Las horas extra de Carlos Sainz con los ingenieros de Ferrari
El madrileño afronta su primer Gran Premio de España como piloto de la escudería italiana, que está concentrada en la proyección del monoplaza de la temporada que viene
La última victoria que aparece en la hoja de servicios de Fernando Alonso es la que el asturiano se adjudicó en 2013 en el circuito de Montmeló. En sus propias palabras, aquel triunfo fue especial por lograrlo “en casa y enfundado en el mono de Ferrari”, el símbolo más universal de las carreras que existe. Desde entonces ha llovido mucho en el Mundial de Fórmula 1 y también en el tejado de la Scuderia.
La etapa dominada por Red Bull –cuatro dobletes entre 2010 y 2013– dio paso a la brutal inercia que lleva Mercedes –siete coronas y subiendo–; Alonso tuvo tiempo de tomarse un respiro de dos años y de volver, y Ferrari ha dado un tremendo volantazo al dejar marchar a una estrella como Sebastian Vettel para entregarse a la energía de Charles Leclerc y Carlos Sainz, la pareja más joven del equipo en los últimos 53 años (23 y 26 años, respectivamente). Para el español, recién llegado a Il Cavallino Rampante, el Gran Premio de España de este fin de semana será el primero que disputa como corredor de los bólidos rojos, y probablemente también el último en ese circuito. La entrada de Miami en el calendario de 2022 arrincona al Circuit, cuyo contrato con Liberty Media expira este año tras la prolongación que se firmó a raíz del coronavirus.
La F1 circula directa hacia un nuevo escenario en base a la revolución en la normativa que se aplicará el curso que viene, y Ferrari está llamado a interpretar un papel protagonista en ella. El fabricante no celebra un título desde 2007, aquel que ganó Kimi Raikkonen al sacar tajada de la gresca fratricida que mantuvieron Alonso y Lewis Hamilton (McLaren). Con Ferrari sucede algo parecido a lo que pasa con Valentino Rossi en MotoGP: que gane se aplaude como un bien común para el campeonato.
A estas alturas, el músculo del constructor italiano está ya en su mayor parte concentrado en la proyección del monoplaza de la temporada que viene. Consciente de que las opciones de ganar un gran premio son casi nulas en estos momentos, Sainz se deja la piel en integrarse tanto como pueda en su grupo de trabajo para llegar lo más preparado posible al desafío que se le presenta delante. Para ello, su inmersión ha sido total, hasta el extremo de instalarse en Maranello, donde se encuentra la fábrica, y poco más. Su rendimiento individual en las tres pruebas celebradas hasta ahora ha superado las expectativas que generó su fichaje, hasta el extremo de haberse ganado el recibir exactamente el mismo trato que su compañero.
Al margen de Alonso y de los novatos, Sainz, Vettel, Daniel Ricciardo y Checo Pérez son los corredores que esta temporada han cambiado de colores. A las puertas de la cuarta cita, el mexicano de Red Bull figura el sexto en la tabla, con seis puntos más que el australiano de McLaren (séptimo) y ocho más que el español (octavo), que iba por delante de todos ellos antes del domingo pasado. Vettel (Aston Martin) está perdido, el 16º en la clasificación, sin haber puntuado todavía.
“Los trucos aún no los conozco muy bien”
En Portimão, su tercera carrera con Ferrari, el hijo del bicampeón del mundo de rallies superó por primera vez a Leclerc en una cronometrada (fue el quinto y Leclerc, octavo), por más que después cruzara la meta el undécimo, por detrás del monegasco (sexto), penalizado por una mala estrategia en la gestión de los neumáticos. “La magia no existe en la F1. Si terminó por delante [de Leclerc] fue solo gracias al gran trabajo que hizo”, le piropeó Laurent Mekies, director deportivo de Ferrari.
“Los trucos de este coche aún no los conozco muy bien, pero estoy haciendo horas extra con los ingenieros, delante de la telemetría. Todos sabemos lo rápido que es Charles y lo que va a costar salir por delante de él en las cronometradas”, reconocía Sainz, este martes, antes de volar a Barcelona. Para él, lo ocurrido en Portugal demuestra que todavía hay trabajo antes de llegar a esa comunión total que busca con su nueva estructura. “Para alcanzar el 100% de mi potencial en Ferrari todavía me queda. Esto forma parte de la curva de aprendizaje hasta que lleguemos a poner en práctica la estrategia perfecta que nos lleve a la carrera perfecta”, añadía. “Me estoy haciendo al equipo y al coche. Pero mi progresión ha sido evidente”, zanjó Sainz.
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