La Oranje juega y deja jugar
El lateral Dumfries desequilibra un partido muy divertido y que alimenta el debate alrededor del estilo de Frank de Boer en Países Bajos
Frank de Boer hace camino al andar después de que su equipo se estrenara con una victoria ante Ucrania en un vibrante y divertido partido en el Johan Cruyff Arena. El marcador y el juego avalaron la alineación y el dibujo táctico del técnico de la misma manera que sus cambios pusieron en peligro la victoria ante la irritación de la entendida hinchada de los Países Bajos. El protagonista, en cualquier caso, fue el lateral Denz...
Frank de Boer hace camino al andar después de que su equipo se estrenara con una victoria ante Ucrania en un vibrante y divertido partido en el Johan Cruyff Arena. El marcador y el juego avalaron la alineación y el dibujo táctico del técnico de la misma manera que sus cambios pusieron en peligro la victoria ante la irritación de la entendida hinchada de los Países Bajos. El protagonista, en cualquier caso, fue el lateral Denzel Dumfries, del PSV Eindhoven. No es un detalle cualquiera si se tiene en cuenta el libro de estilo del impasible De Boer.
Una avioneta sobrevoló el sábado el campo de entrenamiento del equipo en Zeist con una pancarta en la que se leía: “Frank, simplemente 4-3-3”. Frank de Boer no la vio o no le hizo caso e insistió con el 3-5-2. Ya sabe que el puesto de seleccionador siempre generó tremendos debates futbolísticos en Países Bajos. Alcanza con recordar que a Dick Advocaat los aficionados desplazados a Faro le pagaron un billete de avión desde Lisboa a Ámsterdam para que abandonara la Eurocopa 2004. Tampoco atendió la petición de la afición en Portugal. A De Boer le interesa sobre todo activar a Memphis —prefiere que le llamen Memphis a Depay—, dinamizar el medio campo formado por De Jong-De Roon-Wijnaldum y dar aire a los costados con carrileros como Dumfries.
La organización ofensiva parece funcionar mejor que la defensiva si se atiende a su estreno en la Eurocopa y a la ausencia de De Ligt. Memphis, Dumfries y Wijnaldum dispusieron de tres tiros de gol nada más empezar el partido contra Ucrania de la misma manera que los delanteros de Shevchenko encontraron el campo abierto para llegar hasta la portería de Países Bajos. El encuentro quedó muy abierto durante un cuarto de hora hasta que se asentó la zaga de Ucrania. El equipo de Shevchenko aspira a ser reconocido por su juego y no solo por una camiseta que lleva silueteado el mapa del país que incluye a Crimea y lemas que irritan a Rusia. Las transiciones por la derecha de Yarmolenko desestabilizaron a la Oranje, superior en la posesión y mejor en la presión, condicionado también por la solvencia de Bushchan.
El acierto del portero era tan manifiesto como la falta de pegada de los atacantes de Frank de Boer. Nadie ponía más interés que Dumfries. La cita quedó resumida en el duelo entre el lateral holandés y el meta de Ucrania ante la permisividad de Mykolenko. Y ganó Dumfries porque dos de sus centros no pudieron ser neutralizados por Bushchan: la pelota quedó suelta para el gatillo de Wijnaldum en el 1-0 y tampoco pudo responder a la definición de Weghorst en el 2-0.
El marcador confundió a De Boer. El técnico dio el partido por ganado antes de tiempo cuando cambió la estructura defensiva y propició con los cambios la reacción de Ucrania. No solo disminuyó el volumen de juego de la Oranje sino que habilitó la calidad individual de Ucrania, que empató en un abrir y cerrar de ojos con dos golazos, uno espectacular por el chut desde fuera del área de Yarmolenko y el segundo a la salida de una falta cabeceada por Yaremchuk, una fiera ante los débiles centrales de Frank de Boer.
Al rescate del técnico y del equipo acudió una vez más Dumfries. El zaguero remató con la testa un centro de Aké y puso el definitivo 3-2. Ucrania se quedó petrificada y Países Bajos respiró aliviada por un triunfo necesario si se tiene en cuenta su condición de anfitrión —el partido se jugaba en Ámsterdam—. El guión del partido permitirá mantener el debate sobre la identidad futbolística de la Oranje y las aptitudes de Frank de Boer. Nada nuevo en Países Bajos.
Diez debutantes en una Euro en la selección naranja
Tercera en el Mundial de 2014, la selección holandesa ha tardado siete años en volver a una gran competición después de no clasificarse para la Eurocopa de 2016 ni para el Mundial de 2018. Lo hizo con una victoria agónica gracias al cabezazo de Dumfries tras dominar el balón: un 63% de posesión para los jugadores de Frank de Boer.
La alineación titular del exjugador del Barça estaba compuesta por diez debutantes en el torneo. Todos menos el portero Stekelenburg. Eso no ocurría en Países Bajos en una Eurocopa desde 1996. Pese a ello, el once tenía una edad media de 28 años.
Quizás fue esa falta de experiencia en las grandes competiciones la causante en gran medida de que Ucrania le igualara en cuatro minutos el 2-0 inicial. Fue la segunda vez en la historia de este torneo que una selección neutraliza una ventaja de dos goles en tan poco tiempo. La otra fue Yugoslavia contra Francia en 1960 (de 4-2 a 4-4).
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