Paula Badosa, baja en Roland Garros por una fractura vertebral

Paula Badosa no podrá competir a partir de este domingo en Roland Garros debido a una fractura en una vértebra, según adelantó este jueves la Cadena Ser y confirmó posteriormente la propia jugadora. La tenista española, de 25 años, se produjo la lesión mientras competía en el reciente torneo de Roma y se perderá el grande francés, aunque el periodo estimado de baja, de ocho a 12 semanas, la apartaría también de Wimbledon, que comenzará el 3 de julio.
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Paula Badosa no podrá competir a partir de este domingo en Roland Garros debido a una fractura en una vértebra, según adelantó este jueves la Cadena Ser y confirmó posteriormente la propia jugadora. La tenista española, de 25 años, se produjo la lesión mientras competía en el reciente torneo de Roma y se perderá el grande francés, aunque el periodo estimado de baja, de ocho a 12 semanas, la apartaría también de Wimbledon, que comenzará el 3 de julio.

Badosa sufrió una caída durante el partido contra la tunecina Ons Jabeur. Según precisa la Ser, el contratiempo no parecía grave e incluso pudo jugar tres partidos más –ante Marta Kostyuk y Karolina Muchova, antes de caer frente a Jelena Ostapenko–, pero la insistencia del dolor le obligó a someterse a unas pruebas y el alcance de la lesión –“fractura por estrés en la vértebra L4”, según especifica el citado medio– la descarta de manera fulminante para el segundo major del curso.

“Cuando todo parecía que volvía a estar bien, malas noticias otra vez justo antes de empezar un Grand Slam. En el torneo de Roma [donde progresó hasta los cuartos de final] me hice una fractura de estrés en la columna vertebral. Ha sido una noticia muy dura después del inicio de año tan difícil con las lesiones”, corroboró la tenista a través de sus redes sociales. “Es un momento jodido, la verdad. Cuando me dieron la noticia fue un shock total. Mentalmente fue muy duro, pero conociéndome soy bastante cabezota y sé que haré lo posible por volver cuanto antes. No es fácil. Estaba intentando encontrar mi juego”, transmitió en unas declaraciones recogidas por la agencia EFE.

Cabe recordar que en enero, a las puertas del Open de Australia, la catalana –actualmente la 29ª en la lista mundial de la WTA– ya tuvo que ausentarse de la primera gran cita debido a una lesión de última hora en el muslo derecho. Ahora, la desgracia se repite y además de privarle de las dos grandes citas anuales sobre territorio europeo, París y Londres, trunca la evolución de las últimas fechas y condicionará también la franja veraniega, con el aterrizaje en el US Open (a partir del 28 de agosto) como objetivo más realista.

Relevo técnico y repunte

Este último contratiempo físico supone un severo golpe anímico para la deportista, que después de un periodo curvilíneo y sin los resultados deseados empezaba a reencontrar una buena versión sobre la pista. “No gano ni al parchís... Pero seguiré luchando”, se resignaba en septiembre, conforme descendía en el ranking –tras haber ascendido al número dos, en abril del ejercicio pasado– y no conseguía remontar el vuelo. De vuelta a la carga, encajó el palo previo a Australia y luego fue sobreponiéndose a un reenganche complicado; un virus le mermó en la gira desértica –ausencia en Abu Dabi, y primeras rondas en Doha y Dubái– y más adelante se topó con rivales de alta envergadura tanto en Norteamérica como en la fase europea sobre tierra.

“Me voy con muchas ganas y motivada”, afirmó tras ser apeada por Maria Sakkari en los octavos de Madrid. “Vengo de donde vengo, desde abajo, así que jugar así suma mucho... Esto es un proceso, y desde hace un mes voy sintiéndome mejor; después del bache que he tenido, esto es valioso”, agregaba en la Caja Mágica. Desligada desde principios de marzo del técnico Jorge García, con el que alcanzó su punto más álgido y conquistó Indian Wells en 2021, apostó por un joven dúo en el banquillo –Eduard Esteve y Pol Toledo, ambos de 28 años– para recuperar la efervescencia e ir recuperando el terreno perdido.

En línea ascendente, firmó los cuartos en Charleston y Stuttgart, y tanto en la capital española como a continuación en Roma dejó un poso optimista de cara a París. “Llevo varias semanas de menos a más, estoy sintiéndome bien; creo que voy por el buen camino”, incidió en el Foro Itálico. Ahora, sin embargo, la espalda le zancadillea y le forzará a parar de dos a tres meses, comprometiendo lo que resta de campaña. Roland Garros era, sin duda, su mayor motivación, el torneo con el que siempre ha soñado y el major en el que más lejos llegó; sucedió hace dos años, cuando cayó en los cuartos contra la eslovena Tamara Zidansek en su primer partido en la Chatrier. Como júnior lo festejó en 2015, con 17 años.

“La experiencia te enseña a asumir estos momentos. La madurez te ayuda a asimilar situaciones de este tipo y te dice que hay que levantarse y encontrar el lado positivo, y no el negativo. Los años me ayudan a verlo de esa manera. El proceso será delicado y hay semanas en las que no podré hacer absolutamente nada, pero pondré todo de mi parte”, reflexionó en EFE; “ahora dispondré de tiempo para recapacitar, pensar y motivarme para volver con más ganas y, por ejemplo, saber que cuando las demás jugadoras van a tener más desgaste, yo tendré mayor frescura. Intentaré llegar a tiempo a Wimbledon, aunque será difícil por los plazos”.

Apartada abruptamente del escenario, el tenis español contará en Roland Garros con cuatro representantes femeninas, Cristina Bucsa (67ª), Rebeka Masarova (68ª), Nuria Párrizas (93ª) y Sara Sorribes (132ª); a ellas podría unirse Aliona Bolsova (131ª), siempre y cuando logre superar la fase clasificatoria que transcurre estos días.

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