Los empresarios ingleses, poco propicios a un cambio de Gobierno
La perspectiva de una probable elección general en Gran Bretaña hizo que la Bolsa de Londres. descendiera ayer hasta trece puntos. El mundo financiero británico, que es por naturaleza conservador, no quiere ahora un cambio de Gobierno que favorezca a los «tories», porque consideran que éstos no son capaces de intervenir en. las disputas sindicales con las mismas posibilidades de éxito que los laboristas. A cambio el Gobierno laborista ha podido presentar un notable descenso de las cifras de desempleo en el último mes, lo que les permite apuntalar el éxito de su gestión.La caída de la Bolsa no implica que la City haya cambiado de parecer político. Lo que los financieros del Reino Unido quisieran evitar es que la desaparición de la Administración actual deje sin resolver las cuestiones más graves de la vida económica británica. Dentro de dos años, cuando se supere la etapa de recesión que ahora se sufre, un Gobierno conservador podría navegar con más garantías que ahora, porque además contaría con los ingresos del petróleo del mar del Norte.
Una derrota laborista en la votación de confianza de mañana, y una subsiguiente campaña electoral paralizarían las conversaciones Gobierno-sindicatos para renovar el aspecto del «contrato social» que los une y que limita estrictamente los aumentos salariales.
Asimismo, la convocatoria electoral le quitaría sentido al presupuesto general que el ministro de Hacienda va a presentar el próximo día 28. En el presupuesto se espera que el Gobierno prometa mejoras en el sistema impositivo que satisfagan a los empresarios y que sean suficientes para ganar el apoyo de la base sindical para la «tercera fase» del contrato social.
Huelgas
Otra preocupación empresarial es la renovación de las huelgas en puntos cruciales de la economía británica. Gracias al «contrato social» alcanzado por los laboristas, la «paz industrial» británica ha sido inamovible en el curso de los tres anos que el laborismo lleva en el poder. Desde hace dos meses, sin embargo, las huelgas han vuelto, como demuestra el caso de British Leyland y de los puertos.Para los empresarios, en las circunstancias actuales del Reino Unido, únicamente el laborismo puede conseguir un consenso que pueda mantener el nivel de, producción de la industria de acuerdo con sus previsiones. Los contactos de Margaret Thatcher con líderes sindicalistas no han hecho otra cosa que comenzar.
Descenso del desempleo
Las estadísticas del desempleo han venido a aportarle al primer ministro un respiro que quizá salve esta noche a su Administración.Las cifras, saludadas por el ministro de Trabajo como "un tónico de primavera", indican que el desempleo, ha descendido en el Reino Unido durante el último mes en un 10%; 38.000 británicos que se hallaban sin empleo han encontrado un trabajo duradero. Es el segundo mes consecutivo en que se produce esa. circunstancia y la cifra dada a conocer ahora supone un récord con respecto a la tendencia de los últimos tres años.
Esta noticia le dio ayer al primer ministro Callaghan los ánimos necesarios para acudir más confiado que en martes anteriores a contestar las habituales preguntas de un Parlamento cada vez más hostil.
En su intervención, el líder laborista afirmó que ahora es obvio que el país se está escapando de la recesión que ha sufrido desde que .comenzó esta década., No hay ningún motivo para pensar, indicó Callaghan, que el Gobierno laborista no está en condiciones de superar los dos principales problemas crónicos que ha padecido el Reino Unido: la inflación y el desempleo. A pesar de que el coste de la vida no se ha podido equilibrar aún, el primer ministro estima que si el final de la recesión está próximo, es muy probable que la inflación, que ahora se sitúa en un índice anual superior al 16%, descienda también en cuanto los sindicatos y el Gobierno acuerden una política de control salarial entre cuyas condiciones de aceptación por parte de los «Trade Unions» figurará también una congelación de precios..
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