La ley de Nyom supera al Barça

El fútbol físico y agresivo del zaguero del Getafe se impone en un partido que marcó para mal a Griezmann y para bien a Pedri

Nyom felicita a Djene tras el penalti de De Jong.GABRIEL BOUYS (AFP)

La ley de Nyom manda en el Coliseum. El físico del francés tuvo más incidencia que el talento de Pedri. El Getafe fue fiel a su juego sólido, intenso y agresivo, expresado en su arrollador zaguero, y al decepcionante Barcelona no le alcanzó con la exquisitez de su delantero de Tegueste. Ninguno de los afamados atacantes azulgrana aprovechó el repertorio de Pedri. Todos, y muy especialmente Griezmann, fracasaron ante David Soria ...

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La ley de Nyom manda en el Coliseum. El físico del francés tuvo más incidencia que el talento de Pedri. El Getafe fue fiel a su juego sólido, intenso y agresivo, expresado en su arrollador zaguero, y al decepcionante Barcelona no le alcanzó con la exquisitez de su delantero de Tegueste. Ninguno de los afamados atacantes azulgrana aprovechó el repertorio de Pedri. Todos, y muy especialmente Griezmann, fracasaron ante David Soria y los azulgrana van camino del clásico con la misma pesadumbre que el Madrid. A ambos les pesó demasiado el parón de las selecciones en sus encuentros contra el Getafe y el Cádiz. Jugó mal el Barcelona, fatigado y desnortado, simplemente voluntarioso, reducido por un contrario fuerte y a gusto con la contienda, muy trampeada, pesarosa y sincopada, imposible para un equipo todavía muy liviano como es el de Koeman. No encontraron los barcelonistas la manera ni siquiera de evitar la derrota en un estadio en el que no perdían desde 2011. Un mal día sobre todo para Griezmann.

Hay futbolistas que caen de pie, como por ejemplo Pedri, siempre elogiado, los días que juega y los que descansa, y también se cuentan aquellos a los que les cuesta encontrar su sitio cuando cambian de equipo, pocos como Griezmann o Dembélé. Pedri fue titular en una jornada de rotaciones y jugó de media punta en el puesto de Coutinho, el mismo por el que suspira precisamente Griezmann, extremo derecho con Koeman en el inicio de LaLiga. El francés aprovechó su buena actuación contra Croacia para justificar por qué marca goles con su selección y no en el Barça. El técnico azulgrana atendió su petición y le situó de 9 en Getafe. Griezmann y Messi intercambiaron sus posiciones por la misma regla de tres que en su día el argentino se cambió con Luis Suárez a la llegada del uruguayo al Camp Nou. El invento fracasó: Messi fue menos Messi cuando cayó a la banda y Griezman continuó siendo Griezmann, errático como rematador, torpe en el control y trabajador en defensa, más solidario que Dembélé.

A menudo, Dembélé juega contra dos equipos, el suyo y el contrario, reiterativo en las pérdidas, incapaz de interpretar el partido y, por contra, indetectable en sus carreras al espacio, veloz en las transiciones, como se apreció en una jugada mal definida por Griezmann, solo ante el portero después de una asistencia preciosa de Pedri. El canario estuvo igualmente decisivo para activar a Messi, reducido de mala manera por Nyom ante la impunidad arbitral y resolutivo con anterioridad en un tiro al poste derecho de David Soria. La suerte del Barcelona dependía sobre todo de Pedri.

El error de De Jong

A los 17 años, Pedri sorprende por su madurez y capacidad para entender el juego, ágil y rápido en sus movimientos, delicado cuando pone los pases interiores e igualmente efectivo de espaldas a la portería, dispuesto a disputar la titularidad a Coutinho. Las exquisitas maniobras del tinerfeño desestabilizaron la poderosa defensa del Getafe y sostuvieron al equipo azulgrana, inestable y vulnerable por la permeabilidad del doble pivote, una alternativa que no cuaja por la discontinuidad de De Jong. El holandés es un volante indescifrable e insustancial, demasiado acelerado, como si tuviera prisa por recuperar el tiempo perdido desde que llegó del Ajax. Juega a destiempo y se quiere anticipar tanto que provoca jugadas confusas y torpes como el penalti que cometió ante Djené.

El gol agrandó al Getafe y encogió al Barça, irrelevante ya sin Pedro, sustituido al igual que Griezmann y Dembélé, los tres jugadores sobre los que giró el partido del Barça. Koeman removió hasta el fondo el banquillo y devolvió a Messi a su posición natural de falso 9. No encontró remedio ni recursos a un partido ante un rival desagradable que pudo remachar Cucho y equilibrar el propio Barça por un remate de Djené ante Soria. Nadie detuvo a Nyom, siempre físico, a veces tan callejero e intimidador que llegó a desafiar a Koeman después de atropellar a la delantera del Barça. A rebufo de su zaguero, el Getafe arrambló al Barça, reducido al sutil Pedri. El partido azulgrana se resumió en la alegría del canario y la capitulación de Griezmann.

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