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Entrevista:

Eli Galdós: "Conviene hacer cuanto antes el relevo de las FOP en beneficio del pueblo vasco"

Pregunta. La exigencia de la ur gente constitución de la Junta Mixta de Seguridad, a la que, de acuerdo con el Estatuto vasco, corresponde la creación de la policía autónoma y la coordinación de este cuerpo con las fuerzas de seguridad del Estado, viene siendo una constante en los últimos comunicados del Gobierno vasco sobre la violencia. ¿En qué plazo máximo consideran que debe constituirse dicha Junta?Respuesta. Los últimos atentados y, en general, la escalada de violencia de todo tipo que se registra hoy en Euskadi nos mueven a pensar que la creación de la Junta de Seguridad debe ser urgente, casi inmediata. La Junta no sólo ha de facilitar la puesta en marcha de la policía autónoma, sino que, hasta tanto ésta no funcione, va a tener un papel decisivo en la coordinación y control de las actuaciones de las fuerzas de seguridad del Estado en Euskadi. Si este organismo cumple realmente la misión que le encomienda el Estatuto, puede ser un elemento clave para la pacificación de Euskadi. Creemos que antes de tres meses la Junta debe tener definidas las líneas maestras de lo que ha de ser la policía vasca Desearíamos que éste no fuera un organismo «vacío», como lo fueron otras comisiones mixtas en el período preautonómico. Por ello es muy importante que el Gobierno central exprese cuanto antes su voluntad decidida de que aquí exista una policía autónoma tal y como está prevista en el Estatuto vasco. Este, en su artículo 17, establece que dicha policía se encargará de la protección de personas y bienes y del mantenimiento del orden público en el territorio autónomo. Quedará, pues, reducida la actuación de las fuerzas de seguridad del Estado a servicios policiales extra y supracomunitarios, como son, entre otros: vigilancia de puertos, costas, aeropuertos, fronteras y aduanas, extranjería, expedición de pasaportes y documentos de identidad, contrabando y fraude fiscal.

Para que la policía autónoma funcione a pleno rendimiento hay que tocar el «techo» de competencias que le confiere el Estatuto. Ahora bien, habrá que ir asumiéndolas de forma escalonada y a medida que la policía autónoma esté plenamente preparada para ello.

P. ¿Existe un plan de etapas concreto para la puesta en marcha de la policía autónoma vasca?

R. Aunque este, como el resto de los temas relacionados con nuestra policía, ha de ser decidido por la Junta de Seguridad, creo que lo primero que debe hacerse, de acuerdo con el Estatuto, es, a partir de la experiencia del actual Cuerpo de Miñones de Alava, que se ampliaría, restablecer los cuerpos de miñones y mikeletes, dependientes de las diputaciones de Vizcaya y Guipúzcoa, respectivamente. Estos tres cuerpos tendrían un mando único y estarían sometidos al control del consejero del Interior. A partir de ese momento, nuestro deseó sería que antes de un año esas policías se encargaran de misiones como el tráfico, vigilancia de edificios, servicios de socorro y asistencia y otras funciones que ya realiza el Cuerpo de Miñoñes. Antes de año y medio nos gustaría que comenzaran a sustituir a la Guardia Civil en los pueblos. En una etapa posterior, que podría coincidir con la refunción de los tres cuerpos forales en un solo cuerpo de policía autónoma, se iniciaría la absorción de competencias en materia de orden público. Si, con la preparación adecuada, pudiéramos, de aquí a cuatro años, sustituir a las actuales FQP en un 70% de sus funciones, sería un triunfo. La total sustitución podría no verla el actual Gobierno. Esta es una tarea difícil que requiere tiempo. La sustitución de las actuales FOP se hará progresivamente y cuando exista garantía de que sus funciones puede realizarlas nuestra policía al 100% de eficiencia. Dentro de la policía autónoma vasca habrá, además, que preparar un cuerpo especializado en actuaciones relacionadas con el orden público, que podrá estar integrado por varios cientos de miembros.

P. ¿Para cirándo está previsto el inicio de la fase de reclutamiento?

R. La primera convocatoria de aspirantes debe de realizarse como máximo en otoño, es decir, en cuanto la Junta de Seguridad llegue a unos acuerdos mínimos sobre lo que ha de ser la policía autónoma vasca.

"A los vascos nunca les ha gustado hacer de policías"

P. ¿De dónde van a salir los futuros policías vascos?

R. Aparte del traspaso de todas las competencias, el problema mayor con que nos vamos a encontrar va a ser precisamente el de reclutamiento de policías. Pese a que no hemos hecho prospecciones, sabemos que va a haber dificultades para cubrir las plazas, como ya ocurre incluso en los cuerpos de policía municipal. Hay que tener en cuenta que a los vascos nunca les ha gustado hacer de policías, ni siquiera en una policía propia. Hay miedo, porque la imagen del policía respetado y querido -la de los mikeletes, por ejemplo- está ya olvidada y durante décadas la palabra policía se ha identificado sistemáticamente con represión.

