Moses, Kratschmer, Rocca y Tracy Caulkins, recordados ayer
El fin de semana olímpico será pródigo en concesión de medallas, pues nada menos que 44 títulos se pondrán en juego. Ayer ya se decidieron veintiuno: seis, en remo; cinco, en atletismo; cinco, en natación; dos, en ciclismo, y uno, respectivamente, en esgrima, halterofilia y tiro. La URSS volvió a sumar cinco triunfos, con lo que casi dobla a la RDA en el total, pero ésta, gracias al remo, sobre todo, superó a los soviéticos por primera vez parcialmente y alcanzó nueve más en la séptima jornada de los Juegos. Entre ambas siguen llevándose más del 65% de los 90 títulos disputados hasta ahora (39 y 20). Ayer, sin embargo, pese al gran nivel, se volvió a echar en falta a grandes ausentes: Kratschmer (RFA) y Moses (EE UU), en atletismo, y Peter Rocca, junto a Tracy Caulkins (EE UU), en natación. De las veintiuna medallas de oro puestas en juego ayer, séptimo día de competiciones olímpicas, cinco resultaron claramente falseadas por las ausencias. En casi todas las restantes la influencia del boicoteo hubiese sido variable, pero casi siempre, a tener en cuenta. Sólo en dos: barcos de remo femenino -cuádruple scull y cuatro con timonel- y en el título diario de halterofilia, las bajas no hubiesen variado el podio. A pesar del buen nivel de marcas en los Juegos, resulta indudable que el daño deportivo continúa siendo irreparable.Atletismo. El dominio Ovett-Coe, en 800 metros -equivocado éste al ir tan atrasado toda la carrera ante el tremendo final de su compatriota-, hubiese quedado aún más ensalzado con la presencia de varios nombres ilustres: Maina y Boit (Kenia), 1.44.3 y 1.45.8 (1979); Paige y Robinson (EE UU), 1.44.6 (1980), y 1.44.7 (1979); Wulbeck y Schmid (RFA), 1.44.7 y 1.44.9 (1979). Aparte de los dos británicos -por encima del resto-, Kirov, tercero, tenía este año 1.45.6; Güimaraes, cuarto, 1.46.5; Busse, quinto, 1.44.8; Wagenknetch, sexto, 1.45.9, y Marajo, séptimo 1,43.9, en 1979. Más de uno de los ausentes, pues, debería haber entrado en la final.
Thompson logró en decatlón, corno se esperaba, la segunda medalla de oro en un gran día británico, pero no recuperó el récord mundial de Kratschmer (8.649 puntos). Tampoco estuvo en el estadio Lenin otro alemán occidental, joven en alza, Hingsen (8.407). Los norteamericanos poco hubieran hecho esta vez sin un Toomey o Jenner que echarse a la pista. En 400 metros vallas, la bala de Moses, recordman mundial con 47.13 hace pocas semanas, «hizo de plata» la medalla de oro de Beck. Incluso si hubiese corrido el alemán - Schmidt -47.85, en 1979- u otros estadounidenses -Wheeler, Walker, Lee o King-, todos con menos de 49 segundos, habrían podido cambiar las otras medallas.
En los 100 metros de mujeres también habría dicho lo suyo Evelyn Ashford, la mejor norteamericana, con 10.97 (por los 10.87 discutibles de Kondatryeva y los 10.88 de Goehr) pero no regresó a las pistas tras una lesión al no poder ir a los Juegos. Otras finalistas podrían haber sido sus compatriotas Morehead, Brown o Cheeseborough. También Taylor (Canadá) o la campeona olímpica de Montreal Rchter (RFA), aunque también se lesionó esta temporada. En altura, intocable la Simeoni, Brill (Canadá), 1,96 (y 1,95 el 13 de julio); Meyfarth -campeona de Munich-72- y Holzapfel, ambas 1,95, y Reichstein (RFA), 1,94, o Ritter, 1,94; Huntley y Rienstra (EE UU), 1,93, tenían las mismas marcas acreditadas -entre 1,95 y 1,93- que Kielan y Kirst.
Natación. Peter Rocca, con 2.00.73, en 200 espalda; Barnicoat, 2.00.85, y Vasallo -si se recuperaba-, 2.02.07, habrían cambiado «norteamericanamente» la final. Traey Caulkins, la «reina» de los Mundiales de Berlín-78, con 1.00.65, acreditados este año en 100 braza, hubiese sido un peligro cierto para Ute Geweninger, la recordwoman mundial - 1. 10. 11 en series el viernes- En 400 estilos, imparable Petra Schneider (que va a récord mundial por campeonato); la plata debió ser de la propia Tracy Caulkins, 4.43.0. Tweedy -4.47.19- habría luchado por el bronce con Sharon Davies, como en saltos de palanca Melissa Briley, bronce en Berlín-78, tras Martina Jaeschke, habría podido disputar la plata. En 200 braza masculinos, en cambio, difícilmente el veterano Hencken o Mills lo hubiesen hecho.
Otros deportes. Ciclismo: las bajas de la RFA -en persecución- y Japón -en velocidad- dejaron fuera dos aspirantes a «molestar» el dominio de la URSS y la RDA. Esgrima. Faltó en florete por equipos masculino la RIFA, tercera en el mundial de Melbourne, y la baja de Dal Zotto, titular individual entonces -ausente por militar, ahora- disminuyó el potencial italiano. Remo. En skiff, doble scull, dos sin timonel y ocho, Estados Unidos, especialmente, y Canadá, habrían quitado varias medallas a los países del Este, que así fueron al copo.
Tiro. La ausencia francesa británica, alemana y norteamericana fue otra vez notable, como en foso el otro día. Su federación boicoteó individualmente los Juegos.
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