La izquierda vasca se suma con fuerza al acuerdo logrado por UCD y PNV
Las últimas veinticuatro horas de negociación del Estatuto vasco dejaron sin dormir a sus protagonistas, pero permitieron que a las seis y media de la tarde de ayer el diputado vasco Marcos Vizcaya, con una gran sonrisa, afirmara a su llegada al Congreso desde el palacio de la Moncloa: «Ha sido un parto difícil, pero muy feliz.» Jesús Víana, de Unión de Centro Democrático, que llegó con él, lo confirmó: «Ha sido una negociación dura, pero muy satisfactoria. Ya tenemos Estatuto.» El resto de las fuerzas políticas representadas en la ponencia, desde Coalición Democrática (CD) hasta Euskadiko Ezkerra (EE), excepción hecha de Unión Nacional, respaldaron estas afirmaciones y acentuaron la importancia histórica del momento.Los negociadores de UCD y PNV se reunieron en la Moncloa a las seis y medía de la tarde del lunes y permanecieron allí, sin interrupción, hasta las cuatro de la tarde de ayer, martes. Algunos de los ponentes y expertos centristas y peneuvistas se tomaron breves descansos para pasear por los jardines de la Moncloa o para ir apresuradamente a sus casas u hoteles para tomar una ducha y afeitarse. Otros, como Miguel Unzueta, no pudieron casi levantarse del asiento durante toda la negociación.
A las cuatro de la tarde de ayer, aproximadamente, reunieron en un documento los textos aprobados y entregaron dos fotocopias al presidente del Gobierno, Adolfo Suárez -que había participado directamente en la negociación-, y al presidente del PNV, Carlos Garaicoetxea, que llegó a Madrid en un avión Mystere de la Subsecretaría de Aviación Civil, enviado a Pamplona por el presidente Suárez para que le recogiera tras el entierro de su madre, fallecida el pasado lunes. El señor Garaicoetxea regresó a Pamplona por el mismo medio, para asistir al funeral que se celebró a las siete de la tarde en una iglesia de aquella ciudad. El presidente Suárez acudió a La Zarzuela para comunicar los acuerdos al Rey.
Mientras en la Moncloa los señores Suárez y Garaicoetxea ultimaban el acuerdo, representantes del Partido Socialista de Euskadi, Euskadiko Ezkerra y Partido Comunista de Euksadi celebraron un almuerzo conjunto para informarse de sus respectivas posturas. Txiki Benegas (PSE),Mario Onaindía (EE) y Roberto Lertxundi (PCE) se trasladaron después al hotel Palace, para participar en una reunión con miembros del Euskadi Buru Batzar -máximo órgano del PNV-, ponentes de este mismo partido y miembros de la delegación de la Asamblea de Parlamentarios vascos.
El "suspense" de UCD
La reunión de la ponencia, prevista para las cuatro y media de la tarde, se suspendió para dar tiempo a que el señor Unzueta informara a los reunidos en el hotel sobre los acuerdos alcanzados. El presidente de la Comisión Constitucional, Emilio Attard, que acudió al palacio del Congreso a primera hora de la tarde, dijo, después de haber hablado, al parecer, con un portavoz de la Presidencia del Gobierno, que existían «graves dificultades en el tema de la enseñanza» y que no existía acuerdo global sobre el Estatuto. La misma opinión fue sustentada por el ponente centrista José María Gil Albert. Fuentes parlamentarias vascas, informadas sobre estas opiniones, expresaron su extrañeza. «El tema de la enseñanza ha quedado resuelto a las doce y media de la mañana», explicaron. «Parece como si UCD quisiera provocar suspense y dar la impresión ante la opinión pública de que ha tenido que luchar hasta el último momento con nosotros.» El ponente de Coalición Democrática, José María de Areilza, confirmó que, según lehabía contado un ministro, a las dos y media de la tarde existía acuerdo total. El señor Areilza se mostró satisfecho y valoró muy positivamente el éxito de la negociación.
A la salida del Palace, el senador del PNV Miguel Unzueta, que se dirigió a la peluquería para. ser afeitado, dijo: «Yo he salido de la Moncloa cuando Suárez y Garaicoetxea estaban leyendo el docua: mento de acuerdo y me he venido aquí para informar a los representantes de la ponencia y de la Asamblea de Parlamentarios vascos.» «Excepto que haya surgido algún nuevo tema, el acuerdo es ya total, aunque hay algunos artículos, como el del orden público, que tienen redacciones farragosas». El señor Unzueta reconoció que el tema de la enseñanza había sido el de más dificil negociación, debido a que existían lecturas distintas del artículo 27 de la Constitución.
