Republicanos y abertzales vascos, contra el anteproyecto de Constitucion
Cuatro formaciones políticas que tienen un pie dentro y otro fuera del Congreso de Diputados hicieron ayer oír su voz en la Comisión de Asuntos Constitucionales y Libertades Públicas, una voz, en algunos casos, dura, critica, casi corrosiva, contraria al anteproyecto de Constitución. Hoy, la intervención del diputado de la candidatura aragonesa independiente de centro, Hipólito Gómez de las Roces, seguida, en nombre del Gobierno, por la del ministro de Justicia, Landelino Lavilla, pondrán punto final a un debate que, tras el turno de rectificación -diez minutos por orador- conducirá esta misma tarde a la votación por la que se aceptará el anteproyecto wino texto de trabajo.Lo más destacado de la sesión fue el énfasis republicano de Heribert Barrera, quien atacó la actitud de Carrillo favorable a la Monarquía, y la defensa que hizo Francisco Letamendía -que dijo hablar en nombre de los marginados- de la autodeterminación de los pueblos.
La escasa eficacia del debate de ayer -ninguno de los oradores cuenta con voto en la Comisión- no resta importancia histórica al planteamiento de unas posiciones extremas, como las arraigadas en la izquierda abertzale y en los republicanos catalanes, expresadas de manera oficial en el Parlamento. La previsión reglamentaria, según la cual las formaciones políticas que, habiendo concurrido expresa y aisladamente como tales a las elecciones del 15 de junio y contando con representación en la Cámara, tienen derecho a interve aparece como inteligente y hábil.
La discusión de un texto de la trascendencia de la Constitución es conveniente que cuente, en su arranque, con las opiniones de todas las tendencias ideológicas con un mínimo de arraigo en el electorado. Cierto es también que, si se aceptan los resultados electorales del 15 de junio, tales intervenciones no podían equipararse a las de aquellas fuerzas políticas que lograron los votos de la inmensa mayoría de los españoles o de mi norías significativas.
Los cuatro oradores de ayer -cuyas palabras resumimos en estas páginas- suman un respaldo parlamentario de cinco escaños y las fuerzas políticas a que representan no alcanzaron el 15 de junio, en total, 350.000 votos. Euskadido Ezkerra, con un solo diputado, Francisco Letamendía, obtuvo ,31.208 votos; Esquerra Catalana, que sólo logró el escaño de Heribert Barrera, consiguió 112.794 votos; el Equipo de la Democracia Cristiana, que obtuvo dos diputados, alcanzó 127.679 votos, y el Partido Socialista de Aragón, que sólo logró escaño para Emilio Gastón, superó en poco los 70.000 votos.
Con todo, y al margen de las cifras, las voces de sectores ideológicos respetables, aunque resultaran marginados el 15 de junio, merece el oído atento de los grupos parlamentarios que, cargados de diputados y de votos, van a asumir la responsabilidad de elaborar la Constitución española. Por eso el espectáculo del comienzo de la sesión de ayer -sólo se encontraban presentes once diputados de UCD, seis del PSOE y el de la Minoría Catalana- no resultó encomiable. Hubo de llegar el séptimo diputado socialista, Alfonso Guerra, para que existiese quórum -mitad más uno de los 36 miembros de la Comisión- y pudiese comenzar la sesión. La actitud del ministro de Justicia, que escuchó atentamente y tomó notas, contrastó con el desinterés de muchos diputados.
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