División en el United ante la visita del Barcelona
Los Glazer, dueños del club, piden al entrenador, Ten Hag, que ponga a los suplentes ante el Barça y descarte la Liga Europa
La visita del Barcelona a Old Trafford ha tensado la cuerda en el seno del club con más hinchas del Reino Unido. De un lado del cable tiran los propietarios, los hermanos estadounidenses Joel y Avram Glazer, del otro tira el entrenador, el holandés Erik ten Hag. La posibilidad de conflicto late con fuerza ante un día señalado con entusiasmo por la hinchada. Ten Hag ansía el prestigio que confiere ganarle al Barça. Pero los dueños le han pedido a través de sus intermediarios internos ...
La visita del Barcelona a Old Trafford ha tensado la cuerda en el seno del club con más hinchas del Reino Unido. De un lado del cable tiran los propietarios, los hermanos estadounidenses Joel y Avram Glazer, del otro tira el entrenador, el holandés Erik ten Hag. La posibilidad de conflicto late con fuerza ante un día señalado con entusiasmo por la hinchada. Ten Hag ansía el prestigio que confiere ganarle al Barça. Pero los dueños le han pedido a través de sus intermediarios internos que ponga al equipo suplente, descarte la Liga Europa, y concentre sus fuerzas en la Premier y en ganar la final de la Copa de la Liga el próximo domingo.
El razonamiento de los Glazer es puramente financiero. Según fuentes del United, el club perdió 250 millones de euros por no clasificarse para la Champions la temporada pasada. Acabó 6º clasificado en la Premier, fuera de los cuatro primeros con acceso a la máxima competición europea. El golpe supuso unas pérdidas de unos 100 millones de euros, exactamente la cantidad que se habrían embolsado los accionistas en concepto de beneficios si el club se hubiera clasificado para la Champions. Los Glazer no quieren volver a perder dinero. Aspiran a conquistar la Liga —en el club cuantifican las probabilidades de triunfo en un 5%— o, por lo menos, a entrar en la competición más importante de la UEFA, aquella que multiplica los ingresos vinculados a los derechos de imagen y patrocinio. Para eso deben concentrar todos sus esfuerzos en la Premier.
Cuentan en el club inglés que las empresas que patrocinan al United introducen cláusulas específicas en sus contratos. En caso de no clasificar para la Champions, los pagos se reducen en una media del 30%. La presencia del club en la Liga Europa no solo no redunda en mayores aportaciones de los sponsors, sino que resta dinero. Bajo el prisma de las grandes marcas que buscan publicidad en el fútbol, la Liga Europa es, para un experto de una consultora estadounidense que asesora al United, “como una marca de baja calidad”. La garantía de que se ingresa a una categoría en la que conquistar la Champions o la Premier resulta quimérico. El Villarreal y el Sevilla, campeones recientes de la Liga Europa, sirven de ejemplo a los asesores de los Glazer. Puede que la Liga Europa impulse a otro tipo de instituciones, pero no al United, el equipo más rico de la Tierra y el más poderoso de la Premier hasta hace una década.
Todo esto se lo han explicado los Glazer a Ten Hag mediante reiterados mensajes enviados a lo largo de una cadena de cinco a siete eslabones, cada uno un funcionario intermedio en el conducto que va de los despachos de los Glazer en Florida y Nueva York, a la caseta de Ten Hag en Carrington. El técnico ha recibido la información impertérrito, a pesar de que le alertan de que el equipo —tercero en la clasificación de la Premier con 49 puntos— tiene por delante una dura lucha en la defensa de su posición. El Tottenham (42), el Newcastle (41) y el Liverpool (35 puntos con dos partidos menos) pueden subir con fuerza a falta de 14 jornadas.
Wan-Bisaka y Malacia, airosos en el Camp Nou
La secretaría técnica del United identifica como once titular a De Gea; Shaw, Lindelof, Varane, Dalot; Casemiro, Sabitzer, Bruno Fernandes; Antony, Rashford y Garnacho. En el partido de ida en el Camp Nou los propietarios repitieron la consigna y los técnicos más próximos a Ten Hag le pidieron que rotara, al menos, hasta semifinales. Ten Hag cumplió alineando hasta cinco suplentes: Sancho, Fred, Weghorst, Malacia y Wan-Bisaka.
Especialmente agradecidos se mostraron los Glazer cuando vieron que ante el Barça daba aire a los laterales. A Wan-Bisaka llevan tres años intentando cederle con todos los gastos pagados y no le ha querido nadie; a Malacia le ficharon del Feyenoord, de rebote, en competencia con el Lyón.
El 2-2 ante el Barça en la ida fue mucho más de lo que esperaba Ten Hag. Ahora, en el umbral del pase a octavos, las personas que le ven a diario indican que el entrenador se muestra cortante. No se pronuncia. Pero por su carácter competitivo no le ven por la labor de volver a rotar. Los Glazer se temen lo peor este jueves. Vislumbran un once titular que lastre al equipo de cara a la final de Copa de la Liga —el primer título oficial de la temporada se disputará 66 horas después, el próximo domingo en Wembley frente al Newcastle, un rival histórico— y maldicen a quien pueda poner en peligro 100 millones de euros de beneficios para los accionistas.
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