Francia se encomienda a Mbappé y Griezmann para batir a Bélgica en los octavos
Deschamps medita cambiar el dibujo para favorecer la conexión de ambos ante la selección de De Bruyne
En Francia siempre fue tradición que el capitán compareciera ante la prensa en las previas de los partidos. Kylian Mbappé cumplió ayer, antes del duelo de octavos de final contra Bélgica (18.00, TVE1) con ese costumbrismo tras serle otorgada la capitanía por Didier Deschamps a la vuelta del Mundial de Qatar.
Tras la retirada de la selección del meta Hugo Lloris, la cinta le correspondía a Antoine Griezmann. Deschamps argumentó su...
En Francia siempre fue tradición que el capitán compareciera ante la prensa en las previas de los partidos. Kylian Mbappé cumplió ayer, antes del duelo de octavos de final contra Bélgica (18.00, TVE1) con ese costumbrismo tras serle otorgada la capitanía por Didier Deschamps a la vuelta del Mundial de Qatar.
Tras la retirada de la selección del meta Hugo Lloris, la cinta le correspondía a Antoine Griezmann. Deschamps argumentó su decisión en la segunda parte que protagonizó Mbappé en la final contra Argentina. Este lideró la charla en la caseta y después la igualada a dos con una actuación soberbia que llevó la trepidante final a la prorroga y después a los penaltis. De fondo, también pesó la necesidad de hacer sentir a Mbappé como símbolo y patrimonio nacional para convencerle de que retrasara su fichaje por el Real Madrid.
Griezmann se disgustó más por lo simbólico que por miedo a perder liderazgo o influencia en la caseta. Giroud y los también veteranos Kanté, Pavard y Rabiot forman parte de su núcleo duro. No tardó mucho en digerir el varapalo. En el fondo, hay un pacto no escrito en el que tanto Mbappé como Griezmann ejercen su ascendencia sobre el grupo.
También el paso del tiempo, Griezmann tiene 33 años, propició que Deschamps pensara en el futuro entregándole la capitanía a Mbappé. La propia federación francesa tampoco lo vio con malos ojos por la mayor proyección de la imagen del que ya es nuevo jugador del Real Madrid.
Deschamps busca el equilibrio entre ambos y su explosión conjunta en esta Eurocopa. El seleccionador galo barrunta un cambio de sistema que beneficie a ambos y sirva para derrotar a los De Bruyne, Lukaku y compañía. Incluso el cambio de sistema beneficiaría más a Griezmann. El diario L’Equipe avanzó el jueves que el técnico ha probado un cambio de dibujo en el que Griezmann jugaría de mediapunta, su posición preferida, por detrás de Mbappé y Marcus Thuram. “Se trata de tener esa puntería. Si quieres ganar tienes que marcar, y eso no ha sido lo que hemos hecho. Eso les pasa a los mejores y a los mejores goleadores”, dijo Deschamps.
No sería la primera vez que este busca un molde ideal para el rojiblanco. Desde que lo acogió en el Mundial de 2014, cuando aún no había dimensionado su figura en el escaparate internacional, Griezmann ha sido el ojito derecho de Deschamps. Ni siquiera la impactante irrupción de Mbappé en el Mundial 2018 cambió esa interrelación entre seleccionador y jugador. De aquella Francia que se proclamó campeona del mundo en Rusia, Griezmann fue su indiscutible líder. Fue la extensión ideológica de Deschamps dentro y fuera del campo cuando Francia ganó partidos raspando, con una defensa sólida replegada en campo propio para salvaguardar marcadores cortos que el atacante del Atlético congelaba. En los últimos minutos se retrasaba al centro del campo para dormir el juego con pases sencillos al pie del compañero libre. “Jugamos y sufrimos como el Atlético de Simeone. Tengo la suerte de trabajar con el mejor entrenador en lo defensivo, veo cosas sobre el terreno, trato de decirlas, de enseñarles a mis compañeros, así como ellos pueden enseñarme ofensivamente pequeñas cosas. Tengo la suerte de jugar con el Cholo, así que doy consejos y astucias para reordenarnos defensivamente”, vino a proclamar en la previa de la final. El propio Deschamps refrendó las palabras de su pupilo preferido. Tampoco tardó mucho Simeone en saltar a la palestra para vindicar que Francia había finiquitado el tiki-taka, la exaltación de la posesión, con el que España y Alemania reinaron en 2010 y 2014 respectivamente. “Los equipos, a partir del Mundial, interpretaron que hay otra forma de jugar, donde también desde el resguardo defensivo se crece ofensivamente”, proclamó el Cholo.
Griezmann ha ejercido como dovela de Deschamps durante una década. Este ha tratado siempre de generarle el ecosistema en el que pudiera explotar mejor sus virtudes. En la Eurocopa de 2016, después de una conversación entre ambos tras un inicio gris, Griezmann le sugirió a Deschamps que prefería jugar con Giroud de referencia y él ejerciendo de satélite por detrás para recibir de cara las dejadas o las prolongaciones del nueve con el que mejor se ha entendido en la selección. El rojiblanco fue el máximo goleador del torneo con seis tantos.
Giroud ha sido relegado a la suplencia en los tres partidos de esta Eurocopa. Griezmann fue intrascendente en el estreno ante Austria (1-0) y falló dos ocasiones claras ante Países Bajos. Deschamps lo excusó aludiendo a la falta de frescura de piernas y de cabeza tras una temporada agotadora. En el tercer encuentro contra Polonia (1-1), el preparador francés sentó en el banco a su jugador fetiche. “No está enfadado, es un profesional”, aseveró el técnico. Esa suplencia fue el segundo mensaje de calado que Griezmann ha recibido de Deschamps después de Qatar 2022. Este último espera que hoy forme una sociedad letal con Mbappé. Este se lamentó ayer de la rotura de nariz que se produjo en el estreno ante Austria: “Es horrible jugar con una máscara. Pensé que me iba a casa”. Eso puede suceder hoy si él y Griezmann no se afilan.
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