Simon Alexander
de profesión adivino, manifestó ante un tribunal de Horncastle (Inglaterra) que había sido denunciado por la policía de tráfico indebidamente ya que sus vibraciones físicas alteraron el funcionamiento del equipo electrónico policial de medición de velocidad, que señaló cifras falsas. El tribunal. sin embargo, no aceptó su versión de los hechos y le multó con 10 libras -unas 1.200 pesetas- por exceso de velocidad, y otras 10 por conducir sin tener el permiso correspondiente.
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