El Metro de Bilbao podría inaugurarse en 1982
La Diputación de Vizcaya y el Ayuntamiento y la Cámara de Comercio de Bilbao toman conciencia en 1971 del entonces ya acuciante problema del transporte del Gran Bilbao.La oficina de estudios y coordinación de comunicaciones, a partir de la validez de algunos tramos de la red férrea existente, realizaron un primer estudio de tráfico, orígenes, asignaciones y rentabilidad social y económica de un Metro que debía beneficiar a los ocho municipios del Gran Bilbao (Bilbao, Baracaldo, Sestao, Portugalete, Santurce, Basauri, Guecho y Lejona). El trabajo queda listo en 1974 y recibe, sucesivamente, la aprobación de los organismos locales y del Ministerio de Obras Públicas, en octubre de este año.
El estudio, en su aspecto técnico, había recibido, pues, luz verde; quedaba por superar el aspecto administrativo que quedó soslayado con la aprobación el 30 de diciembre de 1975, por parte de la Administración, de una ley de creación del Consorcio de Transportes de Vizcaya. La citada ley preveía que el Metro de Bilbao en sus aspectos organizativo, planificador y de explotación iba a depender de una sociedad anónima integrada por el Estado, la Diputación de Vizcaya y los ocho ayuntamientos del Gran Bilbao.
La sociedad se denominaría Consorcio de Transportes de Vizcaya.
La financiación de la obra
«La construcción del ferrocarril metropolitano se realizará con cargo a las aportaciones del Estado, de los entes locales integrados en el consorcio y del propio consorcio. A tal efecto, el Estado aportará 2.000 millones de pesetas, la Diputación Provincíal, mil millones, y entre los ayuntarnientos integrados en el consorcio, otros mil millones de pesetas. El resto de la financiación se realizará por el propio consorcio, que realizará las necesarias operaciones de crédito; cuya amortización se efectuará con, cargo a la explotación.»El punto segundo del artículo quinto de la ley señala que dicha sociedad anónima haría frente a la explotación del servicio, repartiéndose los beneficios o el déficit que produzca aquélla entre los entes que integraban el consorcio.
El proyecto de red de Metro para Bilbao -de treinta kilómetros en total- salió a información pública en febrero de 1977. Una avalancha de ideas e impugnaciones aconsejan ampliar las líneas prevista para que el Metro satisfaga todas las necesidades de los más importantes núcleos de la población. El trazado se amplió en dieciocho kilómetros más (48 kilómetros).
Moyua-Bolueta, primer tramo
Una vez realizado el trazado a gusto de todos, al consorcio se le planteó el problema económico. Los estudios de presupuestos se habían hecho sobre un trazado de treinta kilómetros. El consorcio acuerda entonces solicitar del MOP un estudio comparativa de esa nueva red con planificación y cálculo de factores técnicos, financiación (rentabilidad económica y social) y plan de etapas. Asimismo acuerda, al objeto de no retrasar, las obras, iniciar, en primer lugar, aquella línea de carácter incuestionable, la que une Santurce y Basauri, de dieciocho kilómetros, no sujeta a planes parciales ni de ordenación. De esta línea deberá realizarse con prioridad el tramo plaza de Moyua-Bolueta (la plaza de Moyua será el centro neurálgico del Metro), de 2,6 kilómetros. Este corto trecho costará 2200 millones en pesetas de hoy (1.600 para infraestructura). José María Rodríguez, gerente del consorcio, ha manifestado a EL PAÍS que «si el Ministerio de Hacienda, como esperamos, aprueba pronto el presupuesto, tras la "luz verde" del Consejo de Ministros, podría iniciarse en noviembre el plazo del concurso de obras, con lo que éstas pueden ponerse en marcha antes de concluir el primer trimestre de 1979. A partir de este momento hay que calcular un período de cuatro años para que pueda entrar en funcionamiento el primer tramo».
