Es cierto que nunca caminarán solos: mil kilómetros al norte de Anfield, en el archipiélago de las Islas Feroe, país autónomo perteneciente al reino de Dinamarca, el 6% de la población pertenece a una peña del Liverpool. Son la mayor del mundo. En esas 18 islas de origen volcánico la afición al fútbol es tal que uno de cada diez habitantes (viven 50.000 personas y unas 70.000 ovejas) acude semanalmente a un estadio. Cuando Daniel Sánchez Arévalo descubrió este insólito hecho supo que quería contarlo y el fruto de su viaje es un cortometraje, su primer documental, titulado Elia 10 y auspiciado por Mastercard, que se estrena este martes (la víspera de las semifinales de la Champions League de los reds contra el FC Barcelona) y que habla de “lo que es capaz de generar un balón, que pone el ojo en lo humano y no en las estrellas de fútbol”.
Islas Feroe posee una liga profesional de fútbol desde 1942 en la que compiten diez equipos y que, por razones climatológicas, se juega durante los meses de verano. Este deporte reúne a multitudes, el mayor estadio tiene 5.000 asientos o, lo que es lo mismo, capacidad para acoger al 10% del país.
El Hat Trick café, un bar dentro de una bolera en Tórshavn, la capital, es un templo del Liverpool. Su dueño, Virgar Enhhamar, cuenta a la cámara que todos aman el fútbol porque le otorgan un sentido muy especial, porque para ellos es el motivo de reunión de las familias cada domingo. Petur Olssen, gerente del club de fans del equipo del condado de Merseyside, recuerda que heredó su pasión de un tío pescador que, en su barco, oía siempre la radio de la BBC y los partidos del Liverpool. “Básicamente el fútbol en Feroe consiste en eso: en familias compartiendo no solo tiempo sino sentimiento de pertenencia y emociones”, cuenta Sánchez Arévalo.
Rastreando la enorme participación de las mujeres allí Sánchez Arévalo dio con las dos historias que vertebran el documental: la de una niña de 10 años de Feroe, Elia, que grita que el Liverpool es “el mejor club del mundo” mientras se señala su camiseta roja con el diez a la espalda y que, gracias a Mastercard, pudo pisar el césped de Anfield; y la de una fotógrafa inglesa, Jackie, que fundó una revista sin ánimo de lucro, GirlFan, que lleva publicando retratos de aficionadas que asisten a las gradas de los campos ingleses desde los años noventa y que postula que hoy suponen ya un tercio del total.
“Es emotivo, porque no solo somos los testigos que dejan constancia de una historia completamente desconocida, sino que posibilitamos que los protagonistas atesoren un recuerdo imborrable”, explica Sánchez Arévalo. El proceso fue laborioso, en los ocho días que duró el rodaje entre Islas Feroe y Liverpool recabaron más de 30 horas de material a sabiendas de que el vídeo final habría de durar un máximo de diez minutos. “No había un guion predefinido, nos fuimos dejando llevar por lo que la gente nos desvelaba, la historia de manera fluida se fue desplegando ante nosotros”. Codo a codo con su montador habitual, cada uno en un ordenador, fueron tratando de componer un resultado que respondiera a lo que tuvieron ante los ojos con fidelidad. “Casi he tardado más en este montaje que en el de mi último largo”, suspira, solo a medias en broma el director de cine.
Sánchez Arévalo, fascinado con el género documental, con títulos tales como el último ganador del Oscar, Free Solo, que narra la ascensión a la cumbre de El Capitán (parque de Yosemite, California, EEUU) del escalador Alex Honnold, estrenará otra pieza con el mismo espíritu para una colección llamada Historias Priceless (“historias increíbles de gente a través de la Champions”, dice él) antes de que se dispute la final del más prestigioso torneo de clubes de Europa, que celebra un cuarto de siglo en su actual formato, el 1 de junio.
Vea el documental completo Elia 10, de Daniel Sánchez Arévalo
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