Iago Aspas acaba con un Betis desconocido
Dos goles del delantero relanzan al Celta, superior a un errático equipo andaluz
El fútbol no hay quien lo entienda. El Celta viajó el mismo domingo a Sevilla sin saber con qué jugadores iba a contar para afrontar un partido ante un Betis que acababa de cumplimentar un 2021 exitoso. El equipo de Eduardo Coudet se plantó en el Benito Villamarín con una defensa absolutamente renovada, con Aidoo de improvisado lateral, y Okay y Domínguez de centrales. A priori, una buena pieza a cobrar para este Betis tan deslumbrante. El fútbol, que es como es, le dio un soberano ...
El fútbol no hay quien lo entienda. El Celta viajó el mismo domingo a Sevilla sin saber con qué jugadores iba a contar para afrontar un partido ante un Betis que acababa de cumplimentar un 2021 exitoso. El equipo de Eduardo Coudet se plantó en el Benito Villamarín con una defensa absolutamente renovada, con Aidoo de improvisado lateral, y Okay y Domínguez de centrales. A priori, una buena pieza a cobrar para este Betis tan deslumbrante. El fútbol, que es como es, le dio un soberano revolcón a los pronósticos. El Betis se vio sometido a un tormento ante el excelente juego del Celta, rápido y dinámico del centro del campo en adelante, con Aspas en plan figura. El propio Aspas que había comentado a principios de semana que en Sevilla iban a jugar los alevines del torneo de Brunete por el impacto del coronavirus en su equipo, que anunció hasta nueve positivos. El conjunto gallego demostró que fuera de casa es un equipo muy solvente y se impuso con justicia a un Betis que se quedó en 2021. Aspas anotó un penalti y luego aprovechó un doble error del conjunto verdiblanco para alcanzar los 10 goles en la Liga. Así hincó la rodilla este desconocido Betis de Manuel Pellegrini, lento, blando y sin chispa. Eduardo Coudet, por fin, pudo ganar a su maestro Pellegrini, que lo dirigió en River y del que siempre habla con mucho respeto.
El Celta rompió, por lo tanto, su mala racha en el Benito Villamarín, donde no había ganado en sus últimas seis visitas. Desde el principio del partido se observó que no era el día del Betis. Los de Pellegrini echaron en falta a Guido, sancionado, y a Fekir, en el banquillo sin apenas haber entrenado a lo largo de la semana. Pero lo más doloroso para los intereses del equipo local residía en la facilidad con la que el Celta tocaba el balón ante la sorprendente falta de chispa de los jugadores béticos, lentísimos en todos los duelos. Un Betis incapaz de cambiar el ritmo que comenzó a clavarse el cuchillo cuando Guardado arrolló a Cervi dentro del área. Rui Silva ya había salvado un disparo de Mina, pero no pudo hacer nada en el lanzamiento del delantero desde el punto de penalti.
Aspas, un caballero, marcó y le dio el pésame a Rui Silva, que perdió a su padre esta semana. El Betis acusó el golpe, hasta el punto de que fue incapaz de crearle una sola ocasión en el primer tiempo a un rival superior. Todavía fue peor para los intereses andaluces cuando Aspas se aprovechó de un doble error de Lainez y Víctor Ruiz para plantarse en el área del Betis, driblar a Rui Silva y hacer el 0-2 a placer. Esta vez no se fue a por el portero bético. Se señaló el escudo de su camiseta y celebró con alegría su estupendo gol.
El Celta había dado una lección de eficacia, marcando en sus dos acercamientos al área del Betis al aprovechar los regalos locales en la zaga. Y todavía pudo hacer el tercero nada más iniciarse la segunda parte, cuando Mina remató al palo. Pellegrini no vio nunca clara la fórmula para intentar darle la vuelta al marcador. Había un problema de fondo y es que el Betis no podía. Fekir salió al terreno de juego después de una semana sin entrenar y el equipo andaluz apenas inquietó a este buen Celta. Hubo que esperar al minuto 70 para que Galán sacara un disparo con mucho peligro de William Carvalho. El Betis lo intentaba, pero su juego era demasiado premioso, sin velocidad ni claridad para desbordar a un Celta bien plantado. Rui Silva, el mejor del Betis, salvó un buen remate de Mina y poco a poco, ante la impotencia andaluza, el partido fue caminando a su fin. El Betis, que venía de ganar sus últimos tres partidos en el Villamarín, sufrió un inesperado frenazo ante un Celta que carbura lejos de Vigo. Son cinco los partidos consecutivos que lleva sin perder (tres victorias y dos empates) y solo ha recibido siete goles a domicilio en nueve partidos. Y cinco de ellos fueron ante el Madrid.
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