Neymar vive en conflicto
Los traspasos del delantero siempre fueron polémicos desde que dejó el Santos
Hay un aspecto indisociable de Neymar jugador y del Neymar persona por más que se tienda a diferenciar entre el ciudadano díscolo y el futbolista desequilibrante con independencia de que juegue y viva en París o Barcelona. Y es su facilidad para equivocarse en la toma de decisiones, especialmente en la última jugada, defecto que le penalizó en su aspiración de ganar el Balón de Oro. Neymar ya enredó al Madrid en septiembre de 2011 cuando pasó un reconocimiento médico en su país con un doctor vinculado al club blanco y posteriormente decidió permanecer en el Santos. Jugó durante dos temporadas con el propio Madrid y el Barça para finalmente firmar por la entidad azulgrana en 2013 después de la intervención del entonces presidente Sandro Rosell, buen conocedor del mercado y sobre todo de la idiosincrasia de Brasil.
El contrato firmado por Neymar fue tan chapucero que provocó en 2014 la dimisión de Rosell y posteriormente una condena de la Audiencia de Barcelona al club por dos delitos fiscales después de la confusión provocada por el importe del traspaso: el precio osciló desde los 17,3 millones hasta los 86,2 después de pasar por 57,1.
El acuerdo es todavía objeto de litigio en los juzgados por la denuncia del grupo DIS, que tenía el 40% de los derechos federativos del jugador cuando militaba en el Santos. El propio jugador mantiene también un pulso en los tribunales con el Barça por la prima de renovación de 2017, previa a su traspaso al PSG por 222 millones: reclama 26 millones mientras el club azulgrana solicita la devolución de 8,5 millones.
La retirada de la demanda es uno de los pasos previos solicitados por el Barça para aceptar su regreso al Camp Nou. También se le exige que se rebaje su ficha, supuestamente de 36 millones, a 22, que serían los que ya cobraba en el Barça. Y, obviamente, la directiva azulgrana aspira a que Neymar pida perdón públicamente después de constatar que una parte de la hinchada desaprueba su vuelta al Camp Nou.
Hay por lo demás aspectos que se consideran de difícil solución como son el intervencionismo de su padre y su facilidad para generar conflictos, ya sea solo —recientemente fue denunciado por presunta violación en Brasil— o con sus amigos los toiss. Algunas noticias procedentes de su país aseguran también que Hacienda tiene embargadas algunas de sus propiedades por un fraude fiscal que ascendería a 15 millones. Muy a gusto con las fiestas y ruidoso, últimamente sobresalió también por su facilidad para lesionarse —se ha perdido las dos últimas eliminatorias de la Champions— y discutir con los espectadores y los árbitros —carga con una suspensión europea por tres partidos—, circunstancias que le dejaron sin la capitanía de Brasil.
Mal visto por los rivales, que consideran su juego provocativo y calificado de incorregible por varios analistas, Neymar es bien visto en el vestuario del Barça. Aunque se sabe de su dificultad para madurar, entienden que vale la pena correr el riesgo de que se equivoque o acierte en la última jugada en el Camp Nou.
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