La ley del Metro de Madrid
Cuando aún se espera la aprobación del presupuesto del primer tramo y está «en el aire» el resto del proyecto, aparecen dos nuevos elementos que pueden variarlo sensiblemente en un futuro próximo: el decreto de traspaso de competencias al Consejo General Vasco y la ley del Metro de Madrid.En la actualidad, las sociedades que explotan los Metros de Madrid y Barcelona y la que regirá el de Sevilla reciben del Estado el 100% ,de su presupuesto de infraestructura, mientras que deben hacerse cargo de la superestructura y material móvil. De aprobarse la ley de Ferrocarril Metropolitano de Madrid, el Estado pasaría a afrontar el 100% de los gastos de infraestructura y superestructura, debiendo costear únicamente la empresa explotadora del Metro de Madrid el presupuesto de unidad móvil. El Estado exigirá a dicha empresa la fijación de unas tarifas que permitan mantener el equilibrio de explotación.
Pero esta ley del Metro de Madridpuede afectar al Metro de Barcelona y a los de Sevilla y Bilbao, en rilarcha. En el primer párrafo de la disposición final tercera se dice: «El Gobierno analizará los regímenes en vigor de los ferrocarríles metropolitanos de Barcelona, Bilbao y Sevilla, de acuerdo con los criterios contenidos en la presente ley de conformidad con las corporaciones afectadas. »
De aprobarse dicha ley, la normativa por la que se creó, el Consorcio de Transportes de Vizcaya para la construcción del Metro de Bilbao quedaría desfasada. «El consorcio en ese caso -señala el señor Rodríguez- se acogerá a la ley del Metro de Madrid.»
Pese a que las futuras transferencias al CGV -que aún se ven lejos- y la aprobación de la ley del Metro de Madrid preocupen al consorcio, como condicionantes serios de la marcha del proyecto, lo cierto es que el citado organismo no desea esperar a que estas incógnitas se despejen. «Queremos comenzar las obras en seguida; eso es lo más importante desde el punto de vista socioeconómico. Si esperamos a que esos dos temas se resuelvan, el Metro tardará más tiempo en iniciarse y costará mucho más dinero.»
Cuando, teóricamente, falta menos de medio año para que se inicie la construcción del primer tramo del Metro de Bilbao todavía no han sido desembolsados los 4.000 millones que la ley de creación del consorcio marcaba como capital inicial. La citada ley preveía que este capital fuera desembolsado entre los años 1977-80. El primer año se desembolsaría el 10%, 30% en 1978, el 35% en 1979 y el resto (25%) en 1980. Mientras las corporaciones locales y provinciales del consorcio han pedido los créditos al Banco de Crédito para hacer frente al desembolso, el Estado, a falta de poco más de dos meses del final del año, no ha desembolsado aún la parte que le corresponde. En caso de que el desembolso de todos los socios del consorcio -incluido el Estado- se lleve a cabo para final de añoaquél podrá contar con un capital de 1.600 millones de pesetas, los calculados para las obras de infraestructura del primer tramo.
Previsiones de entrada en funcionamiento
El señor Rodríguez se atreve a hacer previsiones. A la espera del plan de etapas y prioridades que debe aprobar el Ministerio de Transportes,ese primer tramó puede estar listo para 1982. El segundo tramo de la línea, Santurce- Basauri, que podría iniciarse de forma paralela al primero, unirá las localidades de Bolueta y Basauri con un trayecto de tres kilómetros y medio. El importe de las obras será de aproximadamente 2.700 millones de pesetas de hoy. A continuación se construirán los tramos que unen Moyua con Santurce.La línea Santurce-Basauri en su totalidad -18,20 kilómetros- podría estar lista para el año 1988 y costaría alrededor de 15.000 millones de pesetas. Para ese año, el Gran Bilbao tendrá ya una población cercana al millón de personas.
Las restantes líneas: Recaldeberri-Ocharcoaga (de 6,90 kilómetros), Moyua-Erandio (6,30 km.), ya en la margen derecha, Erandio-Neguri (4,60 km.), Guecho-Sestao (7,15 km.), cruzando el Nervión hacia la margen izquierda, y Baracaldo-Universidad de Lejona (4,70 km.) a través de la ría hacia la margen derecha, pudieran estar en marcha, según previsiones optimistas, para el año 2000. Entonces se calcula que el Gran Bilbao tendrá una población de alrededor de 1.400.000 habitantes.
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