Los diputados guipuzcoanos se niegan a dimitir
Por ocho votos contra tres fue rechazada ayer la moción que el diputado guipuzcoano Manuel Olaizola proponía a sus compañero de la Diputación Provincial en pleno ordinario, en la cual solicitaba la dimisión colectiva de toda la Corporación para de esta forma posibilitar la elección de la Diputación Foral, a través del nuevo sistema que establecen las juntas generales de Guipúzcoa, resucitada por un decreto del Gobierno Suárez del pasado mes de marzo. Esta propuesta tendría la finalidad de acelerar el proceso de constitución de unas juntas generales, que hasta ahora sólo existe en decreto y hacer evidente y palpable la provisionalidad en que se encuentra una corporación como la de Guipúzcoa, que carece de representatividad, a pesar de haberse autodenominado «Diputación Foral» por un acuerdo aprobado en pleno del mes anterior.La propuesta del señor Olaizola, secundada por los corporativos Eguía y Tellería, sirvió nuevamente para evidenciar la profunda división que existe en la Corporación guipuzcoana, tan homogéneas y ordenadas bajo la presidencia de Juan María de Araluce. Como ayer recordaría en medio de la polémica suscitada por esta moción el diputado Eduardo Manzano, «esta corporación, con su presidente a la cabeza, supo estar a la altura de la circunstancias».
Eduardo Manzano, presidente del consejo de trabajadores de Guipúzcoa, diputado por representación sindical y miembro de alianza electoral Guipúzcoa Unida (GU), que aglutina a la de recha franquista definió como de magógica la moción, «que -diría- no hace sino secundar las consignas emanadas de algunos partidos políticos que tratan de convertir a las corporaciones locales provinciales en campos de batalla de sus apetencias de poder».
El primer, acto de «indisciplina» corporativa que protagonizaron estos tres diputados más cercanos a líneas ideológicas nacionalistas fue el de aprobar en un pleno extraordinario la colocación de ikurriña en el balcón del palacio provincial en el pasado mes de enero, acuerdo que tuvo una favorable repercusión popular en su día, pero que no fue ratificado posteriormente.
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