Argentina silencia a Italia en La Finalissima
La Albiceleste golea al equipo de Mancini y suma 32 partidos sin perder
Campeón de América, inflados de confianza tras un periodo invicto de 31 partidos que estiró a 32, Argentina necesitaba medir su fuerza frente a un grande de Europa. Italia, por su currículo, lo era. De eso no había duda, mucho más después de ganar la última Eurocopa. Sin embargo, la Azzurra de Mancini anda golpeada, un rival sin hueso para una Argentina que mandó en la Finalissima de principio a fin (3-0).
La Finalissima, como se ha rebautizado al final que enfrenta el...
Campeón de América, inflados de confianza tras un periodo invicto de 31 partidos que estiró a 32, Argentina necesitaba medir su fuerza frente a un grande de Europa. Italia, por su currículo, lo era. De eso no había duda, mucho más después de ganar la última Eurocopa. Sin embargo, la Azzurra de Mancini anda golpeada, un rival sin hueso para una Argentina que mandó en la Finalissima de principio a fin (3-0).
La Finalissima, como se ha rebautizado al final que enfrenta el campeón de la Eurocopa con su homólogo en la Copa América —antes se había jugado en 1985, cuando Francia derrotó a Uruguay; y en 1993, cuando Argentina se impuso a Dinamarca— encontró a dos selecciones en diferente etapa de gestación, si se quiere hasta en distintos estados de ánimo. Mientras Italia piensa en la restructuración y ya despide a leyendas (Chiellini, reemplazado, jugó su último partido), todavía con la amargura en la boca tras quedarse fuera del Mundial, Argentina presenta un base consolidada, bien gestionada por Scaloni y liderada, ahora ya sin dudas, por Messi.
El último duelo de la Albiceleste frente a un grande del viejo continente databa en 2019 —empató a dos ante Alemania—. Pero Italia no fue rival para el cuadro de Scaloni, seguro en la zaga (ha encajado tres goles en los últimos 14 duelos), fuerte en ataque a partir del tridente formado por Messi, Lautaro y Di María. Fue justamente el 10 el que le sirvió el cuero al delantero del Inter para el 1-0. Primero goleador, después pasador, Lautaro filtró un balón sutil para que Di María superara a Donnarumma. Sobre la bocina, Dybala cerró la goleada.
Argentina dominó el duelo con y sin balón. Un equipo duro en la presión, astuto para generar espacios y certero en la definición, que silenció al centro del campo italiano y desconectó a sus delanteros. Segundo título con la mayor para Messi, justamente el último que ganó Maradona con la Albiceleste.
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