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Reportaje:

Gadafi, Carter y la "bomba islámica"', protagonistas de una novela de fantasía política

Las calles de Washington están solitarias y cubiertas por la nieve ese gélido domingo, 13 de diciembre, cuando una mujer rubia deposita un sobre, dirigido al presidente de Estados Unidos, en el número 1.600 de la avenida de Pensilvania, la puerta norte de la Casa Blanca

El extraño método de hacer llegar un sobre al líder norteamericano concuerda, sin embargo, con lo insólito de su contenido: un gráfico, hecho a escala, de un ingenio de naturaleza desconocida; cuatro páginas cubiertas de apretados cálculos físicos y matemáticos y una cassette de media hora de duración, en la que está grabada una voz de hombre hablando en árabe.Jack Eastman, de 56 años, un general de aviación que acaba de sustituir como consejero nacional de seguridad a Zbigniew Brzezinski, se ve obligado a interrumpir la cena familiar del presidente ante la gravedad del asuntó. Según una traducción del mensaje hecha por un experto del Departamento de Estado, el hombre que habla en la cinta magnetofónica no es otro que el coronel Muamar Gadafi, presidente de la República Arabe Libia.

Gadafl dice estar en posesión del «arma de destrucción absoluta», una bomba de hidrógeno, que sus agentes han escondido en algún lugar de Nueva York y que hará estallar en 36 horas, a menos que sean atendidas sus exigencias: retirada israelí de Cisjordania y Jerusalén y reconocimiento del derecho de los palestinos a regresar a su tierra y a formar su propio Estado soberano. Los cálculos matemáticos y el esquema son las pruebas iniciales que ofrece el dirigente libio de que sus científicos saben construir un ingenio termonuclear.

Así comienza la trama de El quinto jinete, un nuevo libro de esos especialistas en la fabricación de best-sellers que son Dominique Lapierre y Larry Collins. La versión francesa acaba de aparecer en ediciones Robert Laffont, y todo parece indicar que los autores de ¿Arde París? Oh, Jerusalén y ... O llevarás luto por mí han dado de nuevo en el clavo con esta su primera incursión en el campo de la novela y de la ficción política.

Lapierre y Collins dicen que su principal preocupación al escribir El quinto jinete fue el conseguir la total verosimilitud del relato. Para ello, dedicaron cuatro años a investigar y recopilar datos en Oriente Próximo, Norteamérica, Africa y Europa. El resultado, aparte de una novela,de suspense, es un reportaje periodístico en el que se describen minuciosamente los decorados, los mecanismos y los personajes que estarían en el centro de una grave crisis internacio nal como la ideada por Lapierre y Collins.

A lo largo de las casi quinientas páginas del relato, y aparte del presidente norteamericano y del coronel Gadafi, aparecen dócenas de personajes, reales y ficticios, desde Menahem Begin a Valéry Giscard d'Estaing, pasando por activistas palestinos, agentes de la FBI, carteristas y hampones de Nueva York, sabios atómicos, psiquiatras, espías, detectives, periodistas, e incluso un olvidado satélite de comunicaciones llamado Oscar.

Con diez millones de rehenes en Nueva York y con Gadafl en una postura de total intransigencia, pocas son las opciones que le quedan al presidente norteamericano, sino ganar el máximo tiempo posible y confiar en que los equipos de detección acabarán localizando el lugar donde está oculta la bomba de hidrógeno. Los tres palestinos encargados de la operación Sable del Islam han pensado también en esa posibilidad y sueltan por Nueva York decenas de palomas con un anillo de material radiactivo atado a una pata, para despistar a los instrumentos detectores de radiación.

Junto al realismo con que describen los escenarios de la acción, desde la discoteca neoyorquina Studio 54 al despacho oval de la Casa Blanca o a la residencia de Begin, los autores de El quinto jinete cuentan con los acontecimientos de cada día para hacer más creíble su historia. Las declaraciones tremendistas de Gadafi, la búsqueda de la bomba islámica por Pakistán y las últimas crisis de Irán y Afganistán encajan con total naturalidad entre el torbellino de datos y de acción que es el último libro de Lapierre y Collins.

Milos Forman se ha declarado ya dispuesto a pasar a la pantalla El quinto jinete y las ediciones en inglés, castellano y otros idiomas están a punto de aparecer, para ocupar, sin duda, puestos destacados en las listas de superventas.

La politica-ficción está de moda, como puede atestiguar Frederick Forsyth, y la popularidad de los autores-es una garantía adicional de éxito.

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