Revisión del Estatuto
El senador vasco afirmó que habían recibido en la Moncloa un trato no sólo cordial, sino cariñoso. Interrogado sobre el alcance del Estatuto pactado, dijo que el ingreso de España en la Comunidad Económica Europea supondría la revisión del Estatuto y, probablemente, de la Constitución, porque variaría la concepción del proceso autonómico y de los centros de poder. «De aquí a cinco años habrá probablemente una revisión del Estatuto, pero eso no quiere decir que se alcancen sistemáticamente cotas más altas de autonomía. En unas cosas el techo se elevará y en otras se reducirá,»
El secretario general del Partido Socialista de Euskadi, Txiki Benegas, señaló que en:la reunión los distintos grupos habían expuesto sus posturas y anunció que en algunos temas la izquierda formulará sin duda votos particulares en contra de los acuerdos de la Moneloa. El secretario del PC de Euskadi, Roberto Lertxundi, explicó que la izquierda coincidía en buscar un Estatuto más democrático y más solidario, pero que cada partido redactará sus votos particulares por separado.
El secretario general de EIA, Mario Onaindía, dijo que, en principio, estaba contento. «Se ha aprovechado una situación histórica excepcional», añadió, «porque convergen las fuerzas políticas vascas. El Estatuto de la República tardó tres años en negociarse, no sólo por la naturaleza de las reivindicaciones, sino por la dificultad de llegar a un acuerdo entre las fuerzas vascas. A este nivel, estoy contento.»
EIA, a favor
El señor Orraindía anunció que, si el Estatuto sale en los términos pactados, su partido lo apoyará y hará campana a su favor. «Es un texto aceptable», prosiguió, «lo vamos a votar y a defender con todos nuestros medios.»
Interrogado sobre la probable actitud de otros partidos o grupos contrarios al Estatuto, Mario Onaindía afirmó: «Es una lección de democracia: aceptar o no aceptar la voluntad popular. Aquí se han conquistado unas reivindicaciones. Habrá otras pendientes, pero no son incompatibles con el Estatuto. Nosotros no renunciamos a nuestro programa de partido, incluida la autodeterminación y la independencia.»
En relación con la influencia del Estatuto en los grupos vascos que defienden la lucha armada, dijo que «la lucha armada se plantea ahora en otros términos». Añadió que será difícil erradicar la violencia, pero que estos grupos tendrían que replantearse su actitud, sobre todo ante determinados tipos de violencia. Mario Onaindía señaló que recientemente había dicho a un líder de Herri Batasuna que, si el Estatuto sufría recortes sustanciales, su grupo se plantearía su actitud ante la violencia, pero que si el Estatuto tenía éxito, quienes deberían replantearse su política serían ellos. «El líder de Herri Batasuna lo admitió así», terminó el señor Onaindía.
A su entrada en el palacio del Congreso, el diputado del PNV Xabier Arzallus declaró: «Creo que es un buen Estatuto y un buen instrumento para iniciar la reconstrucción». A las siete de la tarde la ponencia conjunta inició sus trabajos.
Juan María Bandrés, de Euskadiko Ezkerra, valoró positivamente el Estatuto, pero declaró que debido a la unilateralidad de la representación vasca en las negociaciones de la Moncloa habían sido dos fuerzas de derecha, UCD y PNV, las redactoras del nuevo texto. Consideró aceptable los acuerdos en materia de orden público, Navarra y competencias en general, así como en lo relativo a enseñanza. A su juicio, los aspectos más progresivos, respecto del Estatuto de Guernica, se refieren a la supresión de la exclusividad de la Academia Vasca-Euskaltzaindía como órgano consultivo respecto al euskera, la puerta abierta a la televisión privada y lascompetencias de las juntas generales y diputaciones sobre las circunscripciones electorales. en lugar del Parlamento vasco.
El señor Bandrés resumió así su estado de ánimo: «Nos sentimos pequeños protagonistas de la firma de un tratado de paz de tres guerras civiles.»
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