El Partido Nacionalista Vasco inicia la campaña por el "sí" al Estatuto
«El Estatuto de Guernica es un gran paso, aunque no el decisivo para la reconstrucción del País Vasco. Que nadie se escandalice. Lo dijimos claro en la disposición adicional del Estatuto al afirmar que el mismo no significa una renuncia del pueblo vasco a los derechos que le corresponden por su historia. Para alcanzarlos emplearemos siempre las vías políticas, pacíficas e institucionales. El Estatuto de Guernica devolverá al pueblo vasco los derechos por los que ha luchado denodadamente desde hace más de cien años», afirmó ayer en Zarauz Carlos Garaikoetxea, presidente del PNV.
El mitin, celebrado en la localidad guipuzcoana con motivo de la inauguración de un batzoki (centro social del Partido Nacionalista Vasco), se convirtió en un acto de propaganda al Estatuto, en el que intervinieron los más destacados dirigentes del partido.En su intervención, el senador Michel Unzueta afirmó que el Estatuto de Guernica es el mejor medio de «hacer pueblo» y la carta de identidad, de reconocimiento expreso de la existencia del pueblo vasco. «Este hecho», dijo, «se reconoce, por primera vez de forma legal, en una ley, por medio de un Estatuto, al que algunos irresponsables califican de "Estatuto de la traición".»
Afirmó el señor Unzueta que tras la aprobación del Estatuto la principal tarea será la de lograr que todos los vascos se sientan vascos. «No haremos un solo vasco más con imposiciones, con burlas, con insultos o con tiros. Por este camino sólo se conseguirá que más de un vasco sienta vergüenza de serlo.» «No hay que ir ya a Madrid para conseguir la libertad. La tenemos que lograr aquí con el Estatuto como base.» Estas fueron las primeras palabras que pronunció Xabier Arzallus ante las casi 2.000 personas que asistían al mitin en la plaza de Zarauz. «Para conseguir el Estatuto», añadió, « tuvimos que ir a Madrid, y ahí hemos luchado por traer al pueblo vasco lo que éste quería. Lo hemos hecho limpiamente hablando, claro. No hemos traído las "'manos sucias" como algunos pretenden hacer creer.»
Carlos Garaikoetxea comenzó su intervención diciendo que el Estatuto de Guernica está hecho con realismo, con los «pies en la tierra».
Se refirió luego a la necesidad de ser dueños de los recursos propios para sacar adelante al País Vasco. «No hay autonomía », afirmó, «ni autogobierno posible sin el soporte de una economía,una hacienda y un sector público en manos del pueblo vasco, como propicia el Estatuto.»
El tema de la reconciliación de Euskadi, como paso inicial para la solución del problema vasco, fue, una vez más, abordado por el señor Garaikoetxea. «Este es nuestro problema más grande: la reconciliación nacional vasca. Para lograrla, los políticos vascos y España tienen que pensar cómo se verán las cosas dentro de veinte años. Esa reconciliación no se dará con obcecaciones, consecuencia de los problemas que aún hoy nos duelen en nuestras propias carnes.»
«Seguiremos adelante», concluyó Carlos Garaikoetxea. «Nos dirán traidores, Morotos o claudicantes, pero seguiremos con la vista puesta en un problema vital a corto plazo para este país: conseguir que en este referéndum Euskadi diga sí a esa herramienta única para sacar el país adelante.»
Cerró el acto el viejo dirigente nacionalista Manuel Irujo, que, como navarro, comparó el tratamiento que se daba a su provincia en el Estatuto de 1936 y el que se contempla en el de Guernica. «La incorporación de Navarra es más fácil hoy que en 1936. Nuestra provincia necesitaba entonces los dos tercios del cuerpo electoral para incorporarse a la comunidad vasca. Ahora sólo se precisa una mayoría simple. La diferencia es notoria.»
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.