P. «¿No existe el riesgo de que, ante las dificultades de reclutamiento se «baje el listón» de las exigencias para la incorporación y se integren en la policía vasca individuos marginados en busca de un medio de vida? En las esferas oficiales teme, además, y así se ha expresado públicamente, la infiltración en la policía vasca de elementos de ETA.

R. Pretendemos que la dureza de las pruebas de acceso, la preparación y dura formación y la disciplina, que va a ser drástica, desanimen a esas gentes y la policía no se convierta en un refugio de parados o en un último reducto para ganar el pan de vida.

Si Herri Batasuna tiene 150.000 votantes, pensar que en la policía vasca no va a haber simpatizantes de esta coalición sería ridículo, pero otra cosa es la posibilidad de que se introdujeran activistas de ETA. Estos últimos serían más fácilmente detectables, y por ello no temo un problema de infiltración.

P. Durante tiempo se pensó que el núcleo inicial de la policía autónoma vasca lo constituiría la ertzaina o servicios de orden del PNV.

R. Eso no es cierto. La ertzaina fue creada exclusivamente por aficionados, para guardar el orden en manifestaciones y mítines y servir de cobertura de seguridad al partido en el período que siguió a la muerte de Franco. A los ertzainas del PNV no se les ha dado formación policial académica y yo, desde el principio, me opuse a que se les denominara ertzainas, porque ésta es la denominación en euskera de una verdadera policía autónoma como la que tuvo el Gobierno vasco en 1936.

"Queremos policías educados y cultos"

P. «Qué condiciones mínimas se exigirán a los aspirantes a formar parte de la policía autónoma?

R. El detalle de las mismas se fijará en la Junta de Seguridad, pero puedo decir que las pruebas de acceso pretendemos que sean muy rigurosas. Queremos policías educados y cultos, que tengan profundos conocimientos de la problemática del País Vasco y sean sensibles a lo que ha sido, es y quiere ser Euskadi. Queremos que sean policías demócratas y liberales en el sentido más amplio de la palabra.

P. ¿Será estrictamente necesario haber nacido en el País Vasco y hablar euskera para ser policía vasco?

R. No será estrictamente necesario haber nacido en las provincias vascas, pero sí que los no nativos tengan voluntad de integración, que se sientan vascos y posean voluntad de servicio al país. Tampoco vamos a imponer a nadie la lengua vasca, pero su conocimiento será un factor favorable. Desde luego, pretendemos que aquellos policías que vayan a cubrir las plazas, en las zonas eusquerohablantes hablen concretamente el eusquera.

Además, desearíamos que los policías tuvieran, como mínimo, estudios completos de educación general básica.

P. ¿Habrá limitaciones de tipo ideológico? Algunos sectores han expresado sus temores de que más que «vasca» la policía autónoma vaya a ser una policía del PNV.

R. Eso sí que es un error lamentable. Precisamente porque somos demócratas queremos que la policía autónoma sea, de verdad, del pueblo. Aunque vaya a haber en ella votantes del PNV, no queremos que la policía vasca sea una «finca» del partido y vamos a procurar que en la misma haya gente de todas las ideologías, excepción hecha de fascistas y antivascos.

A nadie se le va a pedir el carné de afiliado. No nos importa su militancia, sino que cumplan con su deber, sean disciplinados y profesionales.

P. ¿Qué personas se van a encargar de la formación de los futuros policías vascos?

R. Los policías que se incorporarán a sus puestos dentro de tres o cuatro años saldrán de una academia de policía vasca que debe crearse en seguida. En la etapa actual, de transición, la formación se realizará por medio de cursillos intensivos. En lo que hace al capítulo de instructores, deseamos que tengan un buen bagaje técnico, pero, aún más importante, que sean cultos, verdaderos demócratas y muy profesionales. Por ello, creemos que entre los primeros instructores puede haber varios extranjeros. Mientras tanto habrá gente de confianza instruyéndose en el extranjero para sustituir a los técnicos iniciales y nutrir la academia de policía.

"Se les inculcará que no se sientan policías como los actuales"

P. ¿Qué mentalidad se les va a inculcar a los aspirantes en sus etapas de formación?

R. Se les inculcará la idea de que son profesionales al servicio del ciudadano vasco, la idea de que, sintiendo y conociendo la realidad de nuestro pueblo, deben intentar comprender antes de actuar, y, sobre todo, que no se sientan «policías» como los actuales. Hemos de intentar que los ciudadanos vean en ellos un colaborador y no un enemigo en potencia, que su presencia les sugiera protección, seguridad, y no recelo y miedo.

