irlanda. Fue el primer corresponsal de CNN+ en EE UU, donde cubrió el 11-S. Ha dirigido los Servicios Informativos de la SER, fue redactor Jefe de España y Director Adjunto de EL PAÍS. Licenciado en Derecho y Máster en Periodismo por la Escuela de EL PAÍS/UNAM.

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