La maldición de Alex Ferguson

De los 1.500 partidos consecutivos de Alex Ferguson en sus 27 temporadas (1986-2013) como técnico del Manchester United, al sexto entrenador en los ocho últimos cursos. El banquillo de Old Trafford ha pasado de ser el frondoso jardín de Sir Alex a una precisa bomba de relojería que dinamita a todo aquel que se sienta en él, independientemente de su nacionalidad y experiencia.

Los resultados tampoco entienden ni respetan la historia ni la tradición. En 94 años, desde 1892, cuando se hizo oficial en el club la figura del mánager como tal, a 1986, cuando llegó Ferguson, el United presumía de su benevolencia y paciencia con sus técnicos. Solo había tenido 19. Uno de ellos fue Matt Busby, superviviente del accidente en el que fallecieron ocho miembros de la plantilla y otros 15 viajeros, al estrellarse el avión en el que viajaban en el intento de aterrizaje en el aeropuerto de Múnich, después de disputar un partido de la Copa de Europa (6 de febrero de 1958).

También escocés, Busby estuvo al frente del equipo desde 1945 a 1969, con el paréntesis obligado por su recuperación del accidente. Le sustituyó entonces de forma interina su segundo, Jimmy Murphy (22 partidos). En esa primera etapa dirigió al equipo en 1.120 encuentros. Tras retirarse con 60 años, las circunstancias del club le hicieron volver en la 70-71 (21 encuentros). Bajo su mandato el club ganó su primera Copa de Europa (1968), cinco Ligas, cinco Community Shield y dos FA Cup.

Destituido ahora Solskjaer, el elegido para sustituirle provisionalmente ha sido Michael Carrick (40 años), miembro de su cuadro técnico y que ya había trabajado anteriormente con Mourinho en 2018 tras la marcha del ayudante Rui Faría. Es la tercera vez en los últimos años que el club de Old Trafford recurre a esta figura de interinidad con distintos resultados. En la primera ocasión, cuando destituyó a David Moyes en abril de 2014, Bryan Giggs dirigió al equipo en los últimos cuatro partidos de la temporada, mientras se elegía a Louis Van Gaal como máximo responsable para el curso siguiente.

La segunda fue tras el despido de José Mourinho en diciembre de 2018. Ole Gunnar Solskjaer, el héroe del Camp Nou, autor del tanto que dio la Champions al Manchester United contra el Bayern en 1999, entrenaba al Molde, con el que tenía contrato en vigor hasta 2022. Sorprendentemente el club inglés solicitó al club noruego su cesión hasta final de temporada y el propio técnico aceptó la oportunidad sin importarle la etiqueta de interino con la que aterrizó en Mánchester. La reacción del equipo, con 14 victorias y dos empates en 19 partidos, convenció a los directivos, que le hicieron fijo; firmó un contrato hasta 2022. El hombre con cara de niño y sonrisa eterna dejaba de ser el técnico provisional más duradero de la historia de la Premier. En julio pasado el club le volvió a prolongar su compromiso hasta 2024.

Ni Moyes. Ni Van Gaal. Ni Mourinho. Ni Solskjaer. Todos bendecidos, en un principio, por Alex Ferguson y todos víctimas, después, de la eterna comparación con el pasado instalada en el club. Equiparación que coincide, además, con una competencia mayor tanto a nivel doméstico como en las competiciones europeas y que se refleja especialmente en estos últimos años con el otro gran club de la ciudad, el City.

Durante la era Ferguson, las vitrinas de Old Trafford tuvieron que ser ampliadas, 39 títulos: dos Copas de Europa, un Mundial de clubes, una Intercontinental, una Recopa, dos Supercopas de Europa, 13 Premier, 10 Community, cinco FA Cup y cuatro Copas de la Liga. Desde su adiós, el United solo ha ganado cuatro títulos: una Europa League, una FA Cup, una Copa de la Liga y una Community Shield, por 13 de su eterno rival: cuatro Premier, una FA Cup, seis Copas de la Liga y dos Community Shield.

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