P. Estas apreciaciones sugieren un tipo de policía «a la británica». ¿Tiene ya el Gobierno vasco un modelo-tipo de policía para el País Vasco?

R. Desde hace tiempo realizamos consultas y hemos obtenido documentación sobre la actuación de casi todas las policías de los países de Europa y Estados Unidos. Nos hemos preocupado de estudiar los modelos de países de pequenas proporciones y, al mismo tiempo, que resulten aplicables aquí. Nos han interesado mucho los modelos de los países escandinavos y, por supuesto, la policía inglesa. Nos inclinamos por este tipo de policía, querida por el pueblo y no represiva. Es un modelo ideal para policía «de calle».

"Conocemos militares vasquistas sensibles y respetuosos"

P. Se especifica en el Estatuto vasco que los mandos de la policía autónoma se designarán entre jefes y oficiales de las Fuerzas Armadas o cuerpos de seguridad del Estado. ¿Tiene hoy el Gobierno vasco «hombres de su confianza» en cualquiera de estos cuerpos?

R. Nosotros, desde luego, nos inclinamos por mandos de las Fuerzas Armadas. Ha habido ofrecimientos de personas que pueden ser de confianza porque son demócratas y profesionales. Para nosotros es un obstáculo que haya tan pocos militares vascos, pero conocemos militares vasquistas sensibles y respetuosos con los problemas de Euskadi que pudieran ser mandos de la policía autónoma.

P. ¿Qué número de miembros cree usted que debe contar la policía autónoma para hacerse cargo con garantía de éxito de todas las competencias en materia de seguridad ciudadana y orden público?

R. A corto plazo y en una primera etapa bastaría con seiscientos. Luego, para poder sustituir totalmente a las FOP, necesitaríamos contar con un número entre 4.500 y 5.000. Cada hombre vendrá a costar, con sueldos, armamento y otros conceptos, en torno a los dos millones de pesetas.

P. Parece que el Gobierno central es partidario de ejercer un control sobre el armamento de la policía autónoma vasca.

R. Pretendemos elegir nosotros el armamento, aunque, claro está, la última palabra la tiene la Junta de Seguridad, porque en materia de policía autónoma no se va a hacer nada en secreto. Nos gustaría dotar a nuestra policía del material más moderno y eficaz.

"La imagen de la policía no se cambia con el color del uniforme"

P. ¿Cree usted, sinceramente, que la existencia de una policía autónoma puede significar una vía de solución al problema de la violencia en Euskadi?

R. Estoy firmemente convencido. Hay que decir que llevamos ya un año de retraso en su formación y cada día de retraso es un día más en favor de la violencia y de la frustración del País Vasco. Psicológicamente es importante que se sepa que la policía vasca está en marcha. Conviene hacer cuanto antes el relevo de las FOP en beneficio del pueblo vasco y del propio Estado. La imagen de la policía no se cambia variando el color del uniforme, sino con un cambio de mentalidad. Somos conscientes de las enormes dificultades que vamos a encontrar para que la policía autónoma sea comúnmente aceptada por el pueblo vasco, pero vamos a poner todos los medios. Habrá que hacer una campaña de mentalización del ciudadano, ya que la policía tiene aquí muy deteriorada la imagen. Es una operación difícil vender un «producto», aunque sea bueno, en un «mercado» en el que el mismo producto no tiene aceptación por recelos del pasado y del presente.

P. Supongamos que cuando la policía autónoma vasca asuma todas las competencias en materia de orden público se mantiene el clima de violencia y prosiguen atentados de diferentes orígenes. ¿Será capaz la policía autónoma de reprimir las acciones de ETA?

R. Que no crea nadie que porque tengamos una policía propia en marcha vamos a erradicar la violencia de la noche a la mañana. Una policía vasca y demócrata, por muy buena imagen que tenga, la perderá en seguida si por parte del Estado no hay voluntad de cumplir al pie de la letra y lo más rápidamente posible el contenido del Estatuto. Esas son medidas políticas contra la violencia. En caso de que esas medidas políticas existan, de que funcione la policía autónoma, si ETA o grupos de extrema derecha continúan con sus acciones no tendremos más remedio que ir contra ellos. En el País Vasco hay una ley, el Estatuto, que hay que guardar y cumplir, y en ella se dice que la policía vasca debe velar por la libertad y seguridad del ciudadano. Cumplirán, por tanto, su cometido y a nadie debe extrañarle que se enfrenten a quien pretende socavar esas libertades. Pero debo añadir que nos gustaría que esta situación no se produjera y que el Gobierno Vasco y el PNV, como partido mayoritario, intentaran utilizar las vías de la negociación y el diálogo para llegar antes al «alto el fuego» en este país. Desde luego no seremos nosotros los primeros en golpear, porque no somos los únicos que creemos que la negociación es la única vía para terminar con el problema concreto de ETA.

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