Kroos, Modric y una transición en marcha
Ancelotti encara a partir de la final del Mundial del Clubes y con el Liverpool a la vista una decisión clave con el alemán y el croata para afrontar las grandes citas
Carlo Ancelotti afronta en los próximos 10 días una decisión ideológica de primer orden en el Real Madrid: qué hace con Toni Kroos (33 años) y Luka Modric (37). Durante los últimos nueve cursos, el equipo siempre se ha organizado en los grandes (y pequeños) acontecimientos alrededor de ambos, la única asociación superviviente de las tres Champions consecutivas. Sin embargo, llegados a este punto de la temporada que empieza a ser de no retorno, con la final del Mundial de Clubes ante el Al-Hilal (Telecin...
Carlo Ancelotti afronta en los próximos 10 días una decisión ideológica de primer orden en el Real Madrid: qué hace con Toni Kroos (33 años) y Luka Modric (37). Durante los últimos nueve cursos, el equipo siempre se ha organizado en los grandes (y pequeños) acontecimientos alrededor de ambos, la única asociación superviviente de las tres Champions consecutivas. Sin embargo, llegados a este punto de la temporada que empieza a ser de no retorno, con la final del Mundial de Clubes ante el Al-Hilal (Telecinco, 20.00) y la ida de los octavos de la Liga de Campeones en Liverpool el 21 de febrero, su condición de innegociables se encuentra más en el aire que nunca.
Lo que hasta hace un mes resultaba indiscutible —su titularidad—, ahora es un asunto a descubrir en cada encuentro. En las últimas tres semanas, desde el correctivo del Barcelona en la final de la Supercopa de España, los dos han sido suplentes a la vez en dos salidas consecutivas (San Mamés y Mallorca), un periodo que ha coincidido con la crecida de Dani Ceballos.
El “momento de transición” en la zona ancha es un hecho admitido por el propio Carletto, que a mediados de enero reclamó “comprensión a los veteranos” y “paciencia a los jóvenes” para conservar “el buen ambiente en el vestuario”. El Kroos-Modric (y antes Casemiro) como algo descontado ha quedado en cuarentena después del Mundial a la vez que las rotaciones se han cronificado en medio también de un calendario abrasivo. La cuestión ahora es comprobar cuándo juega cada uno y cómo se distribuyen las jornadas grandes, como las que aparecen en el horizonte, sobre todo para medir el peso en este instante del alemán y croata.
De momento, Ancelotti puso en valor este viernes el salto de Ceballos —”es lo que ha cambiado en el medio desde la Supercopa”— y, por si acaso, recordó la importancia de los que salen desde el banquillo. “Ellos nos permitieron ganar una Champions”, enfatizó el de Reggiolo. La medular es la única línea que acude a la cita del Al-Hilal con todos sanos: Courtois, Lucas Vázquez, Mendy y Hazard son bajas; Militão y Benzema se incorporaron este jueves a la concentración y son duda; y Carvajal y Asensio regresan de dolencias.
El italiano pidió comprensión a los veteranos y paciencia a los jóvenes
Un dato ilustra la inmutabilidad hasta ahora de la fórmula Kroos-Modric y la trascendencia de la duda actual. Desde que ambos se reunieron en el Santiago Bernabéu, en 2014, los dos han estado disponibles en 70 grandes partidos, teniendo en cuenta clásicos, finales y eliminatorias europeas. De todos ellos, fueron titulares en 64, el 91% de las veces. Es necesario hacer cirugía fina en la historia reciente blanca para no encontrarse a ambos de salida.
El que más duelos de este calado se ha perdido es el balcánico. Zinedine Zidane lo mandó al banco en tres choques seguidos contra el Barcelona entre finales de 2019 y 2020, días en los que Valverde fue titular. Fue un momento en que se amagó con una dulce transición de Modric al uruguayo que no fructificó en esos términos. El croata se agarró, como siempre, volvió a mostrarse indiscutible, y la crecida del charrúa no fue a costa suya. Más bien, se produjo la pasada campaña como complemento a ambos, orillado a la derecha y ejerciendo de hombre orquesta.
Quizás la ausencia más sonada en este ciclo fue la de Kroos en la ida de los octavos de Champions contra el City en febrero de 2020. También con Valverde y hasta con Isco en el once. Una salida por la tangente que no tuvo continuidad. Las otras dos fueron de Modric en sendas Supercopas de Europa (2016 y 2018) veraniegas.
Carletto, siempre con ellos
Ancelotti, hombre de la vieja escuela y buen guardián de las jerarquías, todavía no ha cruzado ningún puente sin la pareja fetiche. Tanto en su primera etapa como en esta, en las 13 ocasiones en las que los ha tenido disponibles en este tipo de duelos les ha dado pista. Ellos, además, resultaron determinantes la temporada pasada para cuadrar el equipo, junto a Casemiro, en ese rentable bloque bajo para buscar las contras con Vinicius y Benzema. Tan fijos fueron los dos como claves las piernas frescas del banquillo. Como acuñó el propio técnico, fue la fórmula en varios tramos de “60 minutos de calidad y 30 de energía”.
La noche del tercer milagro, contra el City, ambos (más Casemiro) asistieron a la remontada desde la banda y fueron consultados por Carletto a la hora de realizar los cambios. Hace unos meses, en los despachos blancos recordaban la sorpresa de Kroos, que nunca en su carrera, según les confesó, un entrenador le había preguntado a quién sacaba.
La cuestión ahora del alemán y Modric es una señal más de un equipo que, siendo prácticamente los mismos que alzaron la Liga y la Copa de Europa, su alineación ya no se recita de carrerilla. Por lesiones varias (sobre todo, de Courtois y Benzema), por las rotaciones forzadas en un curso de Mundial en mitad de todo, y porque el centro del campo no es un sota, caballo y rey.
Viendo el momento de desborde de Ceballos y salvo sorpresa con Tchouameni, Ancelotti debe empezar a decidir si se sigue jugando las finales con los dos de siempre en el medio, pendientes aún de renovar (sus contratos expiran en junio), o da un paso más en esa anunciada transición en marcha.
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